Tradicional y distinguido, el barrio es muy demandado por un público que busca propiedades de calidad en medio de un entorno muy verde.
Aunque pueda sonar a mito, la zona que hoy se conoce como Barrancas de Belgrano estuvo alguna vez a la vera del Río de la Plata. Claro que, por entonces, tal espacio geográfico estaba lejos de ser lo que es y de hallarse entre los más codiciados por los porteños. Conformado por tres plazas de perímetro irregular (la central se llama Mariscal Antonio Sucre), el parque Barrancas de Belgrano es el alma de un sector de la ciudad al que da nombre y que, desde el punto de vista inmobiliario, se comporta de manera singular.
“Barrancas es una zona muy exclusiva y una de las preferidas cuando se trata de asociar belleza paisajística, comodidad en los accesos, cercanía con comercios de primera línea y calidad de construcción. La antigüedad de los edificios es de más de 25 años; suelen ser de gran altura (algunos en torre), con pisos muy amplios y pocos amenities, algo que en la época en que se construyeron estos inmuebles no tenía demanda”, afirma Juan Ignacio Mel, uno de los responsables de Raúl Mel Propiedades, con casi 40 años en el mercado.