Los jóvenes quieren otro tipo de proyectos

Los millennials no sólo cambiaron los códigos del mundo del trabajo, eligen vivir en emprendimientos distintos con áreas comunes para socializar.

Los jóvenes cambian el mercado.

Los millennials no sólo cambiaron los códigos de los ambientes laborales, su forma de vida también cambia el perfil de los desarrollos en los que sueñan vivir. Quieren emprendimientos diferentes. Así surge la cultura del coliving. Un concepto simple pero que apunta a revolucionar el mercado de los ladrillos.

En el tercer milenio, la gente busca encontrarse, superar el aislamiento que genera la tecnología, especialmente en los segmentos de jóvenes y profesionales. Así, surgen nuevos espacios que favorecen la interacción, la formación de grupos no solo para trabajar sino también para compartir experiencias sociales de todo tipo. Son emprendimientos pensados para propiciar la formación de verdaderas “comunidades” de residentes que interactúan en diversos ámbitos: combinan la intimidad de la vida privada y las áreas comunes en las que se puede interactuar con otros.

El coliving ofrece una experiencia de vida sin complicaciones. Desarrollos que cuentan con una administración central, una conserjería, encargada las 24 horas de que todo funcione y esté bien mantenido, así como del pago de las cuentas de los diferentes servicios. Quien vive en un edificio de este tipo abona cierta suma mensual fija que incluye todos los servicios y gastos, inclusive la limpieza de su casa, no se preocupa por pagos extra y tiene previsión sobre su presupuesto.

Es paradójico que en tiempos en los que se habla de que la hiperconectividad tecnológica genera desconexión, los nativos digitales busquen otra forma de vivir. “Se da especial importancia al diseño, a contar con tecnología de última generación, a convivir armoniosamente con el medio ambiente, ahorrar energía y promover la sustentabilidad en diferentes aspectos”, relata Juan Mora, socio fundador y CEO de Casa Campus, la desarrolladora con inversiones por US$ 20 millones emprendimientos con este foco. “Tenemos 2000 miembros entre residentes y huéspedes, además de 350 socios inversores”, detalla el ejecutivo con un proyecto inaugurado y tres en construcción, todos en ubicaciones como Congreso, San Telmo y Pilar, desde las que se puede ir caminando a las universidades .

En los emprendimientos planteados para este segmento, los espacios comunes no contemplan solo el microcine, la piscina o el gimnasio. La clave pasa por crear otros ámbitos de encuentro valorados como por ejemplo una gran cocina súper equipada y comedores cool que invitan también a encontrarse para compartir alguna comida. “También se generan salas de lavandería, bibliotecas, cavas y terrazas al aire libre. El atractivo de los espacios comunes es que propician una interrelación significativa que trasciende el mero saludo al vecino al cruzarlo, que invita a compartir la vida con el otro”, define Mora .

Las investigaciones sustentan por qué los millennials son un “blanco” clave para los desarrolladores. Según datos de Gallup, el 64 por ciento de los jóvenes no se encuentra en relación de pareja. Las tasas de matrimonio disminuyeron hasta un 10 por ciento en la década pasada -mientras estas disminuyen, las parejas sin formalizar aumentaron del 7 por ciento al 13 por ciento-. En línea con esa tendencia, los jóvenes solteros han crecido drásticamente el nivel de convivencia con “compañeros de cuarto”. Un fenómeno que da la pauta del avance de un estilo de vida diferente : colaborativo y comunitario. “La forma de estudiar, trabajar, viajar y vivir está cambiando drásticamente. Para el 2020 se espera que el 40 por ciento del trabajo sea freelance y remoto. La revolución tecnológica y el social networks está cambiando el mundo en forma exponencial”, relata Mora quien en 2017 planea la inauguración de las tres obras que construye, Además asegura que este año se lanzarán dos más. Mira barrios como Palermo, Recoleta y Núñez.

En cuanto al modelo de negocio, la apuesta para adquirir una unidad promedia los US$ 90.000 incluyendo mobiliario y equipamiento. Un negocio que, según Casa Campus deja una renta de 8 por ciento anual como target, porcentaje al que hay que sumarle la apreciación de la inversión. “Cada uno es dueño de su departamento y nosotros las administramos en conjunto, el inversor no se ocupa de nada”, detalla Mora y aclara que una habitación completamente equipada cuesta en promedio US$ 800 mensuales e incluye, además del acceso a todos los servicios del coliving, las expensas, servicios públicos, cochera, tv por cable y wifi de banda ancha.

