El estudio del arquitecto británico diseñó el proyecto del Banco Ciudad; trabajarán allí 1350 personas.
El Distrito Tecnológico que se desarrolla en una zona de Parque de los Patricios y los arrabales de Pompeya, y que impulsa el GCBA, poco a poco cambia su fisonomía con la fuerte apuesta que significa la llegada de nuevas empresas.
Este cambio permitirá a quienes trabajen en la sede central del Banco Ciudad un espacio, moderno y funcional, rodeado de verde y en un edificio que lleva nada menos que el sello del prestigioso arquitecto británico Norman Foster.
El lugar elegido ocupará la manzana integrada por Uspallata, Atuel, Los Patos e Iguazú, frente al parque. En la actualidad hay un predio libre de más de 11.000 metros cuadrados y en 22 meses se levantará allí el inmueble concebido como sustentable. Tendrá cinco niveles y se calcula que allí trabajarán 1350 personas
“El diseño del proyecto propone soluciones o ventajas tanto en su construcción como en su uso. Es un edificio pensado íntegramente en función de la sustentabilidad. Una vez finalizada la obra obtendrá una calificación Silver, a dos puntos de Gold, en lo que refiere a Normas LEED”, detalla el ingeniero Santiago Tarasido, director comercial de Criba, la empresa que construirá el inmueble.
El edificio demandará una inversión cercana a los 180 millones de pesos sobre la base del diseño del estudio Foster & Partners, junto con los locales de Berdichevsky-Cherny-Minond.
Por su parte, el presidente del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, se refirió a esta nueva apuesta: “Este es uno de los principales objetivos de este directorio: modernizar la infraestructura del banco para contar con un mejor ámbito de trabajo para todos y un mejor servicio para los clientes”.
Explica que se trata de un edificio bajo, de cinco pisos, que aprovecha el espacio horizontal de la gran manzana que adquirió el banco. Sus plantas de oficinas (que totalizan 10.000 m2 netos) se disponen en forma de bandejas que se van retirando progresivamente en altura, y conforman virtuales palcos sobre el parque. Esta disposición, que se asemeja a un anfiteatro, genera un espacio de múltiple altura sobre la planta baja.
En línea con los conceptos de oficina moderna, se planteó el desarrollo de amenities para los empleados, como gimnasio, salón comedor, cafetería, SUM, auditorio, sucursal de uso interno y estacionamiento para 400 autos y bicicletas. En el lugar no se realizará atención al público.
Otra característica arquitectónica que define la estética del edificio, que aún no tiene un nombre, es la cubierta de bóveda ondulada que conforma el techo, que se integra a la perfección con la arquitectura barrial y el gran parque.
Se pretende desarrollar un edificio que sea perceptible y que tenga una imagen simbólica para el barrio, un ancla visual que refuerce la identidad del lugar. Al barrio de Parque de los Patricios lo definen históricamente sus construcciones de hormigón armado y las naves industriales; por eso, se planteó la realización de una línea arquitectónica moderna con reminiscencias fabriles, apoyándose en la tradición de la zona.
Cuenta con ventajas energéticas y constructivas. Al respecto, opina, Tarasido: “Se buscó una convivencia entre el parque y el edificio, preservando el verde de la zona con jardines internos. Se ofrece así a los empleados un ambiente en comunión con los árboles y con agradables vistas, ventilación y recambio de aire permanente”.
El proyecto busca ordenarse, ya que ocupará la totalidad de la manzana bajo un mismo techo. Hacia el Norte, se crea un gran espacio cívico exterior, una plaza de ingreso que se brinda al sector público y comunica la imagen institucional del edificio. Desde esta plaza se ingresa en un atrio interior de cuatro niveles, desde donde son visibles los espacios de trabajo y las circulaciones.
El edificio unificará las áreas centrales de la institución, allí estará la presidencia, el directorio y la mayoría de las gerencias y áreas centrales del banco. De alguna forma este proyecto unificará distintas áreas del banco que operan en ocho edificios.
Racionalizar la energía
Según las autoridades de la entidad bancaria, la nueva sede estará en sintonía con el cuidado ambiental. “En cuanto al uso racional de la energía, la premisa básica es alcanzar un máximo nivel de eficiencia energética para el edificio y sus sistemas. La solución propuesta plantea sistemas de acondicionamiento térmico innovadores para reducir drásticamente el consumo, y a su vez plantea una mejor calidad de aire interior para los usuarios”, afirma Tarasido.
Por medio del sistema de infraestructura del edificio, se medirá y verificará el consumo eléctrico y de agua, para poder asegurar el correcto funcionamiento de los equipos de energía del inmueble e implementar acciones correctivas, de ser necesario.
Este sistema permitirá prescindir de la utilización de calefacción y aire acondicionado durante siete meses del año.
La utilización del agua
Para implementar las especificaciones requeridas por la norma LEED, el proyecto, y su construcción, controlará la erosión del terreno y la sedimentación de las aguas pluviales durante el proceso de obra.
El plan encara además la implementación de un programa de manejo de agua pluvial que reduzca la cantidad de agua de lluvia vertida al sistema de alcantarillado. “Esto se logra gracias a la incorporación de superficies verdes absorbentes que aumentan la infiltración de agua de lluvia en el terreno. Además, se incorpora un sistema de reciclado de agua de lluvia para riego, reduciendo así más el líquido arrojado a la red pública”, explica Tarasido.
Asimismo, con respecto al riego, el proyecto de paisajismo plantea vegetación nativa y la utilización de especies resistentes a la sequía. Se eliminará en un ciento por ciento el uso de agua potable para riego, y se disminuirá en más de un 50 por ciento el consumo de agua para paisajismo.
En definitiva, una propuesta de primer nivel para un barrio que se rescata del pasado.
José Luis Cieri, 6 de septiembre de 2010
Publicado por La Nación.