El desafío de lograr espacios integrados con la naturaleza

Cada vez más compañías generan ámbitos verdes en las oficinas; los objetivos son estimular a las personas en el trabajo y reducir el estrés.

Cada vez más empresas buscan llenar de verde sus espacios de trabajo con el objetivo de que sus empleados se desempeñen mejor y sean más productivos. Gigantes como Microsoft, Amazon, Google y Twitter parecen estar en una carrera por ver qué compañía incorpora más diseño biofílico y tiene una arquitectura más innovadora. Sin embargo, en un nivel más micro, una cubierta verde, por ejemplo, puede tener funciones prácticas como ser ralentizadora de aguas de lluvia y un buen aislante térmico, además de que hay exenciones impositivas para las firmas o entidades que lleven a cabo estos emprendimientos.

“Hay una frase de Louis Kahn (renombrado arquitecto estonio) sobre la manera en que los espacios públicos y privados permiten interrelacionarnos. Él dice algo así como que «todos entramos más abiertos a una plaza». Son lugares que no tienen una especificidad funcional sino la capacidad de generar actividades para que la gente se relacione”, afirmó Bruno Emmer, titular de RDR Arquitectos.

En sí, el diseño biofílico se refiere a incorporar elementos inspirados en la naturaleza para crear espacios que estimulan a las personas en el trabajo y reducen el estrés. Un especialista en el tema es Cary Cooper, profesor de Psicología y Salud Organizacional en la Universidad de Lancaster, que realizó el estudio “El impacto mundial del diseño biofílico en el lugar de trabajo”. Según él, estar conectados con la naturaleza es, de hecho, una función adaptativa humana que permite y ayuda a la restauración psicológica. “Esto quiere decir que, dentro de un entorno urbanizado, la incorporación de elementos que permitan una conexión directa con la naturaleza -parques y lagos- o vínculos indirectos como diseño de interiores utilizando especies vegetales, colores tierra y vistas a espacios verdes pueden ayudar a nuestra recuperación mental y ofrecen un descanso de nuestras actividades diarias para poder mantener un bienestar”, explicó.

En busca de la creatividad

Imagine un meeting o una conference call con el ruido de fondo del canto de un pájaro o una ardilla metiéndose en el cuarto. Esos son solo algunos inconvenientes que puede causar la fauna, pero existen otros: el espacio puede llenarse de hojas o desprendimientos de árboles. Sin embargo, justamente esto es lo que busca la empresa de Bill Gates en su campus de Redmond, Washington: estimular con la naturaleza a sus empleados para que gocen de un mayor bienestar, que motive, a su vez, su creatividad.

“La primera cosa que te das cuenta cuando caminas en ese espacio es que todos están realmente calmos y tranquilos. Dejás de hablar y solo estás presente. Es fascinante. La gente absorbe el ambiente, y cambia la percepción de su trabajo y cómo pueden hacerlo”, afirmó Bret Boulter, quien trabaja en real estate y facilidades del campus en Redmond.

Según Boulter, si le das la opción a la gente, todos trabajarían más al aire libre y, de acuerdo con la ciencia, el impacto de la naturaleza sobre la creatividad, la concentración y la felicidad es poderoso. Y el campus de Redmond tiene una ventaja: está situado en medio de parques y áreas naturales. “Nosotros no tenemos que traer la naturaleza a la urbanización. Estamos en la naturaleza. Está en nuestra puerta de atrás”, agregó.

Dos de las tres casas en los árboles, que son accesibles a todos los empleados, están abiertas. La sala de reunión del Cedro toma reservas, como muchos de los espacios para reuniones tradicionales de Microsoft y la del Nido de cuervo es según el orden de llegada. La tercera, un espacio de lounge protegido, va a estar lista a fines de este año. El edificio ya está tomando forma en manos del constructor de casas en los árboles Pete Nelson. “Nada formal. Será un lugar dónde se pueda estar tranquilo adentro o afuera, sentado o trabajando”, describió Genise Dawson, un ejecutivo de Microsoft.

Si bien los edificios están hechos para expandirse a medida que los árboles crecen, la expectativa es que duren 20 años, pero la realidad es que tendrán una duración de vida finita como cualquier ser vivo.

Otros casos

Microsoft, sin embargo, no es la única empresa con grandes planes cerca de Seattle. Esferas: así se llama el nuevo proyecto de Amazon. Según el diario The New York Times, la empresa está construyendo sus nuevas oficinas en el centro y tendrán la forma de tres domos enormes. Cada uno albergará miles de plantas para hacer de las oficinas un lugar más natural.

Ideado como un mega invernadero, Amazon busca que sus empleados piensen de forma más creativa al estar en contacto con la naturaleza. Además, se evita el estrés de estar encerrado entre cuatro paredes.

Algunos estudios respaldan esta teoría. Sostienen que estar en contacto con la naturaleza hace que las personas mejoren su memoria a corto plazo y que su productividad aumente un 15 por ciento. Sin embargo, los domos estarán a 22 grados y habrá un 60 por ciento de humedad, lo que no favorece a la estimulación del cerebro.

El proyecto, que se espera que esté finalizado para 2018, contará con una superficie de 300.000 metros cuadrados y dentro de cada domo habrá más de 3000 plantas exóticas, donde se incluirán, entre otras especies, plantas carnívoras.

Algo menos ambicioso es lo de Twitter que ha instalado viejas cabañas de madera en determinadas zonas comunes de su sede central de San Francisco para inspirar a sus trabajadores. Otro proyecto móvil son las oficinas KantoorKaravaan, una especie de trailers con los que se busca que las personas que trabajen ahí se conecten con la naturaleza y dejen atrás el estrés del día a día. Vienen con WiFi, baños, cocina y cafeteras, entre otras comodidades.

Por último, en Japón está Namba Parks Garden, un shopping y complejo de oficinas que cuenta con rocas, arroyos, cascadas, árboles, pasto e incluso huertas que crean un oasis natural en medio de una ciudad en expansión.

La realidad local

Más allá de lo que pasa afuera, el país todavía está unos pasos por detrás de la tendencia. De acuerdo con Antonio Saborio, director de project management de CBRE, en la Argentina las iniciativas llegan un poquito más tarde mientras que, en los Estados Unidos, ya hay maneras de incorporar el verde, la biofilia en el espacio de trabajo que recuerde el exterior.

“En el país sí se ha avanzado en crear espacios abiertos y con luz natural. Eso nace con el concepto de Wellness, no sólo por eficiencia, sino que trabajas mejor cuando estás bien. Cada vez más son las empresas que nos llaman para modernizarse: para reducir espacios privados, democratizar la luz y hacer más espacios abiertos y colaborativos. Hace una década, las compañías que se dedican a la biofilia, como Microsoft o Google, estaban con eso”, aseguró Saborio.

Un ejemplo adelantado es la terraza verde de la Universidad Torcuato Di Tella, de los 1970 m2 de superficie, 1520 m2 están destinados exclusivamente a espacios verdes, con sectores de jardín y paseos, un anfiteatro y un mirador con vista al Río de la Plata y a la ciudad. Bruno Emmer, titular de RDR Arquitectos, que estuvo detrás del proyecto explicó su funcionalidad. “La universidad está rodeada de naturaleza, pero no tenía nada así en su parcela. La idea era darle a ese campus el lugar verde que necesitaba. Las ventajas de la cubierta verde son que es ralentizadora de aguas de lluvia y funciona como un buen aislante térmico. Además, como el piso inferior tenía que tener aulas que necesitan techos más altos, aprovechamos para hacer planos inclinados en los que la gente puede acostarse y el anfiteatro”, detalló.

Según él, se inspiraron en el proyecto de viviendas en el espacio del arquitecto argentino Amancio Williams que hablaba del contacto entre el verde y el azul: “Tratamos de imitar esa metáfora con el plano inclinado del pasto”.

“Cada vez más con el mejoramiento de las condiciones de trabajo empiezan a surgir estos espacios de intercambio más informal de la información. Un diálogo que puede ser productivo o no. En temas de parques hay cuestiones ambientales porque permiten la ralentización del agua, además de que según la legislación de la ciudad los espacios verdes están exceptuados de pagar ABL”, concluyó.

Por María Julieta Rumi, Lunes 27 de noviembre de 2017
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION