Hay 5 lujosas torres terminadas y once en obra. La zona portuaria sale de a poco del abandono por la inversión de los nuevos emprendimientos. También avanzaron algunas obras públicas en un área vinculada al río a sólo 15 cuadras de la Capital.
A poco de cumplir 90 años, el Puerto de Olivos parece querer resurgir del olvido, la suciedad y el abandono. Y aunque todavía muy lejos se está de aquellas promesas políticas para convertir a la zona en un “moderno polo turístico, recreativo y deportivo”, el avance tímido de algunas obras públicas genera expectativas entre los vecinos de la única región portuaria del Partido de Vicente López, ubicada a 15 cuadras de la Capital .
El primer empujón se dio a principios del año pasado, cuando la Provincia terminó de demoler dos viejas areneras en desuso, aunque hubo que esperar hasta febrero para que terminen de sacar los escombros. Luego, la Municipalidad alisó el terreno y lo parquizó. Hace tres semanas se colocaron barandas sobre el borde del espejo de agua donde duermen 300 barcos y veleros. Además, se mejoró parte de la iluminación. Huele a poco comparado con la grandilocuencia de los anuncios en un año invadido por la pelea electoral.
Mientras los funcionarios nacionales y bonaerenses cumplen sus promesas con el freno de mano puesto, los desarrolladores privados concretan sus proyectos inmobiliarios a gran velocidad: en los últimos dos años, en la zona del Puerto de Olivos se levantaron cinco torres de súper lujo de entre 15 y 18 pisos. Varias de ellas ya están habitadas y todos los departamentos comprados. El costo: entre 3.200 y 3.500 dólares el metro cuadrados.
El edificio que más se destaca es el Regatta Olivos, sobre Alberdi al 400, a media cuadra del Puerto. Son 17 pisos de lujo con una figura peculiar que parece un enorme velero espejado. “La vista es incomparable. Desde cualquiera de los tres baños que tiene cada departamento se puede ver la costa uruguaya”, resaltan en la inmobiliaria Daria.
“En la zona portuaria hubo muchos pedidos de habilitación para construir edificios. En los últimos años, se han autorizado seis torres de hasta 18 pisos. Cinco ya están terminadas y la restante comenzará con la obra en poco tiempo”, informaron en la Municipalidad. El Código Urbano permite levantar este tipo de proyectos siempre que la superficie del terreno tenga 2.500 metros cuadrados . Por eso, desde hace un par de años, las empresas inmobiliarias salieron a la “caza” de propiedades vecinales para comprarlas y lograr reunir la superficie necesaria.
María Eugenia Pletierelli recuerda la insistencia de varios desarrolladores por los dos terrenos que tenía sobre el pasaje Camacuá, entre Del Libertador y Solís, a metros del Puerto. “La Municipalidad todavía no había mejorado el pasaje, y las inmobiliarias de la zona me tocaban el timbre para hacerme ofertas que se superaban cada día. En tres oportunidades, junto con mi marido, nos invitaron a comer a un reconocido restorán del Puerto para convencernos de vender . Finalmente lo hicimos. Fue muy buena plata. En pocos meses derrumbaron todo e hicieron un pequeño complejo que da a Solís, con departamentos de tres ambientes que, según me comentaron, fueron vendidos a 300.000 dólares cada uno. Evidentemente ellos hicieron un mejor negocio ”.
Para Raymundo Airello, arquitecto y urbanista de Olivos, no hay grandes secretos. “Durante los 90 se recuperó toda la zona de Puerto Madero. En dólares, en poco más de 10 años, el metro cuadrado terminado pasó de 900 a 4.000 dólares . Ante la falta de terrenos, las inmobiliarias le pusieron el ojo a la zona Norte . Descubrieron que el Puerto de Olivos estaba absolutamente abandonado, con restoranes viejos, poca iluminación y hasta invadido de ratas. La ecuación es perfecta: comprar con esa imagen de suciedad y dejadez, construir lo que permita el Código Urbano y vender cuando la zona esté mejorada gracias a las obras públicas que pagamos todos ”.
¿Un Casino en el Puerto? El intendente de Vicente López, Enrique García, lo desmiente. “Nunca permitiré que el Puerto se convierta en un lugar para los apostadores. El único proyecto que apoyaremos será el de un lugar de acceso publico , con parque náutico y deportivo. Para eso, hace poco construimos e inauguramos un nuevo acceso libre para los vecinos en el pasaje Camacuá”, resaltó.
Por su parte, el encargado bonaerense del Puerto de Olivos, Luis Abott, anunció que las mejoras continuarán. Se harán trabajos de bacheo y repavimentación en los casi 300 metros de la principal calle portuaria, al borde del río, entre Corrientes y Alberdi.
“Ahora está cortada por la colocación de las barandas y mejoras en las luminarias. La idea es, cuando terminen estas obras, llegar a un acuerdo con comerciantes y navegantes para hacerla peatonal, como un paseo público. Y como no tiene nombre, hasta podríamos ponerle Malecón, como se suelen llamar a este tipo de calles en otros puertos”, adelantó Abott.
A principios de año, la Provincia terminó de realizar trabajos para aumentar el calado en el curso de agua del Puerto. Así, se consiguió duplicar el número de amarras de las marinas, instalando postes de madera, llamados palmeras, donde se fondean los veleros, lanchas, y barcos a motor en espacios de once metros de largo por dos de ancho. En un día normal, el nivel del agua puede rondar 1.50 metros, suficiente para que las naves puedan salir a navegar.
Mariano Roa, 14 de junio de 2011.
Publicado por Clarín