Crece la oferta gastronómica que busca diferenciarse; surgen kioskos que no venden golosinas, cadenas que venden te al paso y espacios elegantes en shoppings.
La tendencia de los consumidores por adoptar una vida sana genera nuevas oportunidades de negocio y la oferta gastronómica no es la excepción. Cada vez son más las cadenas con propuestas saludables a la hora de comer y el aumento de la demanda por la buena alimentación redunda en más aperturas de locales de comida acordes con el cuidado de la salud.
Por caso, un ejemplo es el crecimiento de Le Pain Quotidien, la cadena creada por el belga Alain Coumont en 1990 en Bruselas. Sobre fines del año pasado, se inauguró su doceavo local en la Argentina en Puerto Madero, y en el plan de expansión proyecta 21 nuevas aperturas en los próximos cuatro años, que se sumarán a los más de 240 locales que hay en 19 países. El nuevo local es el más grande a nivel mundial, con más de 900 m2, cuenta con dos espacios para reuniones privadas y una vereda aterrazada en el dique cuatro de ese barrio porteño. “Tenemos una filosofía en la que compartir es la base. Por eso el corazón de nuestros locales es la gran mesa comunal en la que amigos y desconocidos degustan un desayuno, un brunch, el almuerzo o la merienda. Queremos mejorar la vida de las personas. Promover un estilo de vida sano y convivir armónicamente con el medio ambiente, promoviendo prácticas de consumo sustentables”, describen en la empresa. De todas formas en la Argentina, los pioneros en la tendencia fueron los creadores de Tea Connection en 2006. Pablo Lorenzo es uno de los fundadores. Arrancaron con una inversión de US$ 100.000, se animaron a “educar al argentino en el culto al té y en el de la la comida saludable con espacios de más de 150 m2. Hoy cuentan con once locales en la Argentina y tienen tres en construcción. Además de tres en Chile, uno en Brasil y dos en México . “Por otra parte generamos una nueva propuesta Inside Tea Connection. Ya funciona uno en el Dot y abriremos otro en Palermo Soho”, detalla el emprendedor y agrega: “es un formato diferente con menos metros en los que buscamos adaptar la cultura del té en sus distintos formatos posibles incluso impulsamos el take away de esa bebida en zonas con tráfico de gente. Buscamos que los consumidores se animen al te frío y a variedad de bebidas frutales siempre sanas. Además incorporamos la venta de accesorios para llevar a casa”.
Un capítulo aparte merece otro de los emprendimientos de los creadores de Tea Connection, Green Eat. La primera cadena de comida rápida y sana, que ocupa locaciones de entre 270 m2 y 650 m2 . Hoy tiene nueve locales en el país, y cerrará el 2017 con 14. “Lo novedoso en este caso es que estamos generando nuevos puntos más pequeños de un promedio de 130 m2 para estar en los shoppings”, relata Lorenzo que en Unicenter tiene un “nuevo” Green Eat de 120 m2 en planta baja y 30 m2 de entrepiso.
El local factura $ 90.000 al mes y a principios de febrero abrió su primera franquicia en Plaza San Martín. La emprendedora arrancó con un servicio de entrega de frutas y cereales para empresas y organizando eventos gastronómicos saludables y capacitaciones relacionadas con la cultura del bienestar. Su próximo proyecto será el de llegar a los colegios, con la instalación de kioscos saludables.
Otras emprendedoras, Melanie Wolman y Nadia Javkin, también apostaron a la comida sana a la hora de organizar su negocio. Son co fundadoras de Food Market que ofrecen productos naturales y gourmet a través de la web. Javkin explica que “para los pequeños y medianos productores es muy difícil llegar al consumidor final, por eso, queremos facilitarles el trabajo. Actualmente, trabajamos con más de 2500 artículos de 150 productores”, relata.
Cocina más mercado
Se trata de un nuevo concepto de cocina más mercado -food hall- que abrió su primer local de 700 metros cuadrados en Patio Bullrich, en el que se desembolsaron US$ 1,1 millones. “La empresa tiene más de 350 proveedores”, relata Héctor Santantonin, fundador y copropietario de Gourmand que proyecta alcanzar una facturación anual de $ 80 millones. “Muchos son pymes, y serán nuestros aliados estratégicos en esta operación”. En el punto de venta se puede degustar desde una hamburguesa de bife de chorizo, o un hot dog de salchicha alemana ahumada, pasando por una pizza al horno de barro y hasta a un pulpo o unas ostras y ceviche.
En la ambientación y el diseño del espacio se utilizaron materiales genuinos como el mármol, la madera y el hierro. “Creemos que el formato sólo puede ser replicado en cuatro o cinco ubicaciones más. Lo hicimos porque detectamos una necesidad del público de comer muy bien en un sitio descontracturado”, relata Santantonin. La elección de Patio Bullrich como ubicación para el primer local se tomó “porque reunía todos los requisitos para un proyecto de esta dimensión”, agrega el fundador que se inspiró en Lafayette Gourmet, en París y Plaza Food, en Nueva York.
Por Alejandra Noseda, Lunes 6 de marzo de 2017
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION