Las diferencias en los lotes, la ubicación, la proporción de áreas verdes y el valor de las expensas; qué tener en cuenta a la hora de comprar.
Más allá de toda denominación “marketinera”, existe ambigüedad al querer definir las semejanzas y diferencias entre los emprendimientos que se ofrecen como clubes de campo y countries o barrios cerrados. Si bien no hay conceptos claramente establecidos, tradicionalmente los primeros se concibieron sobre antiguas estancias -muchas de las cuales conservan sus cascos originales-, en entornos rurales y a partir de terrenos de amplias dimensiones en los que se generan lotes de 2500 a 4000 m2 de superficie cada uno. En general, este tipo de producto es adquirido por quienes buscan espacios para construir casas para uso durante los fines de semana. Además, estos campos suelen contar con áreas reservadas para la práctica deportiva del polo, rugby o el golf.
El grupo que desarrolló Haras del Sur sobre la ruta 2 fue uno de los pioneros en el concepto club de campo. Generó cuatro emprendimientos: el uno, el dos, el tres y el cuatro, que en total suman 550 hectáreas. “El diferencial son los espacios verdes y la posibilidad de disfrutar de actividades sociales y deportivas “, relata Flavia Santillán, directora de Marketing del grupo que en sus proyectos cuenta con 1600 familias propietarias. Los lotes promedian los 1000 m2 con un ticket que parte desde los US$ 50.000 al contado. También hay opciones de financiación, anticipo y cuotas . “Cada uno tiene su posicionamiento, Haras del Sur III por ejemplo cuenta con 1049 lotes, un club house de 3500 m2, una cancha de golf de 18 hoyos, spa y un business center”, detalla la ejecutiva que anticipa que por necesidad de la demanda decidieron avanzar en la construcción de un colegio que inaugurarán en 2019. Respecto al valor de las expensas, Santillán aclara que promedian los $ 4000. ” Son más bajas de lo que se cobra en torres de la capital que no tienen los mismos servicios”, agrega .
En el kilómetro 129 de la ruta provincial 6, en Marcos Paz, hay casi 91 hectáreas que pertenecen a Las Hojas Club de Campo. Lo desarrolla Desur que propone destinar el 64 por ciento de la superficie a áreas comunes e integrar el 95 por ciento de los lotes a un gran parque central de 40 hectáreas mientras que el house se instaló sobre el viejo casco de la estancia. El valor actual de venta de la tierra es de US$ 15/ m2 y la mitad de sus lotes ya están vendidos. Iniciaron el proyecto en 2012 y prevén un máximo de cinco años más para tenerlo completamente comercializado. “Existen cinco sectores desarrollados y aún restan cuatro etapas. La infraestructura tiene un avance de 60 por ciento, hay cinco viviendas en construcción y más de diez con proyectos presentados. Hace sólo un año que se obtuvo la posesión de los lotes”, destaca Matías Senestro, gerente del proyecto. Y agrega: “Los clubes de campo suelen estar en zonas más alejadas y de menor densidad permitiendo así lotes más grandes, un mayor porcentaje de áreas comunes y cantidad de amenities, además de que a menudo son segunda vivienda, con fines recreativos o vacacionales, si bien la dinámica de expansión urbana va incorporando el concepto de vivienda permanente también en estos emprendimientos”.
Otro dato es que los clubes de campo requieren de mayor cantidad de tierra -entre 50 y 200 hectáreas- y de menor costo, con lo cual están relegados a zonas más alejadas de la ciudad . “De esta forma y por efecto de un precio más bajo de la tierra se permiten extensiones más grandes”, afirma Senestro y agrega: “en el caso de dimensiones cercanas a las 1000 hectáreas es factible el desarrollo de barrios-ciudades que proveen en forma planificada una mayor oferta de servicios urbanos complementarios”.
Un concepto diferente es al que apunta La Providencia Resort & Country Club en Canning. Está emplazado en 264 hectáreas con una oferta de 715 lotes de entre 1000 y 3000 m2. Se lanzó en mayo de 2011 y están vendidos el 65 por ciento de los terrenos. “Destinamos 65 por ciento de la superficie a áreas verdes”, detalla Verónica Posse directora de Marketing y Ventas de La Providencia en donde los terrenos arrancan en los US$ 900.000 con descuentos para quienes paguen al contado. “Todos los propietarios vivan en lotes o en el pueblo mediterráneo tendrán acceso a los espacios comunes y amenities que se ofrecen, como por ejemplo el campo de golf, los lagos internos, el área de deportes y el sector ecuestre. La organización interna está pensada en torno a clubes que funcionan en forma autónoma, cada uno con su propio reglamento y con membresías”, relata la ejecutiva del proyecto que cuenta con cuatro canchas de polo, un campo de golf de 18 hoyos, dos lagos internos y un pueblo mediterráneo con laguna y playa.
Cada uno tiene su encanto
Para Javier Rius, gerente General de Ayres Desarrollos, “el club de campo ofrece servicios y equipamiento comunitario más exclusivos o que requieren mayores superficies pero también más costos de mantenimiento y personal fijo. Dimensiones más grandes demandan más personal e inversión de tecnología para la seguridad del predio. En cambio, los barrios ofrecen servicios que dan calidad de vida para uso diario, suelen tener canchas de tenis y fútbol para actividades deportivas, el área de pileta y salón de usos múltiples para recibir amigos en ocasiones especiales sin interrumpir la rutina familiar o contar en la casa con dimensiones grandes para cantidad de invitados”. La desarrolladora que lidera Rius ya vendió el 95 por ciento de Ayres Plaza, un barrio privado de 33 hectáreas con 342 lotes ubicado en el kilómetro 47 de la Panamericana, ramal Pilar. “Fue concebido a partir del concepto de volver a las plazas como punto de reunión y esparcimiento. De hecho tiene 16”, definió el directivo. Ya hay 60 familias viviendo y 70 casas en construcción. En promedio cada terreno es de 600 m2 y se comercializan a valores que van desde US$ 90.000 a US$ 150.000.
Por María Eugenia Usatinsky, Sábado 4 de marzo de 2017
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION