Los amenities y el reto de ser creativo

Los desarrolladores analizan las características de la comunidad que lo habitará para definir qué servicios sumarán; la elección es clave para evitar que caigan en desuso y afecten el valor del proyecto.

En la cumbre de Puerto Madero. Madero Harbour tiene un helipuerto

Los departamentos elevados de Los Supersónicos -la serie animada futurística de los 60 que enamoró a padres e hijos- contaban con estacionamiento para autos voladores y cintas transportadoras para personas en todas las unidades. Los amenities actuales no son tan extravagantes como aquellas por las que se paseaban Robotina y Cometín, pero en un mercado de proyectos nuevos donde la competencia es aguerrida, y muchas veces en la misma zona, un espacio original puede hacer la diferencia.

“Las personas tenemos cada vez menos tiempo entre el traslado y el trabajo y, además, hay una mayor tendencia a vivir solos. El club ya casi no existe: para relacionarse con otros, la gente elige los lugares de encuentro que tiene cerca, y muchas veces se trata de los amenities. Cuando uno construye, debe pensar en la comunidad que se va a generar”, expresa Alejandro Ginevra, presidente de Gnvgroup.

La desarrolladora que lidera Ginevra está a cargo de Madero Harbour, un proyecto de 300.000 metros cuadrados emplazado en el barrio más joven de la ciudad de Buenos Aires, Puerto Madero, que cuando esté terminado, contará con cinco edificios de oficinas, tres de viviendas, un hotel y un shopping de 200 locales comerciales, aunque ya tiene varios módulos construidos. Los amenities acompañan la magnitud del emprendimiento: un helipuerto con servicios de traslados, buzones personalizados para recibir envíos de compras por comercio electrónico y cocheras con cargadores para autos eléctricos son solo algunas de las que integran la larga lista.

Más allá de lo distintivo, señala el desarrollador, lo interesante del emprendimiento será el hotel Viceroy -que ocupa un espacio dentro del proyecto- quien se encargará de administrar ese tipo de servicios . “Muchas veces sucede que, una vez construidos, la mayoría de los habitantes no frecuenta la sala de masajes o la peluquería, y luego quizás no desean colaborar a la hora de hacer una reparación. El hecho de que el hotel se encargue de aquellos espacios implica que se harán responsables del mantenimiento”, subraya. Añade que eso logra que estén siempre “al día” y en línea con los tiempos que corren, ya que opina que los amenities no son algo estático sino espacios o facilidades que van mutando con el tiempo y según las necesidades de las personas que habitan las construcciones. “Hoy, por ejemplo, hay cocheras para automóviles eléctricos, dentro de unas décadas quizás la movilidad cambie y debamos transformar aquellos espacios”, dice.

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Hay que innovar

También en Puerto Madero, el Alvear Tower es otro proyecto que pateó el tablero. Tiene pisos de 500 m2 con pileta privada y servicios como la sala de correspondencia y spa de mascotas. Además, tendrá monoambientes de 30 m2 que los propietarios podrán destinar como hospedaje del servicio doméstico.

Por otro lado, la inmobiliaria Interwin comercializa algunos desarrollos a estrenar con particularidades. El emprendimiento Black, en Juncal y Sinclair, cuenta con sala de ensayo y cuartos de invitados, departamentos para visitas en el primer piso. En tanto, Vista BA, en Santa Fe y Coronel Díaz, tendrá jaula de golf, lavadero de autos y mirador. “La gente que busca unidades a estrenar ya da por sentado que en el desarrollo existe un salón de usos múltiples y algún espejo de agua, una pileta tanto de grandes dimensiones como alguna pequeña. En este momento, tener amenities diferenciales es lo que te hace competitivo”, detalla Gabriela Besuzzo, gerenta de Obras y Emprendimientos de la inmobiliaria. Si bien admite que no se trata de un factor definitivo a la hora de comprar. “Nunca me pasó que alguien no se decidiera a adquirir un departamento porque el edificio no tenía piscina semiolímpica, por ejemplo”, bromea Besuzzo. Aunque reconoce que este es un factor atractivo a la hora de elegir entre dos opciones de características similares en una misma zona. La ejecutiva prevé que las tendencias de sustentabilidad comenzarán a imponerse también en los amenities o servicios que ofrece cada proyecto. Uno de los desarrolladores con los que la inmobiliaria comenzó a trabajar en los últimos tiempos, el Grupo Uno en Uno, hace fuerte hincapié en esto. El complejo Casa HO, ubicado en el barrio de Coghlan, contará con huerta orgánica, rampa para bicicletas en todo el emprendimiento y además un tratamiento conceptual del espacio exterior. “Buscarán recrear distintos biomas para atraer a diferentes especies a los jardines, que tendrán distinta vegetación en cada caso”, resalta.

Por último, los deportes nunca dejan de ser un factor de atracción y, de acuerdo con la tendencia de la práctica de deportes extremos, el emprendimiento Puertos -de Eduardo Costantini, ubicado en Escobar- acaba de inaugurar un parque para practicar wakeboard y otras actividades naúticas, señala Richie Edelstein, director en Castex Propiedades, firma que comercializa el proyecto. Y menciona que existe una tendencia que sí está definiendo el proceso de compra en algunos casos: las lagunas artificiales de aguas transparentes, las cuales son construidas por una compañía chilena, Crystal Lagoons. En Uruguay, la única que existe en ese país está en el proyecto Green Park, tiene seis hectáreas y habría demandado una inversión de US$ 8,6 millones. Edelstein prevé mayor crecimiento de los amenities relacionadas con el agua y proyecta la llegada de maquinarias que simulen oleaje y de parques flotantes acuáticos, estructuras inflables que se instalan en el agua para realizar actividades recreativas para todas las edades.

Por Sofía Terrile, Sábado 17 de junio de 2017
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION