Inversiones en pozo y la compraventa esperan señales del próximo Gobierno, este trimestre marcó vaivenes en las operaciones con una pausa notoria en agosto último.
MAR DEL PLATA. Son tiempos en que los billetes queman y los ladrillos, cuándo no, asoman siempre como garantía de valor. Más aún si se trata de construcciones frente al mar, como ocurre con algunas de las torres que están a punto de incorporarse al mercado inmobiliario local.
Este trimestre electoral marcó vaivenes en las operaciones con una pausa notoria hacia agosto último, cuando fue el turno de las primarias. Un respiro que se extendió hasta ese cierre de octubre que parecía cargado de definiciones. Y, por fin y más que bienvenido en el sector, un repunte en estas últimas tres semanas que fueron previa del ballottage en el que Mauricio Macri se coronó nuevo presidente.
Entre los operadores del ramo reconocen que la demanda se afirmó apenas se supo que para conocer al sucesor de Cristina Fernández había que esperar casi un mes más. Entonces lo que antes era consulta, de repente se convirtió en una venta confirmada.
Luis Silva, directivo de la Cámara de Desarrolladores Inmobiliarios, confirmó a La Nación que desde comienzos de este mes se nota una significativa mejora en todo el sector. “Hay que destacar cómo se reactivó la inversión, en especial en lo que hace a pozo y edificios en construcción”, explicó.
Es también quien está al frente de Maral Explanada, el complejo diseñado por César Pelli. En esa esquina de Playa Chica que asoma al mar como pocas ya se ve lista en su estructura la primera de las tres torres. Aseguró que a esta fecha tienen dueño el 60% de las unidades que salieron a la venta y estarán habitables a partir de marzo. “A la brevedad entra al mercado la segunda torre”, anticipó Silva.
Es sin dudas el emprendimiento de departamentos más destacado y de mayor jerarquía que tenga Mar del Plata por estos días. El punto más alto para un mercado inmobiliario que sigue incorporando propiedades nuevas con valores que, más allá del ritmo de comercialización, no tuvieron mayores cambios. Hay que calcular en 2500 dólares por metro cuadrado en sectores de calles adentro, como puede ser el muy prolífico entorno centro comercial Güemes, a un piso de 3500 si los ventanales permiten vista al mar.
Ese sector en particular fue protagonista destacado en los últimos tiempos y tiene ahora un valor adicional con el flamante shopping y centro cultural que se acaba de levantar en las dos manzanas que albergaron durante décadas a la vieja estación de ómnibus.
Lo bueno es que la búsqueda de nuevos espacios para estos desarrollos no se detiene. Frente a las playas, con el centro y la zona de Playa Grande y Golf ya bien cubierta, las opciones se abren a norte y sur. Hacia el primero de los extremos la expansión nació hace algunos años. Y sobre Punta Mogotes las inversiones empezaron a caer hace dos temporadas, con primeros resultados ahora, como es la torre Ulises, de cara al complejo de balnearios del sector.
Las construcciones nuevas, en cuanto a edificios nuevos se refiere, también ganan espacio en áreas céntricas, las zonas de La Perla más próximas a la costa y hay muchas expectativas sobre la reconversión que podría darse en el corredor de calle Alem, eje central del ex polo de nocturnidad de Playa Grande que mutó hacia el perfil comercial y, de a poco y cada vez más, unidades en altura.
Miguel Ángel Donsini, presidente del Centro de Martilleros y Corredores Públicos de Mar del Plata, también refiere a la pausa lógica y recurrente que se da en las operaciones inmobiliarias cuando hay coyunturas electorales con cambios de gobierno de por medio. “Pasó hasta cuando estaba cantado que Cristina Kirchner iba a ser reelecta, en 2011”, comentó a La Nacion.
Con valores que se mantienen sin mayores modificaciones y ya con la certeza del nuevo presidente, Donsini considera que ahora habrá que esperar a las primeras señales del nuevo gobierno, a partir del 10 de diciembre. “En particular con el dólar”, advirtió sobre la moneda que rige la dinámica del mercado.
Afirmó que por eso la compraventa de usados está con el freno de mano puesto y confió en que hacia fin de año, y más aún hacia el fin de la temporada estival, en esta ciudad y la costa se podrá ver hacia dónde apunta el mercado.
El otro gran impulso en la construcción está en las viviendas unifamiliares. Los créditos de programas oficiales abrieron una chance que se aprovecha y bien. Se levantan nuevas casas en los barrios, con notorios progresos en puntos periféricos que ofrecen tierras a mejor valor. El gremio de albañiles asegura que, aún con 30% menos de torres en marcha que otros años, están con ocupación plena de su mano de obra.
Por Darío Palavecino, Sábado 21 de noviembre de 2015
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION