En los últimos años se edificaron emprendimientos corporativos con estas características; ahora también se suman a esta tendencia los proyectos residenciales.
La sustentabilidad llega a los inmuebles residenciales, luego del impulso dado por la experiencia corporativa de los últimos años. Se gestan edificios de viviendas tanto en el interior como en la ciudad de Buenos Aires. “En el país recién se empezó con lo sustentable a nivel residencial. Todo lo que se hizo tuvo que ver con lo comercial y en cierta medida, industrial. Los profesionales usan elementos y recursos que usaban en oficinas”, dijo Eduardo Sposito, presidente de Argentina Green Building Council (AGBC).
Además de un diseño sustentable se incorporan elementos como materiales reciclables, colectores de agua e incluso la domótica a proyectos de viviendas que se espera sean el comienzo de una nueva arquitectura residencial. “Los arquitectos tenemos una responsabilidad muy grande en cambiar este rumbo. Hoy entendemos que buen diseño significa también sostenibilidad. Los concursos internacionales valúan este aspecto y se han suscrito cartas de principios entre los mejores arquitectos del mundo”, comentó Mirta Ochoa, de Hábitat Palermo, con un desarrollo sustentable en plena obra.
La comercialización de estos proyectos es algo nuevo en nuestro país. “A diferencia de lo que sucede en otros países, donde la sostenibilidad y el ahorro energético son factores importantes a la hora de decidir una compra, o de establecer un precio de alquiler, en nuestro país aún no lo es plenamente. Sí existe un sector que ya se interesa por los costos de expensas y mantenimiento de las viviendas una vez terminadas. Sobre todo el que va a vivir en ellas. El que las busca como inversión para alquilar, en general no se interesa tanto”, dijo Nancy Testorelli, de Re/Max Premium, firma que comercializa Hábitat Palermo.
Este emprendimiento, en Scalabrini Ortiz al 2400, se destaca por sus fachadas de doble vidrio, agua caliente central por energía solar, luz de presencia en todas las zonas comunes -muchas alimentadas por placas solares individuales-, ascensores con tensión variable -con lo que se produce un ahorro energético del 40%-, armarios de residuos por planta con separación de basuras. Las viviendas tendrán los recipientes apropiados para su separación y será un edificio sin gas, para minimizar, dentro de lo posible, la emisión de gases de combustión con efecto invernadero. También habrá un grupo electrógeno solar que permitirá seguir funcionando a las bombas de agua, ascensores y montacoches en caso de cortes de luz, y cada vivienda contará con un tomacorriente alimentado por este grupo electrógeno. Seguí leyendo “Construir pensando en el medio ambiente”