Este incremento mensual, en gran parte debido a la suba de los salarios de los encargados y de la vigilancia, preocupa a los consorcistas.
Vivir en propiedad horizontal en la ciudad de Buenos Aires se ha vuelto un lujo, ya se trate de una torre con amenities o un edificio con un ascensor y un jardín sin más verde que un potus en maceta. Más allá de que todo subió, las expensas de los consorcios devinieron en una especie de espada de Damocles que amenaza la economía de propietarios e inquilinos.

