Cada vez son más los que eligen trabajar en su domicilio. Priorizan los costos, la movilidad y el confort.
El estilo de vida actual genera nuevas tendencias en todos los aspectos. Y el trabajo no es ajeno a esos cambios. No extraña, entonces, que aparezcan nuevas modalidades que apuntan a mejorar la calidad de vida. Así, muchos profesionales y comerciantes dedican hoy más horas a su vida personal y de ahí que quieran pasar más tiempo en sus casas, tratando de fusionar en un mismo espacio vivienda y trabajo, lo que se denomina home office .
¿En qué consiste el home office? En comprar o alquilar un departamento para utilizarlo como vivienda y un sector destinarlo al trabajo, ya sea como oficina, consultorio o exhibidor de distintos artículos. ¿Qué se logra? Mayor comodidad, ganar tiempo para la persona y evitar el estrés por el incómodo viaje en las grandes ciudades.
Lo certifica Pablo Mosquera, director comercial de Mosquera Grupo Inmobiliario: “Los profesionales, comerciantes y otros cuya actividad les permite hacerlo, unifican vivienda y oficina ahorrando inversiones, costos y muy especialmente el ir y venir todos los días de su domicilio a la oficina, con todos los problemas del tránsito, cortes y piquetes. Se elimina este padecimiento y se gana espacio para estar con la familia o para actividades personales.”
Ante una demanda que aumenta crece la construcción de edificios destinados a home office, que de alguna forma genera un negocio para los inversores. Según el propio Mosquera: “La época es propicia para cualquier tipo de inmueble debido a que la gente no encuentra refugio más seguro para el dinero que en las propiedades; la inversión en ladrillos es de las mejores que tenemos. Una causa fundamental que provoca esta firme tendencia compradora es la desaparición de inversiones financieras o de otro tipo, que sean rentables y seguras, tanto en el país como en el extranjero”.
Así se adquieren estos tipos de departamentos para luego lanzarlos al mercado de locaciones, como otros lo hacen para usufructo propio. Lo que resultaba un mercado chico en la Argentina ahora se torna más amplio y atractivo.
Esto lo confirma Miguel Ludmer, director de la comercializadora Interwin: “Es una buena época para la construcción, venta y el alquiler de este tipo de desarrollo flexible, que puede ser utilizado para cualquier fin, con demanda sostenida y que hace que los inversores, que son por estos días el segmento que demanda unidades de Real Estate, inviertan en estos inmuebles. A la vez, son las pequeñas empresas y los estudios en general los que mudan sus actividades, con más comodidades y mejor ubicados que una típica oficina”.
Las unidades más requeridas son aquellas que no superan los 100 m2, y la mayoría de los emprendimientos presentan como características destacadas cocheras y amenities, como pileta, solárium, parrilla, jardines comunes y SUM.
Por lo general, los condo-hoteles se los puede utilizar como home office, aunque por sus características y medidas de seguridad está más restringido el acceso del público. A propósito, Pablo Brody, de Brody Friedman, comenta: “Para definir el BF SoHo hicimos un estudio de mercado en Palermo, lo que nos hizo saber que hay una demanda insatisfecha de profesionales que buscan el home office, trabajadores free lance de distintas disciplinas, fundamentalmente relacionados con lo artístico-publicitario, directores de cine, productores, creativos publicitarios, pintores y hasta actores, que llegan a utilizar temporalmente un condo-hotel”.
Pablo Mosquera agrega: “Siempre existieron, en hoteles de buen nivel, huéspedes que recibían en sus habitaciones a eventuales clientes, para ofrecerles determinados productos o servicios, en general no habituales. Son mucho más recomendables las nuevas construcciones por comodidad y hasta para tener una cochera en el mismo edificio, además de sentirse como en casa”.
En cambio, Miguel Ludmer opina: “Los condo-hoteles son distintos. Tuvieron auge a mediados de esta década con la explosión del turismo internacional. En los últimos años, muchos se redefinieron como departamentos apto profesional o un mix entre ambas opciones”.
Juan Badino, presidente de Forcadell Badino, añade: “Operamos edificios que oportunamente fueron construidos por nuestra empresa y que tienen un destino mixto, pero hoy se ofrecen como alquiler temporario con todos los servicios que eso requiere: uno en San Isidro y otro en el microcentro. Con el tiempo aumentará el mercado de los home office. Nosotros estamos por construir uno en Don Torcuato, cerca de la intersección de las rutas Panamericana y la 202”.
Cabe citar el comentario que formula el arquitecto Gerardo B., como locatario e inversor a la vez: “Hace un tiempo que estoy instalado en un condo-hotel de Palermo, desde que me separé. Ahí instalé mi estudio donde no tenía inconvenientes para recibir a esporádicos clientes, pero como ahora voy a anexar otros servicios relacionados con la construcción, prefiero un home office para tener mayor comodidad para recepcionar una afluencia mayor de clientes. Por eso me animé a invertir en un nuevo edificio de Las Cañitas, así tengo mi lugar”.
En cuanto a la inversión que demandan estos desarrollos y la financiación que se ofrece, a modo de ejemplo, Miguel Ludmer, de Interwin, detalla algunos casos: “Un edificio en Palermo, en Oro al 2100, demanda una inversión de 7.000.000 de dólares y los de Las Cañitas, en Arce al 500, más de 4.000.000 de dólares; en Arce y Jorge Newbery, cerca de 5.000.000 de dólares”.
Badino informa: “Nuestros edificios representan una inversión de 3.000.000 de dólares para el que está en San Isidro; otro en el microcentro, 2.500.000 dólares”. En cuanto a la financiación, ambos coinciden que un porcentaje del valor fijo se abona al boleto y el saldo, durante la construcción.
El Norte los atrae
Tanto los barrios del sector norte de la Capital como las localidades norteñas del Gran Buenos Aires son los lugares más requeridos por los que optan unir sus viviendas con su sitio de actividad profesional o comercial.
Entre ellos se destacan los barrios porteños de Palermo, Belgrano y Barrio Norte, y en el conurbano, las zonas de Vicente López, San Isidro, Don Torcuato y Pilar. A lo que se refiere Ludmer: “Estas puntos son los que concentran la actividad laboral y la residencia de quienes pueden acceder a estos proyectos, en su mayoría gente de mediano y altos ingresos. La poca presencia de crédito hipotecario en el mercado local hace que el desarrollo se concentre en estos sectores”.
Incluso el interés crece al tener los mejores accesos para entrar y salir de la Capital, sumado el desarrollo comercial y de servicios que ofrecen estos lugares.
Juan Manuel Raimundo, 16 de agosto 2010
Publicado por La Nación.