El año pasado fue récord: se construyeron 144 edificios de más de 200 metros de altura en 23 países; China concentró la mayor parte de ellos; las razones que impulsan la tendencia.
El año último quedará en la historia inmobiliaria mundial como el período en el que más rascacielos -es decir edificios de más de 200 metros de altura- se construyeron. En 2017 se levantaron 144 edificaciones en 23 países diferentes, según los datos brindados por el Council on Tall Building and Urban Habitat, (Ctbuh) también reconocido como el Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano.
La tendencia lejos de generar sorpresa, está en línea con el avance de la tecnología tanto en maquinarias como la fabricación de materiales más livianos que permiten que la edificación de estas mega-estructuras sea cada vez un recurso más económico y menos extraordinario. Estas características sumadas a la escasez de tierras en buenas ubicaciones que se registra en la mayoría de las ciudades del mundo van abriendo el camino para que estos gigantes se conviertan en una alternativa válida no sólo para los proyectos de oficinas sino también para el mercado residencial. Según el Ctbuh para 2018 se prevé la construcción de casi 250 nuevos rascacielos que sumaran miles y miles de metros cuadrados residenciales.
Para los grandes desarrolladores estos complejos suelen venir de la mano de propuestas mixtas -es decir con oferta residencial, comercial y corporativa- que diversifican la oferta. Aunque no faltan aquellos -en general, los más osados- que se arriesgan en la construcción de estas monumentales obras tan sólo para quienes buscan un lugar diferencial para habitar.
En esta carrera por las alturas, el continente asiático fue el que más rascacielos reunió en 2017: 109 de las 144 torres de más de 200 metros de altura fueron construidas allí. China fue el gran protagonista y el principal motor económico e inmobiliario de este fenómeno: 77 de esos emprendimientos fueron levantados en ese país. Al contrario de lo que suele suceder en la mayoría de las geografías, este tipo de obras colosales, lejos de concentrarse en pocas urbes, están diseminadas en unas 36 ciudades distintas. Es decir, muchas de estas obras fueron edificadas en localidades periféricas, un dato que revela la magnitud de la expansión de esta tendencia en esa geografía.
La ciudad que más inmuebles de este tipo sumó en 2017 fue Shenzhen, en China. Allí se concretó la construcción de doce torres. La urbe, en la que viven 12,5 millones personas, nace en el delta del río de las Perlas en la costa Sur de la provincia de Cantón se convirtió el año último en la capital mundial de los rascacielos. Un dato que grafica esto es que se levantaron más meta-torres que en todo Estados Unidos. Esa localidad, con más de 6000 años de historia -existen registros de ella desde el período Neolítico-, es considerada como el “Silicon Valley Oriental” cuenta con el edificio más alto de 2017, el Ping An Finance Center, de 599 metros, altura que le permite estar entre las cinco construcciones de mayor tamaño del planeta. Este gigante, de 115 pisos que lleva el sello del estudio arquitectónico Kohn Pederson Fox es el segundo edificio más alto de China, detrás de Shanghai Tower, con 632 metros.
Aunque lejos de los números de China, en Estados Unidos se construyeron unas diez nuevas torres de más de 200 metros. La mayoría de ellas, tipologías mixtas con oficinas, comercios y hoteles. Un caso a destacar es Wilshire Grand Center ubicado en Los Angeles. El proyecto que demandó US$1000 millones, tiene una altura de 340 metros y 160.000 metros cuadrados distribuidos en 73 plantas.
Torres con viviendas
A pesar de que 2017 estableció el récord de construcción de rascacielos aún ninguno pudo destronar al Burj Khalifa de 830 metros de altura ubicado en la ciudad de Dubai en los Emiratos Árabes. El complejo mixto que fue inaugurado el 4 de enero 2010. Demandó una inversión de US$1500 millones, tiene 87 de sus 163 plantas destinadas a residencias de lujo, algunas de las cuales llevan el sello de Armani.
Otro de los gigantes que impacta por su altura y belleza que cuenta con un amplio espacio residencial es el proyecto mixto Abraj Al Bait que se encuentra en el centro de la Meca, en Arabia Saudita. El emprendimiento de US$16.000 millones es el tercero en el ranking mundial de mega-estructuras con 601 metros de altura. El inmueble es el edificio más grande que se construyó en el mundo: tiene 1.575.815 metros cuadrados. El edificio se inauguró en 2012, tiene al hotel cinco estrellas más alto del mundo (601 metros) y cuenta con espacio para viviendas, cuatro pisos de centro comercial, un espacio para rezar con capacidad para 4000 personas, centros de convenciones y estacionamiento con capacidad para 1000 vehículos.
Otra joya arquitectónica es el Lotte World Premium Tower, de 555 metros de altura y 123 plantas. Ubicado en la ciudad de Seúl en Corea del Sur forma parte de la segunda generación del complejo Lotte World. El edificio que se inauguró el 3 de abril de 2017 se convirtió en uno de los íconos de la ciudad y en postal obligada para los visitantes de la capital surcoreana. Tiene un mix que comprende comercios -en los primeros 16 pisos-, oficinas -del séptimo piso al sesenta-, residencias -del piso 61 al 85- y un hotel de lujo -del 86 al 119-. El observatorio que ocupa del 120º al 123º piso es el más alto del mundo.
