El acceso a la vivienda para la clase media es una asignatura pendiente del sector inmobiliario. El desarrollo del mercado en esta década estuvo orientado al segmento de mayor poder adquisitivo de la pirámide poblacional. Abrirse a la clase media permitiría satisfacer la demanda genuina de este segmento de la población, y a la vez ayudaría a ampliar notablemente el nivel de actividad.
A la hora de dar solución al problema se piensa automáticamente en el crédito hipotecario, que debe contemplar dos cuestiones: primero, ofrecer una rentabilidad a los proveedores del financiamiento, pues de otro modo no será posible atraer los fondos necesarios; segundo, debe resultar adecuado a la capacidad de pago real de los potenciales tomadores del financiamiento.
En síntesis, no podemos perder de vista en ningún momento ese doble objetivo de rentabilidad y accesibilidad con el que debería contar todo sistema de financiación al mercado inmobiliario. Dado que ambos objetivos no necesariamente son compatibles, es ineludible trabajar para darle coherencia al sistema.