A las nuevas formas de vida se suma el efecto que genera el incremento de precios en las propiedades y los costos de vida que impactan en los principales centros urbanos. Una realidad que dificulta la posibilidad que tienen los jóvenes de acceder a una vivienda propia. De hecho Pieter Levels, el fundador de la web Nomad List, estima en su análisis sobre el futuro del nomadismo digital que en el 2035, el mundo contará con más de 1000 millones de nómadas. En definitiva, ninguna industria está librada al azar y en la era de la disrupción, los ladrillos también se enfrentan al desafío de adaptarse a nuevas formas de vida. Desde autos compartidos, hasta llenar el espacio extra en su valija transportando artículos para otros; el mundo ha comenzado a aprovechar el espacio excedente a través del aumento de la economía compartida. La industria de la vivienda no es una excepción. A crear, entonces.

Por Carla Quiroga, Sábado 25 de marzo de 2017
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION

Los espacios más buscados

Especialistas consultados explican en esta nota cuales son los puntos más importantes que priorizan los compradores al momento de tomar la determinación de adquirir una vivienda.

Según los inmobiliarios muchas son las variables que parecen influir a la hora de realizar la elección de una vivienda. Y aunque estas posibilidades están directamente vinculadas con la estructura de cada familia o con su estilo vida, bien podría establecerse una norma que parece regir la mayoría de las ventas. Respetar esta fórmula para muchos desarrolladores resulta la base del éxito de cada uno de sus proyectos.

La primer diferencia que establecen tanto los inmobiliarios como los desarrolladores es que las variables cambian según se trate de una casa o de un departamento.

“Generalmente en las casas, lo primero que se ve, según su categoría, es el exterior, donde puede figurar una galería, quincho cubierto o descubierto y pileta, entre otras áreas. En el caso de departamentos, en cambio, suelen ser la cocina y el comedor diario los lugares que más influyen, si de familias se trata. También resulta importante el playroom. Otro factor gravitante es la dimensión de los ambientes, a la hora de decidir”, sostuvo Roberto Ledo, director de la Inmobiliaria Bullrich.

Iuri Izrastzoff, de Izrastzoff Propiedades, sostiene que las cocinas es uno de los espacios en que más hincapié hacen los jóvenes. “Las nuevas generaciones disfrutan de la cocina más que sus predecesores y la incluyen como nunca antes entre los sectores de interacción”, aclaró el broker.

Jorge Toselli, presidente de JT Inmobiliaria, coincide con Ledo en que los espacios más buscados son las áreas de estar-comunes, es decir, las cocinas y los comedores diarios. “En la actualidad, los espacios más ponderados a la hora de elegir un departamento son las expansiones, tales como balcones -en especial los aterrazados- y los quinchos, cuando se trata elegir una casa. Otro sector muy importante es la recepción, siempre que se trate de pisos o casas de calidad”, dijo Toselli.

Gustavo Abascal, titular de Gustavo Abascal Propiedades, fue mucho más específico y reveló estadísticas propias que dan cuenta de su experiencia comercial. “Los hombres de mediana edad y con buena posición económica prefieren un living grande para recibir amigos, también una buena terraza con posibilidad de tener una parrilla. Muchas mujeres jóvenes, en cambio, quieren una terraza o patio porque necesitan ese esparcimiento para que sus hijos varones puedan correr y jugar en un lugar seguro. La cantidad de dormitorios es un factor determinante en los matrimonios con hijos y sobre todo si tienen de distintos sexos o edades”, explicó Abascal. Y agregó: “Las familias que retornan a la ciudad tras haber vivido en las urbanizaciones privadas requieren de un ambiente extra (el family o estar íntimo) donde se realizan muchas de las reuniones familiares”.

Según los especialistas el público que opta por ambientes más amplios suele buscar departamentos antiguos los cuales se caracterizan por ofrecer dimensiones más generosas, paredes gruesas, techos en doble altura y grandes ventanales; mientras que en el caso de las unidades nuevas terminan por inclinar la compra las terminaciones o los servicios como el tipo de calefacción y climatización de los ambientes, los amenities del edificio, seguridad y la calidad de construcción, entre otras. “La tendencia en nuevos desarrollos, en muchos casos, es incluir cocinas tipo americanas, con barra, para de ésa manera extender el área social y la percepción del espacio y el metraje -que tiende a reducirse, especialmente en la última década-“, sostuvo Izrastzoff.

En las viviendas más pequeñas, los requerimientos son más directos -según Toselli-, por ejemplo, se busca que el baño sea completo y que la cocina no sea del tipo kitchinet y si es posible que haya un pequeño balcón. El por qué radica en que, hoy por hoy, las personas pueden resignar varios aspectos menos los que hacen a su habitabilidad y confort.

Toselli comentó que tanto las búsquedas como las construcciones fueron variando según los distintos momentos y las modas. “Los cambios tienen que ver con conductas propias de cada época y de vivencias culturales. Por ejemplo, hace 60 años, el área dedicada a la cocina era realmente chica y las dependencias, aunque muy necesarias, eran incómodas y pequeñas”, contó el broker. Y agregó: “Otra diferencia era la privacidad que se daba al living, muchas veces usando la llamada planta invertida”, evitando que dieran al frente y dejando como efecto secundario a la luz, elemento que hoy resulta fundamental y decisivo a la hora de los precios de las viviendas”.

Aunque las viviendas amplias siempre son el ideal de una familia, los costos son cada vez más tenidos en cuenta: expensas altas e impuestos municipales desmedidos terminan por generar una fuerte caída en el interés de los potenciales compradores.

Para Fernando Ledo, otro de los responsables de la firma Bullrich, en los últimos años, se fueron creando diferentes amenidades para dar mejor calidad de vida a los compradores: “Estas fueron dando forma a una serie de servicios que van desde la parte de recreación, hasta poder contar en los casos más caros, con sistemas de domótica, servicio de valet parking, e incluso servicio de limpieza incluido, estos son factores que cambian según el target del cliente”, dijo.

Toselli, para concluir, afirmó que los factores de búsqueda clásicos nunca quedan fuera de moda. “Siempre va a prevalecer la ubicación, la orientación y la luz, y el diseño y confort, ya sea en una casa como en un departamento. Además, una buena cochera puede ser definitiva en una elección. Y si el edificio cuenta con diferenciales como amenities también ayuda a la selección del inmueble, sobretodo para el target más joven”


Necesidades diferentes

Cada tipo de público cuenta con demandas particulares

1.- Las familias: Tienen el foco puesto en espacios más amplios, luminosos y ventilados. En el caso de los grupos familiares con niños en edad escolar la ubicación y la proximidad a entidades educativas de calidad también resultan factores siempre vigentes. Otro punto que es muy tenido encuentra es la conexión con los transportes públicos y las cocheras.

2.- Los jóvenes: este público suele buscar espacios más pequeños y funcionales; en lo posible resulta ideal para ellos que los proyectos cuenten con cochera y área de laundry y salón de usos múltiples .

3.- Los más demandados: Los departamentos de tres y cuatro ambientes hoy continúan siendo la joya más deseada del mercado inmobiliario, dado que en los últimos tiempos la mayoría de los modernos complejos que se construyeron recientemente son de uno y dos ambientes.

Por Leandro Murciego, Sábado 9 de abril de 2016
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION

Jóvenes que comparten departamentos

Buscan unidades de dos y tres ambientes, algunas con amenities y cerca de las universidades; los valores oscilan entre 3000 y 6000 pesos más gastos

Es viernes y Belén y Paz se ponen de acuerdo para ver quién invita esa noche a sus amigas a casa. Después conversan sobre dónde quedaría mejor el sillón y a quién le toca sacar a pasear al perro. Ellas, como muchos jóvenes de su edad, decidieron independizarse y compartir el departamento: “Hace dos años que vivo con mi hermana. Lo bueno es que se comparten los gastos, las tareas del hogar y nunca estás sola.

Pero muchas veces las exigencias en cuanto a orden y limpieza no son las mismas para cada una, por lo cual hay que hacer ciertas concesiones”, contó Belén, de 26 años. Ambas son de Palermo y se mudaron a un tres ambientes en la misma zona: “El departamento fue una herencia familiar, la idea era venderlo y comprar dos nuevos más chicos para cada una, pero como era difícil venderlo y la plata no alcanzaba para comprar el estilo de vivienda que buscábamos, decidimos ir a vivir juntas ahí”, agregó Belén.

Cuando son estudiantes, la tendencia a compartir departamento aumenta. Además, el incremento del valor de los alquileres hizo que muchos jóvenes eligieran esta opción. “En el caso de los Edificios Facultad son jóvenes que vienen a estudiar desde el interior y generalmente vienen solos. Se ven más casos de alquileres compartidos en los estudiantes que vienen del exterior, como Perú, Colombia, Ecuador”, comentó Paula Balsano, de la inmobiliaria homónima.

“Sean chicos que están estudiando, que comienzan a trabajar o que viven lejos o en el interior, ésta es una forma de reducir gastos y de residir donde desean o necesitan”, explicó María Inés Kries, gerente comercial de Newland Desarrollos Inmobiliarios. Por otro lado, a medida que se encarecen los alquileres, les conviene un tres ambientes para compartir antes que alquilar solos una unidad más chica.

Pero el departamento no se comparte con cualquiera: hermanos y amigos son los favoritos a la hora de encontrar un compañero de alquiler. “Por lo general eligen hermanos en primer lugar; amigos y pareja en segundo lugar, porque los hermanos buscan departamentos que comparten para estudiar en Buenos Aires. En el caso de las unidades dos ambientes, en general las prefieren las parejas recién constituidas”, expresó Valeria Castillo, asesora del departamento de alquileres de Baigún. Seguí leyendo “Jóvenes que comparten departamentos”