Con el nuevo Gobierno se espera el fin del cepo cambiario, la unificación del mercado y la lucha contra la inflación; para los especialistas consultados sería alentador el primer paso más importante, recomponer el crédito hipotecario.
A partir de marzo próximo, la expectativa es que el mercado inmobiliario responda positivamente al cambio de ciclo, con un incremento progresivo de la demanda, y nuevos actores en juego. Las medidas que ha mencionado el presidente electo Mauricio Macri, son las que el mercado inmobiliario y un amplio espectro de la economía están esperando: el fin del cepo cambiario, la unificación del mercado cambiario y la lucha contra la inflación. A su vez, uno de los primeros pasos que se esperan es la recomposición del crédito hipotecario, gran ausente en los últimos años.
Héctor D’Odorico del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires (Cucicba), destacó que aunque sean en modo gradual, las medidas por tomar generan confianza. “Los valores se mantendrán estables y que haya un solo tipo de cambio siempre favorece. En el mediano plazo habrá confiabilidad que comenzará a verse entre enero y febrero, asentándose en marzo”, opinó.
La salida del cepo puede ser de lo más significativo porque destrabaría a muchos conductos de la economía, pero no alcanza para que el sector despegue. “El mayor efecto dinamizador lo logra el crédito hipotecario, abriendo la oportunidad de adquirir inmuebles a una vasta franja de la sociedad que hoy no accede a la vivienda propia”, comentó Javier López, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina.
Es vital reactivar el crédito hipotecario a partir de la creación de una moneda de referencia. “Esto necesariamente implica generar créditos intermedios para desarrolladores que permitan venderle al comprador, pagando solamente un 10 o 20% del valor de inmueble durante la construcción. Es clave movilizar tierra no utilizada por el Estado para generar proyectos de vivienda para el sector medio y es fundamental que el blanqueo que se piensa anunciar, tenga condiciones no menos favorables que los cedines para el sector inmobiliario y, en particular, para los nuevos desarrollos que son los que movilizan a la economía y crean empleo”, afirmó Federico Weil, el CEO de TGLT.
Revertir la situación
A juzgar por el índice que elabora la Cámara Inmobiliaria Argentina, los precios han acompañado o se han aproximado a la inflación real en cuanto a los alquileres. Los valores de venta solicitados, han resistido la crisis y registrado una baja mínima. No obstante, cada operación de compra venta registra su propia negociación y los porcentajes son distintos en inmuebles de vivienda o rurales.
En cuanto a la unificación del mercado de cambio, no impacta mayormente ya que a los efectos de las compraventas, el dólar de referencia siempre fue el dólar blue. Sobre las medidas más importantes a tomar, como vienen señalando desde la Asociación de Empresarios de la Vivienda, LLambías, amplió: “Son las relativas a crear las condiciones de acceso a la vivienda para la clase media, el gran motor por volumen del mercado inmobiliario. Este sector, por falta de un mercado de ahorro y crédito para la vivienda, ha estado ausente casi completamente de nuestra actividad desde hace muchos años”.
Y continuó: “Un mercado de ahorro y crédito para la vivienda es imposible sin una política efectiva y perdurable de reducción de la inflación. Como transición, mientras este severo problema se resuelve, hemos propuesto el establecimiento de una Unidad de Cuenta Ajustable para la Vivienda, sobre la base de la cual se pueda ahorrar y brindar crédito para la compra”.
La inversión en activos inmobiliarios es una herramienta de resguardo de valor en todo el mundo, con lo que sin dudas estará presente en cualquier cartera de inversión. “Si la política económica del gobierno es exitosa, posiblemente aparezcan otras opciones, que competirán por los fondos de los inversores. El gran motor del desarrollo inmobiliario es la atención de la demanda real de inmuebles de las empresas y familias del país y, teniendo en cuenta cuán postergada está la demanda, hay mucho para crecer con las condiciones macro adecuadas”, afirmó Llambías.
D’Odorico aseguró que las compras son motorizadas por los compradores genuinos en primer lugar que son los que las necesitan unidades chicas como primera vivienda; parejas que buscan dos y tres ambientes porque son los que están a su alcance. “Cuando empiece a moverse la rueda, se sumarán en breve los inversores y ahorristas”, comentó. “El mercado será el motor de la industria como siempre. El ladrillo será la inversión más segura”, concluyó D’Odorico.
Por Karina Salazar, Sábado 5 de diciembre de 2015
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION