Lo que hay que saber antes de comprar una unidad de doble altura

La escasez de oferta de este tipo de departamentos genera que, en proyectos premium, defiendan altos valores de venta; la sensación de amplitud y la luminosidad de los ambientes son algunas de las ventajas.

En el mercado inmobiliario se suele hablar del metro cuadrado pero pocos consideran el factor altura a la evaluar cuánto cuesta un inmueble. “Si uno analiza, en un buscador de propiedades cuando se enumeran las características de una unidad, la altura no se menciona. Pero la realidad es que esa es una variable que genera mayor valor a la propiedad”, reconoce Francisco Villamayor, director general de la inmobiliaria Bresson, que acaba de lanzar una app para calcular los metros cúbicos de un piso.

Se trata de viviendas con pocas divisiones y ciertas particularidades. Entre las ventajas, los techos altos generan amplitud y sensación de libertad. Además exigen ventanas más grandes que aportan una mayor iluminación y proyección al piso. “Después de la tiranía del metro cuadrado, es momento de pensar en lo que supone la revolución del metro cúbico con todos los beneficios que trae a la hora de vivir una casa”, agrega Villamayor. Hay que tener en cuenta que la altura mínima permitida para la construcción de una vivienda es de 2,60 metros, tres metros se considera una buena altura y cuando se trata de ambientes de tres metros y medio ya puede hablarse de un espacio imponente. Analía Grecco, gerente de la División Palermo de L.J. Ramos, aclara que en edificios de construcciones standard no se considera la altura, ya que los inmuebles son más valorados por sus metros tradicionales -los cuadrados- y menos valorados por los cúbicos. Pero en construcciones de categoría, sí es considerada la altura. “Los espacios abiertos y los techos altos generan valor agregado porque permiten diversas y modernas decoraciones, quitan la sensación de encierro, y el propietario puede ampliar el lugar con agregados de entrepiso generando nuevos ambientes”.

Para los casos en los que los techos no tengan suficiente altura para generar un nuevo ambiente en el que una persona pueda moverse con comodidad, la arquitecta interiorista Evangelina Calzetta da una solución: “se pueden generar bibliotecas con lugares de guardado, que cubran la doble altura, con escaleras accesibles, integrándose perfectamente al ambiente, incluso dándole mucha calidez y personalidad.

En síntesis: diseño, luminosidad, amplitud y la posibilidad de aprovechar los espacios son variables que generan un impacto de imagen sobre todo en el segmento de los compradores jóvenes. “Hay zonas en las que este tipo de propiedades son buscadas como Palermo Soho o Hollywood, no solo para vivienda sino también como lugares de trabajo u oficinas”, relata Hernán Siwacki, socio gerente de Capital Brokers Propiedades.

Pese a las ventajas, la realidad es que la tendencia actual es que los desarrolladores construyan menos altura para optimizar la mayor cantidad de pisos posibles. “Muchas veces el comprador no presta atención a la altura que es lo que puede provocar que una unidad genere sensación de encierro”, reconoce Villamayor. Por caso, la demanda premium es una de las más atentas a este tipo de detalle. De hecho, los proyectos en los que el metro cuadrado supera los US$5000 siempre suelen tener una altura más alta que la media. “Este es un mercado en el que ya no hay compradores para cualquier producto. Por eso es clave diferenciarse”, analiza Ignacio Trabucchi, uno de los fundadores de la desarrolladora ATV, que desde su nacimiento en 2003, jamás construyó un proyecto tradicional. El empresario está convencido que los intangibles como las alturas, las expresiones descubiertas, los verdes y una unidad sin columnas ponderan en la valorización de una unidad. “Definir una pared de vidrio en lugar de cemento es más costoso, hacer una losa colgante también, generar pisos sin columnas ni tirantes te permite vivir el espacio de otra manera”, agrega Trabucchi, quien estima que la diferencia del costo de construcción de una obra tradicional y una de este tipo es de US$400/m2: US$1800 versus US$2200/m2. El empresario prepara el lanzamiento de un proyecto de doble frente en Thames y Cabrera, en el que se destinarán US$6 millones de inversión. Tendrá 20 lofts de entre 62 y 217 metros cuadrados con un precio que oscilará entre los US$3300 y los US$3500/m2. “Las unidades tendrán paneles corredizos lo que permitirá que quien la habite la adapte dependiendo su uso: para trabajar o esparcimiento”, detalla.

Fuente: LA NACION - Crédito: Mauro Alfieri

Famosos por las fábricas

Los lofts ganaron protagonismo cuando comenzaron a reciclarse algunas fábricas ubicadas en zonas estratégicas de la ciudad de Buenos Aires, inmuebles que, por sus características permiten generar espacios de hasta seis metros de altura. Si bien en la mayoría de los casos se aprovecha ese espacio aéreo para generar más metros y ambientes, en los emprendimientos de más categoría jamás se descuida su espíritu que es el espacio abierto y aunque dispongan de entrepisos logran un equilibrio en el que predomina la valoración del metro cúbico.

La tipología es mucho más que una moda en el mundo de las propiedades, y así lo demostraron con el correr de los años. Lo que empezó en fábricas remodeladas atrae hoy a un público joven -no de años sino de actitud, aclaran los comercializadores-. Las unidades se multiplican en la Ciudad de Buenos Aires y en el Conurbano, especialmente en el corredor Norte. Daniel Zanzotti, desarrollador y comercializador de este tipo de propiedades, destaca que a pesar de que estas propiedades comenzaron en estructuras recuperadas, la nueva “patria loft” está en Palermo y Cañitas, donde se encuentra el segmento socioeconómico con el poder adquisitivo suficiente para acceder a unidades nuevas. “Los lofts permiten unir en un mismo ambiente diferentes espacios con un espíritu común. Y la ventaja es que en 60 metros cuadrados se puede lograr un ambiente más amplio y luminoso si se lo compara con una unidad tradicional del mismo metraje”, detalla Alejo Ricciardi, gerente comercial de Landa Inmobiliaria. Otro atractivo es la transferencia del horizonte visual. “En una construcción convencional, los ambientes son de tres por tres o tres por cinco; en el loft, todos los ambientes se juntan y eso hace que las paredes se alejen, lo que genera una sensación de bienestar a quien disfruta de la amplitud”, relata Zanzotti. “Además del plus de la luz natural que en el caso de los lofts, dada la espacialidad es mayor y fluye a lo largo de todo el ambiente ya que no existen muros internos que obstaculicen la visión”, agrega Carlos Spina, director comercial de Argencons, la desarrolladora que está construyendo un edificio con unidades de este tipo dentro de su proyecto Distrito Quartier Puerto Retiro. Los lofts estarán donde se encontraba el Hospital Ferroviario -se reutilizará la estructura- y habrá unidades residenciales aptas para uso profesional -desde 42 metros cuadrados- que hoy, en pozo, se están comercializando a US$3880/m2, con tickets desde US$163.000. “Las duchas de los baños dan al ambiente a través de un vidrio para lograr que la luz cruce a todas las áreas”, marca un detalle Spina.

La ambientación es fundamental no sólo desde el diseño sino también desde la funcionalidad de la unidad. “Al momento de crear el interior, elijo cortinados con buena caída, elegantes, de fácil limpieza como ser los linos o las panas, que puedan darle personalidad, y a su vez, oscuridad al momento que se necesite”, detalla Calzetta. Agrega que si fuese necesario oscurecer en su totalidad las cortinas roller black out, con control remoto son la opción indicada. Por otra parte, en general, los pisos de doble altura, al tener paredes más altas, poseen mayores posibilidades en cuanto a la decoración: permiten desde la colocación de un cuadro más grande hasta un tapiz y hasta un objeto de arte. A la hora de elegir los elementos de iluminación las opciones también se amplían: se puede jugar con arañas o lámparas de grandes dimensiones. “También se puede utilizar una iluminación puntualizada, creando luces y sombras. Con la distancia, el artefacto, pierde luminosidad, ya sea leds o incandescencia. Otro factor importante es la temperatura, el color y el ángulo que toma la luz al ser emitida por el foco. Siempre elijo ángulos pequeños, para resaltar aún más su situación escenográfica”, agrega Calzetta.

Pero los lofts no son aptos para todos, ¿por qué? La falta de divisiones puede traer contratiempos que tienen que ser previstos. Los especialistas coinciden en que es una vivienda para una pareja o para una persona que vive sola, ya que, salvo excepciones, es una tipología con poca privacidad y por otra parte, la altura genera riesgos cuando hay niños en la familia. “Evidentemente, este estilo de vida tiene sus limitaciones para la familia convencional, que necesita privacidad entre padres e hijos y que en el loft no la va a encontrar”, señala Zanzotti.

Un análisis aparte merece la presencia de escaleras, Ricciardi detalla que no es una construcción recomendada para la tercera edad o para niños muy pequeños. Tampoco para personas desordenadas o que disfruten de la privacidad de los espacios. “Hay que estar atentos a posibles problemas de ruidos, porque las superficies indivisas generan, obviamente, cuestiones de convivencia que tienen que ser previstas”, detalla Spina. Por otro lado, y más relacionado con la calidad de vida por la infraestructura del edificio, el gerente comercial de Argencons recomienda prestar especial atención a cómo está hecha la readecuación de las viviendas -en caso de que sea el reciclaje de un proyecto antiguo- y cómo están concebidas las áreas comunes. Las vistas son otro condimento clave. Para que generar una doble altura si el propietario se encuentra con una medianera. En este sentido, Ricciardi diferencia los lofts de la Ciudad de Buenos Aires que, a su juicio, generalmente están en edificios reciclados, silos y fábricas, de los que se encuentran en la provincia de Buenos Aires y que en general se trata de edificios nuevos que se pensaron con vistas abiertas.

A la hora de hablar de precios, Villamayor, de Bresson Propiedades -inmobiliaria que desarrolló un sistema de tasación online que incluye la altura del techo como una variable con incidencia en el precio de una propiedad- afirma que la altura representa el 10 por ciento del valor de una propiedad. “Sí los compradores están dispuestos a pagar por cada metro cuadrado de balcón, a veces angostos y de poco uso, un monto que representa la mitad de lo que cuesta el metro cuadrado dentro de la propiedad, la altura también podría instalarse, con el tiempo es una variable objetiva que contribuye al valor de una propiedad”, concluye.

Si bien se trata de una tipología particular, la necesidad que tiene la gente de habitar un departamento con la sensación de estar en una casa genera que los desarrolladores se animen a unidades atípicas como las casas en altura. Son pisos con estructuras sin columnas, plantados en hormigones aéreos, ambientes con muchos ventanales, livings con espacios de doble altura y dormitorios cerrados para ganar privacidad. Propuestas que logran cautivar a la demanda que jamás hubiera elegido un loft. De esta manera ,se resignifica desafiando la creatividad de los arquitectos y poniendo a prueba la osadía de los desarrolladores para animarse con obras distintas.

Por Silvina Vitale y Sofía Terrile, Sábado 21 de julio de 2018
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION

Efecto Metrobus: cómo impacta en las ventas de los locales de la zona

El medio de transporte no genera grandes cambios en los corredores consolidados pero beneficia a los inmuebles de las arterias transversales.

Al momento de elegir la ubicación donde construir locales o instalar un nuevo negocio, son múltiples las variables a considerar. Entre ellas, la afluencia de público en la zona, la disponibilidad de servicios y de vías de transporte que impulsen la circulación de los posibles clientes. En función de ello, la llegada del Metrobus a zonas comerciales genera polémica entre conductores de automóviles particulares, choferes, pasajeros, peatones y, así también, con los comerciantes que se ven afectados por el cambio en la dinámica de circulación. “Desde el punto de vista de la actividad comercial, hay diferentes miradas sobre el impacto que produce el Metrobus. Seguramente un cambio del tráfico de las personas en las veredas para algunos lugares puede ser beneficioso y, para otros, no tanto”, explica Marcelo Zuliani, gerente Comercial del área de retail de la consultora Colliers International Argentina. Y cita como ejemplo el corredor de Cabildo y Juramento: “Desde el punto de vista de las ventas podría generarse un impacto no tan positivo, ya que el pasajero en tránsito compra al regreso de su trabajo y, muchas de las veces, esperando en la parada del colectivo, ve algún local de interés, sale de la fila y adquiere algo. Pero, si los pasajeros transitan y esperan el colectivo en la mitad de la avenida -donde se ubican las paradas del Metrobus, la circulación por las veredas disminuye y esto claramente afecta las ventas”, profundiza. De todas formas, aclara que hoy la vacancia en esa zona es “muy sana, prácticamente cero” y aún no puede evaluarse cómo impactan esos cambios. Para Mario Korn, presidente de la inmobiliaria homónima, en avenidas con un gran desarrollo como Cabildo, la instalación de esta red de transporte no afectó absolutamente en nada la vida comercial diaria. “Hoy se registra el mismo nivel de actividad con escasa vacancia en locales, tanto en venta como en alquiler”, explica.

El análisis es diferentes en las arterias con menor desarrollo comercial: “Trajo mejoras en iluminación y al tráfico vehicular, pero perjudicó a algunos comercios que, anteriormente, al estar ubicados en las paradas de los colectivos, tenían mayor consumo de gente que estaba esperando el transporte”, agrega. Miguel Altgelt, presidente de Altgelt Negocios Inmobiliarios, opina que esta red “aumenta la cantidad de personas que toman los ómnibus” y por lo tanto, “esas avenidas se benefician”. Pero, hay otros casos en los que “es diferente porque antes de su llegada, las paradas estaban frente a los locales y se pierde público”. No obstante, el broker sostiene que todavía se perciben cambios. “La situación de los locales es difícil, con o sin Metrobus”, dispara y agrega que “los que seguramente se beneficien son los locales sobre las calles que cortan al Metrobus ya que la gente que pasa por allí es mucho mayor”.

En tanto, Diego Migliorisi, socio gerente de Migliorisi Propiedades, no duda en considera que esta vía de transporte aporta un aumento de público por dos motivos: “Los peatones que antes caminaban hacia una parada en el interior de una calle hoy lo hacen hacia a la avenida por lo que tienen paso obligado por los comercios del entorno. Y, quien se acerca en vehículo especialmente a un comercio sobre la avenida, estaciona en las calles internas y también debe realizar un trayecto a pie pasando por los diferentes comercios”.

El transporte, motor de crecimiento

Zuliani advierte que el panorama es distinto cuando la zona no está consolidada o es poco transitada, caso en el que podría incidir positivamente. Aunque aclara que si se tratase de una avenida vehicular como puede ser Juan B. Justo, “no se generarían grandes cambios”. El ejecutivo marcó como positivo el Metrobus que se extiende por la ruta 3 en La Matanza. “Es una zona en la que el medio de transporte la realzó, la urbanizó y generó seguridad. Un fenómeno que en el futuro desencadenará en la instalación de nuevos locales comerciales y en la mejora de los existentes”.

En cuanto al valor de alquiler de los locales comerciales en las zonas de influencia de este medio de transporte, Zuliani considera que podría impactar con una suba “donde no había una actividad comercial consolidada y, por ende, donde se genere un flujo activo de mayor tráfico”.

Sin embargo, para Altgelt, “en la actualidad esto no influye” ni para la suba ni para la baja del valor del alquiler. No obstante, Migliorisi tiene una percepción diferente: “Sin duda los locales que están ubicados frente a las paradas valen por lo menos un 25 por ciento más que los inmuebles que no lo están porque allí confluye el público de todas las líneas. Es un público peatonal que antes no era tan fluido y que actualmente se triplicó”, profundiza y remarca que las propiedades ubicacadas en las calles internas o cuadras próximas a las paradas sobre el trayecto del Metrobus también se vieron beneficiados.

Fuente: LA NACION - Crédito: Ricardo Pristupluk

Un análisis aparte merece el fenómeno que se está generando en el cruce de la avenida Cabildo casi General Paz: “Es una zona en la que se está incrementado la actividad comercial y allí las paradas del Metrobus pueden incidir de manera positiva porque si la gente está reduciendo su tiempo de viaje, le queda resto para recorrer esos 15 o 20 minutos que se ahorra. Distinto sería el efecto que podría producir un Metrobus en Acoyte y Rivadavia, uno de los mejores corredores comerciales de la Ciudad, donde, desde el punto de vista comercial, su impacto sería negativo”.

Zuliani aclara que, como hasta el momento, no hay registros que permitan concluir el impacto del medio de transporte en los resultados comerciales, hay que analizarlo desde “cómo se percibe el comportamiento de la compra según la demanda que los clientes les hacen”, ya que al tener que elegir un local comercial “algunos toman en cuenta que esté ubicado en la vereda donde haya paradas de colectivos y, en esos casos, el Metrobus no podría dar respuesta”.

Según el vocero de Colliers, en particular para los rubros relacionados con servicios financieros, supermercados o de gastronomía, “si el Metrobus pasa por el medio, preferirán estar en la cuadra de las paradas antes que no estar. Y todavía más si el local está en la esquina, donde la gente cruza hacia la parada y lo ve. De esta manera, las esquinas tomarán seguramente más protagonismo, aumentando la demanda”.

En definitiva, los casos prueban que el impacto sobre la vida comercial es distinto en cada avenida. Las marcas, a la hora de definir donde se van a ubicar, exigen locales con la mayor visibilidad posible. Un objetivo para el que se ponderan ubicaciones de esquinas, tráfico peatonal y vehicular, medidas del frente del local y la posibilidad que tiene la propiedad de instalar una buena marquesina, entre otras variables. “Hoy el Metrobus no es un requisito recurrente al momento de elegir donde ubicar su comercio pero si lo es la cercanía que tiene el inmueble de las paradas de colectivos”, apunta Korn. “Romper con una dinámica de circulación en las zonas origina cambios que pueden ser positivos, neutrales o negativos, dependiendo de las características de cada una”, concluye Zuliani.

El impacto en las oficinas

Como toda nueva vía de transporte, el Metrobus no solo puede afectar la vida comercial de una Ciudad sino también incidir en el flujo de la demanda y oferta de oficinas. “Sin ninguna duda las principales líneas de Metrobus -que impactan sobre el mercado de oficinas- son las de las avenidas 9 de Julio y Leandro N. Alem. Históricamente ambas avenidas delimitaron la zona central de oficinas de Buenos Aires, y se caracterizaron por ser grandes arterias de transporte”, afirma Paula Maidana, broker de Cushman & Wakefield, referentes en servicios inmobiliarios corporativos. Si bien se trata de submercados consolidados, la llegada de ese medio de transporte generó un gran diferencial en el entorno de las oficinas en cuando a visuales y circulación tanto de los medios de transporte público como de los privados. Otra de las líneas de Metrobus que impacta en la oferta de pisos corporativos es el que corre por la avenida Cabildo. En cuanto a si hay diferencia de valores de alquiler, Maidana sostiene que “esto no solo se da por la inmediatez al Metrobus y la conectividad, sino también por la impronta de los edificios frente a avenidas. El valor está relacionado a la combinación entre ubicación y tipo de edificio”. Korn agrega el impacto de un aumento en la demanda porque “muchas empresas empezaron a mirar las zonas con Metrobus por la facilidad que tiene la gente para desplazarse al lugar de trabajo de forma rápida”.

Por María Eugenia Usatinsky, Lunes 16 de julio de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION

¿El ladrillo continúa siendo un refugio de valor?

En un contexto volátil y complejo, con la suba del dólar y la disminución de los créditos, qué recomiendan los brokers a la hora de comprar o invertir en propiedades, a pesar de la coyuntura actual.

Para Francisco Altgelt, vicepresidente de Altgelt Negocios Inmobiliarios, el ladrillo sigue siendo un refugio de valor, ‘’sobre todo para el inversor conservador, si se tiene el dinero hay que comprar porque la propiedad que uno busca y quiere puede ser que más adelante ya no esté. La especulación muchas veces no es la mejor de las decisiones’’.

Asimismo, agrega que hay que tener en claro qué se busca, ya que eso permitirá realizar una búsqueda lo más exhaustiva posible para tener un buen comparativo de precios. Y precisa que el comprador debería conocer qué aspectos de la compra son excluyentes y cuáles estaría dispuesto a sacrificar.

En cuanto al tipo de propiedades y las zonas convenientes, Altgelt asegura que hay que avanzar con aquellas que cumplan con los requisitos propios de compra, aunque aclara que, en el caso de que se busque para inversión ‘’quizás habría que buscar en zonas en desarrollo o donde los alquileres ya estén consolidados’’.

APUNTAR AL LARGO PLAZO

A su vez, Marcelo Di Mitrio, de Di Mitrio Propiedades, especialista en la zona sur de la Capital Federal, es cauteloso y resalta: ‘’Todo dependerá del intervalo temporal que se considere, en el largo plazo el bien inmueble demostró sortear todas las crisis que presentó nuestra economía desde comienzo de los 80’ a la fecha, revalorizando su cotización en aquella moneda; en el corto plazo la evolución de los activos inmobiliarios puede presentar ruidos con movimientos hacia la baja, tal ocurre en la actualidad en el mercado de los inmuebles usados.’’

Sin embargo, Di Mitrio recomienda ‘’sin dudas’’ comprar: ‘’Las crisis son tiempos de oportunidad solo para quienes tienen la capacidad de advertirlas. En la actualidad existen muy interesantes opciones para ingresar en desarrollos inmobiliarios en áreas en crecimiento como el Sur de la ciudad, concretamente en cercanías del Parque Lezama. Emprendimientos inmobiliarios, con entrega hacia el 2020, y listas de precios en pesos que han quedado relegadas atento a la importante devaluación que traemos de diciembre a la fecha”.

Por su parte, Diego Migliorisi, de Migliorisi Propiedades, advierte que ‘’para llegar a un refugio de ladrillos primero hay que juntar dólares’’. Pero también precisa que tanto la ciudad de Buenos Aires como muchas otras del interior están en ‘’pleno desarrollo y ese es un crecimiento diverso que permite múltiples opciones’’. Además, señala que la ubicación es un factor muy importante, ‘’como también lo son los barrios en desarrollo’’ como Paternal, Chacarita, Villa Crespo y todos los relacionados con la Villa Olímpica; ‘’el que apuesta allí hará un excelente negocio’’, vaticina.

Tomas Seeber, director de RG Montes, afirma que: ‘’si tomamos series de largo plazo, el ladrillo es refugio de valor frente al aumento del dólar. Siempre ha demostrado serlo frente a inversiones más inestables como las financieras donde uno puede ganar mucho en lapsos cortos de tiempo, pero también perder mucho. La inversión en inmuebles siempre es más conservadora pero más estable y en moneda dura”.

Hernán Oppel, director de Oppel Inmobiliaria, también considera que en toda época el ladrillo ha demostrado ser la mejor inversión: ‘’los inmuebles deben evaluarse según el costo de su reposición, es decir que son el resultado de por lo menos dos variables muy fuertes, como ser el costo de la tierra, medido en términos de bien escaso por su ubicación, y la construcción, medido en horas hombre por la mano de obra y el costo de materiales’’. Para Oppel, resulta fundamental descubrir la oportunidad ‘’en periodos de gran actividad no se encuentra mucha oferta debido a la gran demanda existente, y uno compra lo que más le cierra. En momentos como éste, donde la menor demanda genera mayor y más competencia en la oferta, es buen momento para comprar, ya que encontramos más oferta y eso provoca que se pueda elegir mejor’’.

QUÉ COMPRAR Y DÓNDE

Según Altgelt, el usado tiene los precios en equilibrio y al nuevo no le ve mucho margen para la baja. Además indica que ‘’los de pozo están saliendo con valores altos en relación con el usado. Antes de la aparición de los créditos hipotecarios, la compra en pozo era una buena alternativa de compra financiada. Habrá que ver si hay un resurgimiento de los créditos’’. Y puntualiza que si la compra es para inversión es importante analizar la renta: ‘’en ese caso lo mejor es cualquier inmueble que tenga una renta mínima del 5% anual en dólares. Hoy los locales comerciales son lo que más se asemeja a esa renta’’.