En esta carrera por la altura merece un párrafo aparte Dubai, allí en una ciudad donde el presente parece haberse construido en un futuro no muy cercano y donde el diseño de los edificios sorprende y hasta parece ir más allá de la lógica de los propios ingenieros se levantaron en 2017 tres megaestructuras que asombraron por su diseño. Sin duda la más llamativa fue Marina 101. El inmueble de un estilo arquitectónico islámico y posmoderno demandó US$368 millones de inversión, tiene 425 metros de altura y es el segundo más alto de los Emiratos Árabes. Tiene un hotel de lujo con 300 habitaciones y unos 506 departamentos con servicios. En Emiratos Árabes Unidos se construyeron ocho de los 15 edificios más altos del mundo proyectados íntegramente para el mercado residencial. Ellos son la Torre Princesa, 23 Marina, Burj Mohammed Bin Rashid, Elite Residence, The Torch, HHHR Tower, Ocean Hights y Cayan Tower. Otro dato, siete de ellos se encuentran en Dubai. Una de las novedades que dejó 2017 fue el ingreso en la lista de rincones del mundo con rascacielos de Sri Lanka. Allí se levantó Grand Hyatt Colombo un proyecto mixto de 47 pisos -unos 230 metros de altura- que cuenta con un hotel cinco estrellas de la cadena Hyatt -el primero de la firma internacional en ese país-, donde se distribuyen unas 475 habitaciones y unos 84 departamentos.
Miami es otra de las geografías del planeta que muestra mayor aceptación de esta tendencia inmobiliaria. “Uno de los mejores ejemplos de lo incorporado que están los rascacielos en el área residencial es Panorama Tower -antes conocido como 1101 Brickell-, desarrollado por Florida East Coast Realty. Esta es la construcción residencial más alta ubicada en toda la zona Sur de Estados Unidos: con una altura de 264,5 metros sobrepasa los 83 pisos.
Ubicado en pleno distrito financiero de Miami, Brickell no solo se convirtió en un objeto de deseo por parte de los habitantes de la zona sino que además se presenta como un negocio de renta con alquileres que arrancan en los US$2525”, explica Jerome Hollo, vicepresidente de Florida East Coast Realty (FEDR). El complejo de usos mixtos cuenta con residencias, una amplia oferta de amenities, espacios para oficinas, hotel y tiendas comerciales, un spa para mascotas, una sucursal de correos, tintorería y hasta un supermercado, un polo gastronómico y de entretenimientos. “Los edificios altos son exitosos por dos motivos fundamentales: los precios de la tierra generalmente caros y la demanda. Estos factores son los que están impulsando a los desarrolladores a maximizar las áreas edificables, así como las vistas”, cuenta el desarrollador.
Los especialistas afirman que la clave del éxito de este tipo de proyecto pasa por lograr un equilibrio entre las diferentes áreas: residencias, oficinas y espacios comerciales. Hollo reconoce que en Estados Unidos, Miami, Nueva York y Chicago tienen la mayor cantidad de rascacielos y resalta como una de las novedades, el One Bayfront Plaza que sobrepasará los 92 pisos. “Sin duda esta será una tendencia que con el tiempo continuará en ascenso. Cada vez más personas buscarán este tipo de proyecto ya que encuentran un núcleo urbano más atractivo, con acceso al entretenimiento y a la cultura”, concluye el vicepresidente de FEDR. “En los últimos tiempos comenzamos a notar que cada vez más desarrolladores quieren construir rascacielos. En nuestro mercado, las empresas siempre desean levantar la torre más alta, aquella que se quede con el título de la reina de las alturas, al menos por un rato. Al realizarlo, esto le brinda al desarrollador una ventaja competitiva en el sector”, analiza
Ryan Shear, director ejecutivo de Property Markets Group (PMG) que, en la actualidad está construyendo dos rascacielos Echo Brickell y Muse, en Miami.
Martín Elortegui, director de The Elmir Group para Estados Unidos afirma que el 2017 fue el año en donde las casas mostraron un repunte por sobre los condominios. En el caso de las torres lograron repuntar recién a comienzos de 2018 tras la aplicación de reglas inmobiliarias locales más claras y un incentivo impositivo tanto para desarrolladores como para inversores”, relata el desarrollador que en lo que va de 2018 lleva vendidos cerca de US$40 millones en departamentos desarrollados en rascacielos, ubicados en barrios como Edgewater, Brickell y Coconut Grove. Y agrega: “Una de las ciudades que comenzó a destacarse en los últimos tiempos por sumar obras de rascacielos es Houston, una de las urbes que junto con Nueva York, Chicago y Miami ofrece desarrollo, inversión, beneficios, trabajo y sobre todo estilo de vida”.
El futuro de la ciudad de Miami es según los players consultados prometedor y está creciendo a un ritmo vertiginoso. “La población de hoy se estima de 460.000 habitantes con un crecimiento anual del 2,8 por ciento y la absorción de las unidades en rascacielos se va acelerando por la demanda y el ajuste de precios por parte de los propietarios o desarrolladores”, explican.
De cara al futuro, sin dudas este año continuará teniendo a China como el gran animador, ya que según los datos aportados por Ctbuh de los cinco edificios más altos que se estrenarán en 2018, cuatro estarán en tierras orientales y el restante en Rusia. Este último es el Lakha Center ubicado en San Petersburgo. Con 462 metros de altura será el rascacielos más alto de Europa.