Economía porteña La diferencia, que se viene achicando, es del 13% y se da porque las unidades chicas son las más buscadas. Según un informe, cuestan en promedio $ 2.900 por mes. El alza más grande, en San Telmo.
Los precios de los alquileres de departamentos en la Ciudad siguen subiendo en forma consistente, y si bien corren un poco por detrás de la inflación, cada vez pesan más en el bolsillo de los porteños. La suba en las unidades de dos ambientes ya es del 25,25%, al punto tal que están bastante cerca de lo que se pide por un tres ambientes.
Así lo revela un informe de la consultora Reporte Inmobiliario. En agosto último los departamentos de dos ambientes promediaron los $ 2.900 mensuales de alquiler, cuando en agosto del año pasado rondaban los $ 2.321. En cambio, los de tres ambientes se fueron de $ 2.743 a un promedio de $ 3.271.
El incremento fue del 25,25% para el primer caso y de 19,4% para las unidades más grandes. Esto provocó que la brecha entre ambos tipos de inmuebles se redujera al 13%.
Si se compara con lo que pasaba hace cinco años, queda a la vista el fenómeno: en agosto de 2009 las unidades de dos ambientes se alquilaban por $ 1.152 en promedio contra unos $ 1.580 para los de tres ambientes, una diferencia del 37% entre ambos.
“Este comportamiento seguramente se deba a la presión que ejerce la demanda sobre las propiedades volcadas al mercado de menor valor”, analiza el informe de Reporte Inmobiliario. El tema es que las unidades de dos ambientes siempre fueron las más buscadas, tanto para la compraventa como para el alquiler, por un público variado que va desde un soltero hasta una pareja de jóvenes, estudiantes que vienen a Capital Federal, extranjeros, jubilados, gente que los busca para montar una oficina o un consultorio, y otros. Además, al ser chicos, sus alquileres son más accesibles, y el peso de las expensas también es más liviano.
El barrio con los alquileres más caros para un dos ambientes es Recoleta, con un valor promedio de $ 3.255.
Allí la diferencia con los de tres ambientes, que promedian los $ 4.230, es del 30%, una de las más altas de la Ciudad. Pero en otros barrios, como Liniers, Agronomía, Villa Crespo o Parque Patricios, la diferencia puede ser de apenas unos $ 300 mensuales, siempre considerando las diferencias entre ubicación y calidad de la propiedad.
“El departamento de dos ambientes es el caballito de batalla.
Por cada unidad de tres ambientes que alquilás, colocás cinco de dos ambientes. Como tienen más demanda, siempre tuvieron un precio en proporción más alto que los de tres ambientes”, explicó Héctor D’Odorico, presidente del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires (CUCICBA). No en vano, en los últimos años, mientras se mantuvo el boom de la construcción, la mayoría de los nuevos departamentos edificados fueron de dos ambientes. Esto contribuyó a aumentar la oferta y evitar que los precios se dispararan aún más, ya que al caerse las compraventas, después de la imposición del cepo al dólar, muchos propietarios pusieron sus unidades en alquiler. Se calcula que un 40% de los departamentos se destinan al alquiler.
El tema es que los números ahora marcan que esa brecha entre los dos y tres ambientes se redujo, y esto tiene que ver con que la gente no puede pagar cualquier aumento que soliciten los dueños de las unidades porque los bolsillos tienen un límite. Por lo pronto, si se estima que la inflación real terminará este año entre el 35% y el 40%, según distintos analistas, un salto del 25% interanual en los alquileres claramente va por debajo del nivel general del alza de los precios.
Pero es lo que se puede pagar. Según estadísticas de la Ciudad, el año pasado los salarios subieron un 33%, lo que fue un 6,5% menos que la inflación estimada, por lo tanto la gente ya viene perdiendo poder adquisitivo.
Si se calcula que una familia puede pagar no más del 25% a 30% de sus ingresos en un alquiler, la suba de los contratos tiene que encontrar un techo, teniendo en cuenta que las expensas (este año se encarecerán más del 30%), los servicios y otros gastos asociados a la vivienda también se incrementaron.
Por lo pronto, y ante la aceleración de la inflación, este año comenzó a darse una novedad. Si bien la indexación de alquileres está prohibida, lo que suele suceder en el mercado es que cuando se firma un contrato de dos años se establece una suba que se empieza a pagar al comienzo del segundo año. Pero ahora algunos dueños de departamentos exigen que esas actualizaciones se pacten semestralmente.
Por Pablo Novillo, Jueves 9 de octubre de 2014
Publicado en la edición impresa del diario CLARIN