Por su parte, para Oppel, el pozo es una buena oportunidad para comprar inmuebles al costo y con cierto financiamiento ‘’que suele ser el plazo que dure la obra y destinar cuotas en pesos para luego encontrarse con un producto final revalorizado’’. ‘’El usado es una excelente oportunidad para comprar inmuebles con escritura y posesión inmediata en ubicaciones difíciles o imposibles de encontrar reemplazo, con buenos materiales y a valores que, en muchas ocasiones, no llegarían a su real costo de reposición’’.

Oscar Puebla de Puebla Inmobiliaria, recomienda evaluar el tipo de operación en base al monto de inversión que se tenga: ‘’en un monto de entre U$20.000/U$30.000, la opción es la compra de cocheras en zonas de alta densidad, ya que estas inversiones generan una buena renta y le permite a un pequeño inversor acceder a un bien inmueble y de rápida realización a la hora de venderlo’’.

Ezequiel Chomer, CFO (Chief financial officer) de Grupo Chomer, compañía desarrolladora, considera que en el contexto actual, la inversión ‘’depende del tipo de producto a comprar y la zona, hay que ser más cuidadosos que antes, ya que cada propiedad responde distinto’’. Hoy se encuentra valor en los productos premium, ya que su target está más disociado de las crisis económicas y también en productos asociados a un contexto de dólar alto: ‘’hay que pensar como en cualquier otra inversión: ¿Qué panorama vemos para los próximos años? ¿Habrá mayor demanda de viviendas? ¿Mayor turismo receptivo? ¿Mejores rentabilidades en el campo, en la industria, en las empresas de servicios? Si uno logra responder estas preguntas es más fácil dirigir la inversión inmobiliaria, hacia viviendas, locales u oficinas. También hay que prestar atención a los cambios de regulación. Por ejemplo, con el nuevo código de edificación de la ciudad será casi imposible construir nuevas torres. Tiene sentido aprovechar a comprar departamentos en torres nuevas o usadas ya que se convertirán en un bien escaso”.

PLAZOS Y RENTABILIDADES

En relación con la inversión y los tiempos, para Chomer el mercado inmobiliario no puede pensarse con seriedad ‘’para un pase de manos’’. Esto se da sólo para quienes están en el rubro. El ciclo es otro, comprar en pozo para vender cuando está terminado es una estrategia común que suele dar resultado ya que uno toma el riesgo del éxito del negocio en sí, logrando un diferencial de punta a punta de un 30% por lo menos. En el usado esa estrategia sólo suele servir si uno compra a refaccionar y vende reciclado, pero por lo general el ciclo debe ser medido en no menos de 5 años. Lo que debe responderse, antes de invertir, es: ¿por qué creo yo que este inmueble subirá de valor en ese plazo?’’.

Por su lado, Oppel agrega que la inversión en inmuebles suele ser directamente proporcional al tiempo transcurrido, aunque lógicamente siempre irá de la mano de la economía: ‘’como cualquier mercado fuerte, en el mediano plazo, suele estar su punto de madurez’’. Y comenta que el alquiler temporal requiere que sea en una zona determinada y específica, y requerirá ocuparse cotidianamente ya que tiene una alta rotación de inquilinos, debiendo promediar entre el tiempo vacío y ocupado para evaluar su renta; mientras que la renta fija, solo requiere estudiar muy bien el perfil del inquilino cada dos años y un seguimiento mensual para repasar su cumplimiento’’.

‘’Como negocio tradicional, comprar un departamento para alquilarlo conlleva una renta limpia de alrededor del 3,5% anual, más la valorización esperada. No está tan mal, pero si uno busca una estrategia más profesional, sugiero prestar atención a los ciclos de cada tipología y cada zona: comprar zonas que puedan crecer en demografía, en calidad, en infraestructura’’ afirma Chomer. Y agrega que no puede pensarse sólo un negocio inmobiliario por su valorización ni sólo por renta: ‘’para maximizar la utilidad debe lograrse valor en ambas. Por ejemplo, comprar una propiedad demandada y obtener una renta por encima de la media, digamos un 5%, y conseguir más una valorización anual de otro 5%, por ser una zona en crecimiento, permite al final del ciclo del negocio haber logrado una utilidad anual del 10%, lo que significa un excelente rinde como inversión. Y otro consejo final: “no atarse al inmueble. Si alcanzó su nivel máximo en la curva de valor, venderlo y continuar la inversión en otro lado. El inversor conservador piensa en la variable ubicación, pero el inversor profesional también piensa en la variable de tiempo”.

Jueves 30 de Agosto de 2018
Publicado en Indicadores y Finanzas de www.areas-digital.com.ar

Efecto devaluación: los 10 cambios que sufrió el mercado inmobiliario

El nuevo tipo de cambio modificó las reglas de juego: se negocian los precios, un alquiler puede representar hasta la mitad de la cuota de un crédito y surge el “dólar ladrillo” para cerrar las operaciones de venta

La disparada del dólar que generó una devaluación del 60 por ciento en lo que va del año enfrió el mercado inmobiliario. Después de un año de récords, mayo fue el primer mes malo ya que si bien el número de escrituras en la ciudad de Buenos Aires aumentó un 15,5 por ciento contra igual mes de 2017, las operaciones bajaron un 1,5 por ciento respecto de abril. Estos datos anticipan que terminaron los tiempos con viento de cola en el que las escrituras crecían a un ritmo del 30 por ciento mes a mes. “El aumento interanual se desaceleró y lo va a seguir haciendo hasta que quizás algún mes del segundo semestre dé negativo”, anticipa José Rozados, director de Reporte Inmobiliario. En este contexto, en el sector, identifican los diez cambios que reflejan un escenario con temperatura bajo cero.

  • Hay un mayor margen para negociar los precios. La postal de menos compradores genera oportunidades puntuales en un contexto en el que las operaciones de venta se cierran con mayor esfuerzo y márgenes de negociación que, Francisco Altgelt, vicepresidente de Altgelt Negocios Inmobiliarios, estima que varían entre 5 y 10 por ciento sobre el valor publicado. Tomás Seeber, director de la inmobiliaria RG Montes habla de un punto de inflexión: antes el equilibrio de fuerzas entre oferta y demanda estaba inclinado a la primera, derivando en consecuencia en que el margen de negociación era mínimo lo que generaba una tendencia a la suba de valores. Hoy el escenario es distinto. La oferta y la demanda está desencontrada. El aumento de las tasas de las líneas de crédito achicó el universo de personas con poder adquisitivo para acceder al techo propio. Por otro lado, quienes aún tienen capacidad económica para comprar prefieren dilatar la decisión especulando con un reacomodamiento de los precios. “Los inversores con propiedades prefieren no vender. Como suele suceder en situaciones de crisis optan por quedarse y refugiar su capital en el ladrillo”, explica Sebastián Friedman, director de la desarrolladora Brody Friedman.
  • Se desacelera el aumento de los valores. En junio el precio medido en dólares se incrementó un 0.5 por ciento respecto a abril. Es la menor suba mensual desde abril del 2017, según datos relevados por Zonaprop. “En los últimos dos meses comenzaron a surgir indicios de cambios en esta constante”, afirma Federico Barni, director Navent el grupo propietario de la plataforma. De todas formas al analizar el comportamiento del primer semestre del año, los valores siguieron en alza. En la primera mitad de 2018, el precio medio de las propiedades acumula un incremento de 6.7 por ciento con un metro cuadrado que promedia los US$2532, según datos del mismo relevamiento. “Hasta ahora los valores se mantuvieron sólidos pero hay una expectativa de baja”, admite Damián Tabakman, presidente de la CEDU, la Cámara que nuclea a las principales desarrolladoras.
  • Bajó el costo de la construcción. El descenso se dio por efecto directo de la devaluación. Se estima que, en dólares, cayó 20 por ciento en los primeros seis meses del año. “Como consecuencia, los costos de reposición a nuevo de una vivienda sumando los honorarios y demás costos implicados en su construcción, se redujeron en torno al 10 por ciento, aun manteniendo la dolarización del precio de la tierra en la ciudad”, analiza Rozados. Tabakman alerta que la clave para determinar cuánto podría durar esta baja estará determinada por el plazo en el que la devaluación se traslade a precio.
Los proyectos, en espera. La baja del costo de construcción no alcanza para que arranquen las obras
  • Las cuotas de los créditos casi duplican la de un alquiler. Los créditos UVA actualizan las cuotas y el capital en base a la inflación. Este tipo de préstamo se compone por una tasa que varía entre el 6 y el 10 por ciento más el ajuste de las cuotas correspondiente al índice de precios. Además, estas no pueden superar el 25 por ciento de los ingresos del tomador. Esta ecuación genera que el alquiler mensual de un monoambiente usado al valor medio en la ciudad de Buenos Aires ronde los $8000 y la cuota para afrontar la compra con crédito de ese inmueble sea exactamente el doble: $16.138, según datos de Reporte Inmobiliario. “Al fuerte salto en el precio de la propiedad provocado por el tipo de cambio más la apreciación en dólares de la propiedad que, hasta mayo, fue cercana al 10 por ciento interanual, debe sumarse el aumento de las tasas de interés de los créditos bancarios, que buscaron la corrección hacia un nivel más acorde a la actual coyuntura financiera”, explica las razones, Rozados.
  • Para acceder a un préstamo, se requiere el doble de ingreso. Un grupo familiar necesita casi $65.000 mensuales para comprar un departamento de un ambiente valuado en US$93.500 en la Capital Federal. Ese número más que duplica al monto necesario en mayo del año pasado. El cálculo se realizó para créditos UVA con plazo a 30 años del Banco Nación con un préstamo que equivale al 80 por ciento del valor de la propiedad, sin acreditar haberes en esa entidad. “Si bien está la posibilidad de sumar salarios, esto generó que haga falta un ingreso que es un 176 por ciento más alto que el que era necesario en mayo 2017. Ya se requiere más del doble que hace un año atrás para calificar para comprar”, analiza Rozados, para quien la demanda está en retirada .
  • Se impone el retasado. La paralización de las operaciones realizadas con crédito hipotecario, que en los últimos meses representaron entre 35 y 40 por ciento del mercado impacta de forma directa con una baja en la demanda. “Por eso quienes quieran vender, deberán retasar sus inmuebles”, explican en el mercado. Una devaluación interanual del 70 por ciento e ingresos en pesos que no crecieron en la misma proporción produce un desfasaje en el proceso de obtención de un crédito hipotecario, el motor de la generación de un mercado dinámico. La necesidad de retasar tiene relación con sincerar que lo que haya en la oferta pueda participar del nuevo mercado. “En caso contrario quedan posicionamientos teóricos. Hay una oferta que antes valía lo que valía porque había alguien que lo podía comprar con crédito y que hoy quedan fuera del radar”, profundiza Rozados. Pero la realidad es que a la hora de revisar los datos, los vendedores, por ahora, se están resistiendo a retasar las propiedades. Por caso, en Serinco, una de las tres empresas más importantes en tasaciones realizó sólo tasó 52 departamentos en la Capital contra los 948 relevados en el mismo mes del año pasado. La merma arrancó en marzo: tasaron 434 propiedades, menos de la mitad de los numeros de marzo de 2017 cuando fueron 943. Si se analiza la evolución hasta junio: el año pasado habían realizado 5135 mientras que este sólo 2393. Son números que están en sintonía con la caída del 60 por ciento de los créditos UVA en los últimos dos meses dados a conocer por el Banco Central.
Por la suba del dólar, construir es entre 10 y 20% más barato
  • Surge el dólar “ladrillo”. Para concretar las operaciones, hay casos en los que compradores y vendedores pactan un valor artificial de la moneda norteamericana, a mitad de camino entre el precio al que estaba cuando se acordó avanzar en la operación -por ejemplo, en la firma del boleto- y la última cotización del dólar. Esto ocurre principalmente cuando se trata de operaciones encadenadas, donde los actores están sujetos a otras ventas, algo que suele llevar un lapso de semanas o meses en los que el precio del dólar puede variar mucho. “Desde que el dólar se estableció alrededor de los $29, se han cerrado operaciones con un dólar alrededor de $25 y $26, privilegiando la concreción de la operación, en un contexto que, de otra manera, conduciría a su cancelación”, confiesan desde los departamentos de créditos de las entidades bancarias. Martín Boquete, director de Toribio Achával Propiedades, confirma que en la mitad de los casos se llega a un acuerdo entre las partes para tomar en consideración un dólar virtual. “Por ejemplo, si estaba a $25 al momento de tomar la decisión y ahora llega a $29, se negocia a $28, porque las partes ya vienen conversando hace muchos meses y tienen más ganas de firmar que de suspender la operación. Nosotros intentamos que los dos cedan un poco para concretar la operación”, relata el broker. Jorge D’Odorico, titular de D’Odorico Propiedades admite que los acuerdos para tomar un tipo de cambio intermedio se llevan a cabo en al menos la mitad de las operaciones que se hicieron desde que comenzó la volatilidad del dólar. Esto ocurre en las operaciones que rondan los US$300.000 o más donde los compradores buscan mudarse a un espacio de mayor calidad o superficie, no para comprar una primera vivienda
  • La demanda bajó las pretensiones. Se resigna la zona hacia la periferia, donde los precios son más accesibles, o se apuesta por espacios más chicos. “Antes las personas buscaban lo que necesitaban y ahora compran lo que les alcanza”, sentencia Boquete.
  • Los compradores piden un préstamo personal adicional y los bancos aceleran los tiempos. Si bien las entidades ampliaron los montos y acortaron los tiempos entre la calificación y el cierre de la compra, los tomadores piden prestado el máximo posible o toman nuevos créditos personales para afrontar los costos adicionales. En general, la gente toma crédito por el 66 por ciento del costo de la vivienda, pero ese número trepa ahora hasta el 80 por ciento. En tiempos de volatilidad, el tiempo es un bien preciado. Por eso, los bancos acuden a medidas para acotar los tiempos desde que la persona califica para el crédito hasta acordarlo, proceso que dura aproximadamente un mes desde que se pide la documentación inicial hasta que se escritura. Así se ha quitado la tasación en algunos casos y se lanzaron canales digitales para que los clientes puedan gestionar los créditos por la web.
  • Se retrasa el lanzamiento de nuevos proyectos. La volatibilidad cambiaria, la falta de financiación -créditos al desarrollador- las altas tasas de los bancos, una demanda pasiva y una carga tributaria del 60 por ciento desincentiva la generación de nuevos emprendimientos. Con un costo de construcción medio de US$2000 que puede alcanzar los US$2600/m2 para los proyectos premium, quien sale a comprar un terreno hoy en la ciudad de Buenos Aires tiene que vender por encima de los US$5000/m2. “Puede ser negocio para quien compró la tierra hace cuatro o cinco años porque lo que le paga la ganancia probablemente sea la diferencia que le hizo a la tierra”, explica Federico Gagliardo, presidente de la desarrolladora Vitrium Capital. Para Ignacio Camps, director de la compañía de servicios inmobiliarios Evoluer, también es clave acortar los plazos para escriturar unidades a estrenar o modificar la letra chica para que se pueda instrumentar un crédito para unidades con la última revisión de fin de obra. Esto aumentaría la oferta de unidades apto crédito en forma inmediata y así bajarían los precios de las usadas.

Por Carla Quiroga, Sábado 14 de julio de 2018
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION

Oficinas: el sur también existe

El corredor de Paseo Colón y el tramo de la 9 de Julio limitado por las avenidas Belgrano y Garay seducen a los inversores; los nuevos proyectos

El mercado de oficinas sigue expandiéndose y en ese proceso de crecimiento los desarrolladores e inversores buscan nuevos destinos. Dos de los ejes de la ciudad de Buenos Aires que concentró, en los últimos tiempos, la atención del sector son las avenidas Paseo Colón y la 9 de Julio, dos arterias que proyectaron su expansión, según los especialistas, de la mano del Metrobus, que revitalizó la zona. En este cónclave se encuentran las bajadas de las dos autopistas fundamentales en la interconectividad: la 25 de Mayo y Buenos Aires-La Plata. Ambas tienen allí su descenso y son las puertas de entrada a la city porteña para los que vienen del Oeste y del Sur del Gran Buenos Aires. “Hasta hace unos años el mercado inmobiliario veía a este sector de la ciudad como a una zona fría, dado que carecía de desarrollos tanto de oficinas como residenciales. Allí, apenas se destacaban las redacciones de los diarios Crónica y Ámbito Financiero y, un puñado de grandes edificios sobre Paseo Colón. Pero en los últimos tiempos el crecimiento de Barracas y de San Telmo junto con la consolidación de las inmediaciones próximas al Parque Lezama -un área consolidada como casco histórico turístico con sector residencial gracias a la llegada de modernos emprendimientos- se convirtieron en el motor del desarrollo inmobiliario de oficinas”, comenta Guido Zucchini, director Gewin Desarrollos Inmobiliarios.

Muchos de los especialistas del sector coinciden en que este espacio porteño ofrece un gran potencial que sin duda seduce a los diferentes jugadores del sector. “La zona de Paseo Colón se encuentra en franco crecimiento, el cual está impulsado fundamentalmente por la llegada del Metrobus que no sólo organizó el tránsito sino que también le dio mayor seguridad al lugar revitalizando ese espacio”, comenta Oscar Puebla, CEO de Puebla Inmobiliaria Constructora.

Para Mai García Hervas, broker de oficinas y edificios en block de Toribio Achával el eje de Paseo Colón es un área que aún no puede desplegar sus beneficios al 100 por ciento. “Hasta hace muy poco este sector estaba en la mira de entidades estatales hasta los anuncios de recorte realizados en los últimos días. La 9 de Julio en cambio fue tomada por empresas privadas, algunas de ellas internacionales, como por ejemplo firmas del rubro petrolero, tecnológico, grandes estudios jurídicos o contables, gracias a desarrollistas que se animaron a construir edificios AAA”, explica la especialista. En la otra punta del mismo eje las remodelaciones urbanas realizadas por el Gobierno de la Ciudad y el desembarco de algunas empresas corporativas y organismos oficiales también fueron dando forma a la metamorfosis de este polo. “La remodelación del Parque Lezama conjuntamente con la localización de la sede central de HSBC y la instalación de una dependencia del Gobierno de la ciudad en la remodelada fábrica Canale, le dan mucha más fuerza al nuevo tramo del corredor Paseo Colón que va desde la avenida Independencia hasta Patricios”, coinciden Zucchini y Puebla.

Pero según los expertos, la zona seguirá experimentando cambios una vez que se terminen las obras del Paseo del Bajo que tendrá una extensión de 7,1 kilómetros de extensión y que conectará las autopistas Buenos Aires-La Plata y la Illia. “Sin duda todos estos cambios le aportarán al lugar un nuevo dinamismo que también se verá reflejado en los futuros residentes. En la actualidad algunas de las empresas que se mudan a este sector porteño, provienen del microcentro y buscan espacios más nuevos y funcionales, con mejores accesos como la conexión directa con la autopista 25 de Mayo, Puerto Madero, y la posibilidad de estar a pasos del Paseo del Bajo”, cuenta Puebla.

Los inversores que se encuentran a la caza de negocios oportunamente adquirieron tierras a muy buen valor que, poco a poco, fueron mejorando la cotización por efecto de los cambios que produjeron las obras públicas. “Actualmente en ese eje la mayoría de las obras son nuevas. En algunos casos por tratarse de fachadas históricas requieren de una intervención tipo restauración y reciclado, aunque estos son los menos”, sostiene Puebla. “El Sur porteño, y fundamentalmente esta zona tiene un gran potencial por su accesibilidad y conectividad, vemos que los proyectos de oficinas comerciales tienen una ventaja en este sentido ya que su locación estará en una zona que permitirá entrar y salir del centro en tan solo 25 minutos de la mano del desarrollo urbano que se proyecta. Todo indica que el lugar va a tener una demanda de oficinas más pequeñas, para empresas satélites de las grandes corporaciones que se han instalado en la zona, además de los ministerios que se mudarán en los próximos meses”, expresa Zucchini.

El corredor Paseo Colón, un área que va ganando terreno y promete revalorización Fuente: LA NACION - Crédito: Silvana Colombo

Según el referente de Puebla, en la zona el requerimiento de oficinas cumple con los parámetros internacionales: plantas libres, espacios destinados para cocheras y amenities entre los que se destacan salas de reuniones, SUM, espacio guarda bicicletas, entre otros servicios.

Respecto a los precios, García Hervas afirma que por ahora la llegada del Metrobus no impactó en los valores. “Este medio de transporte mejoró la accesibilidad de la zona pero hasta el momento no se observan mejoras en la cotización de las oficinas”, enfatiza. Los referentes coinciden en que en los edificios nuevos -con una antigüedad menor a los cinco años-, los precios de locación y venta son similares tanto en la avenida Paseo Colón como en el tramo Sur de la avenida 9 de Julio, si bien, hasta hoy, son más requeridos los proyectos ubicados sobre esta última traza. Puebla afirma que los valores de venta en Paseo Colón arrancan en US$2500 por metro cuadrado, mientras que para el alquiler promedian los US$18 -con valores que arrancan en los US$12-.

Los proyectos en danza

Una de las novedades de la zona es el complejo de oficinas que desarrolla Gewin denominado Icon San Telmo, ubicado sobre Paseo Colón al 1400. El proyecto es un edificio de oficinas y locales comerciales, con superficies que promedian los 110 metros cuadrados. Está ubicado a metros del Parque Lezama, a pasos del casco histórico y comercial de San Telmo, Puerto Madero y La Boca. “Este inmueble que contará con una fachada de 28 metros de largo sobre la avenida principal ofrecerá oficinas que oscilan entre los 56 y los 100 metros cuadrados con opción a ser moduladas para lograr mayores superficies”, dice Zucchini. Allí en la etapa de lanzamiento, las oficinas tendrán un valor de venta que partirá desde los US$2650/m2. Justo frente a este proyecto se destaca el nuevo edificio del Banco Santander Río, ubicado sobre la avenida Juan de Garay al 100, el cual promete convertirse en un hito por la diversidad de su propuesta. El edificio, que está desarrollándose sobre un terreno de 4250 metros cuadrados y que tendrá una altura máxima de 38 metros de altura, albergará los sectores de soporte y áreas financieras de la compañía -un middle office, back office- y una sucursal, las cuales estarán distribuidas en tres cuerpos vinculados por espacios acristalados. Entre las características del inmueble se destacan las amigables con el medio ambiente que le permitirán alcanzar la certificación LEED.

Otras de las novedades de la zona es el edificio que se encuentra en México al 400, a unos 200 metros de la avenida Paseo Colón y que en breve reingresará al mercado comercial. El proyecto de 8500 metros cuadrados tiene cuatro plantas y se comercializa a US$10.850.000. “El inmueble es un edificio en block en excelente estado con ingreso peatonal por la calle México e ingreso vehicular por la calle Defensa. Se trata de un edificio con todas sus instalaciones listas para funcionar -desde grupo electrógeno con doble redundancia, UPS, data center, salas de trabajo, mobiliario hasta entradas blindadas-. Actualmente está ocupado por Banelco que lo liberará en los últimos meses del año. Considerando todo el equipamiento que la empresa estará dejando, se trata de una oportunidad única para empresas del rubro IT”, comenta Juan Manuel Farola, de la firma Colliers International, responsable de la comercialización.

Para Puebla no existen muchos puntos de comparación entre el eje 9 de Julio y Paseo Colón. “La primera tiene a mi entender personalidad propia y además se encuentra consolidada casi en su totalidad. Por otro lado, pienso que Paseo Colón seguirá creciendo y siendo parte del centro histórico de la ciudad, con sus edificios neoclásicos con una importante recova en sus basamentos que embellecen las calles y que marcan por sí solos un estilo único de la geografía porteña. El eje de Paseo Colón podría compararse con el tramo de la avenida Belgrano que va desde la 9 de Julio hacia el Bajo”, finaliza Puebla.

Por Leandro Murciego, Lunes 2 de julio de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION