Capilla del Señor – Una esquina donde la pausa es posible

El bar La Fusta llegó a los 50 años, atrae a los vecinos de siempre y los turistas del fin de semana; crece la gastronomía de pueblo, no lejos de la Capital.

Capilla del Señor, la ciudad cabecera del partido de Exaltación de la Cruz, tiene su gran protagonismo histórico con espacios que no han perdido su estilo y que forman parte de un pasado sólido, sumando visitantes todos los fines de semana. Entre los que no se pueden dejar de conocer se encuentra el bar La Fusta, un rincón imperdible, que celebró sus 50 años. La historia de este negocio arrancó con los carnavales en febrero de 1964, cuando la familia Lareau decidió abrir este café; en el local antiguamente funcionó un almacén de ramos generales.

Con el paso del tiempo se fue consolidando y al ritmo del crecimiento de esta pintoresca localidad de la provincia bonaerense, Luis Curone, el papá de Javier Curone, actual propietario de La Fusta, compró el fondo de comercio en 1980.

Ante la respuesta de la clientela, a dos años de adquirir la marca, consiguió sellar la compra del inmueble que tiene 70 m2. Ya le han aplicado varias reformas, la última entre 2010 y 2011, donde se cambió toda la decoración en las paredes (los guaseri de madera) y se ubicaron toldos en el frente.

Al respecto del aniversario, Javier Curone dijo: “Es una enorme satisfacción haber llegado a celebrar los 50 años de este espacio que está tan integrado con la región y la historia de Capilla del Señor”.

La Fusta, en la esquina de Mitre y Casco, es el punto en el que confluyen la mayoría de los vecinos de siempre con los turistas y muchos de los propietarios que viven en los campos y clubes de chacras de la zona, que en su mayoría concurren los fines de semana.

Es el lugar de la pausa cotidiana para el café, la picada, el almuerzo o la cena, en un refugio donde el paso del tiempo parece haberse detenido y que a su vez, todo el quehacer cotidiano se trata en sus mesas que son las mismas de hace varios años.

Hace poco fue el festejo donde el municipio colocó una placa conmemorativa en la esquina del local, y donde hubo música y baile en la esquina. La Fusta está abierto de martes a domingo; desde hace pocos años empezó a cerrar los lunes. Uno de sus eventos es el del 31 de diciembre, cuando entre las 19 y las 22 se reúnen varios de los clientes para despedir el año en medio de guitarreadas y la presencia de Stefan, el escocés, que viene de visita todos los años (ya que tiene familia en Capilla del Señor), y además trae su gaita para armonizar la velada que es seguida muy atentamente por los presentes.

Este negocio ofrece entre sus platos predilectos los canelones (a 55 pesos) o las pastas tradicionales y caseras, así como el denominado lomo completo a La Fusta (70 pesos). Obviamente, el café es otro de los sabores preciados por los que visitan el lugar.

Además del festejo de febrero “tenemos previsto realizar otros en el año, que le anunciaremos a la gente. Estamos muy agradecidos por la fidelidad de los clientes de toda la vida”, dijo Curone.

También los famosos han frecuentado La Fusta. Entre los que la visitan figura Raquel Satragno; con todo cariño los propietarios recuerdan a un asiduo visitante como fue el historiador Félix Luna. Sus amigos de siempre le dedicaron una placa en las cercanías de una de las mesas que dan a una de las ventanas, donde Luna pasaba varias horas -en particular, los fines de semana- cuando acudía a su chacra que está próxima a uno de los ingresos de Capilla del Señor.

“Don Félix o Luna, como le decíamos, siempre disfrutaba de la pausa, de la lectura de los diarios, de la charla con los amigos aquí. Una ciudad que siempre quiso y en la que fue reconocido como vecino ilustre (declarado así por el Honorable Concejo Deliberante de Exaltación de la Cruz en 2004). Fue así que sus amigos le brindaron el homenaje en el bar”, dijo Curone.

Con respecto al bar, los propietarios tienen pensado en el futuro anexar otras opciones gastronómicas, pero sin delivery por el momento. Seguramente y por su trayectoria ya es un lugar muy arraigado a la ciudad, todo un símbolo capillense.

Por José Luis Cieri, Lunes 31 de marzo de 2014
para el suplemento Inmuebles Comerciales del diario LA NACION