Fortaleza del ladrillo pese a todo

En estos días algunos estudios basados en un relevamiento sobre los precios actuales de las propiedades usadas y a estrenar reflejan oscilaciones positivas y negativas (en algunos casos muy sutiles) atados al comportamiento del mercado. Es prioritario para la demanda tener una idea de cuánto se cotizan hoy los inmuebles residenciales por razones más que lógicas: la idea de un cambio de vivienda (lo que implica una compra) o simplemente conocer cuánto aproximadamente se capitalizó su bien inmueble en un barrio determinado desde la última adquisición. El tema abre interrogantes recurrentes. ¿Por qué razón los precios -aunque con algunos números en baja- no han descendido mucho más teniendo en cuenta la fuerte caída de la actividad desde la llegada del cepo, que como todos saben impactó de forma contundente, con un pérdida de la fluidez de otros tiempos, que ahora parecen muy lejanos? El freno de la actividad no ha implicado una fuerte baja en los precios porque es el único refugio que ha permanecido indemne, pese a todas las turbulencias, distorsiones y cambios en materia económica que han sacudido y complicado a toda una sociedad.

La inflación está en primer lugar y se puede confirmar con apenas un dato de hace dos días: el incremento de la nafta de un 4%, que acumula más del 30% hasta la fecha en este comienzo del segundo semestre del año. La inflación es un obstáculo para el crecimiento, además de un impuesto masivo que deteriora la calidad de vida de la gente. Pero además, pensando en el Real Estate, la inflación impide, por ejemplo, que la oferta de créditos hipotecarios pueda existir con tasas lógicas para una enorme franja de la demanda contenida. Los valores de las propiedades en dólares no parece que puedan sufrir importantes variaciones hasta que el mercado vuelva a comportarse como tal: una fluida y sana respuesta entre las variables, que admiten ciclos más activos que otros, pero que mantienen cierta fluidez de acuerdo con lo que la gente está dispuesta a comprar y lo que las empresas y los desarrolladores proponen; lo mismo que con las unidades usadas.

En estas últimas semanas se han conocido en el sector algunas iniciativas de parte de developers que buscan de algún modo acercar soluciones menos convencionales a quienes todavía sueñan con una vivienda propia. Merecen estudiarse y analizar otras propuestas que se sumen porque por largo tiempo todo indica que habrá que convivir inexorablemente con el cepo. Seguí leyendo “Fortaleza del ladrillo pese a todo”

SAN ANDRÉS – Un mix de público joven y tradicional

Un chalet en la zona del golf se cotiza desde los 170.000 dólares, mientras que el alquiler de un departamento de un dormitorio ronda entre los 2300 y 2600 pesos.


A la vera del Golf San Andrés, los chalets surgen entre la arboleda. Además de los tradicionales habitantes, muchos jóvenes eligen esta zona que ofrece un oasis de tranquilidad en el partido de San Martín.

Victoria tiene 21 años y vivió toda su vida en San Andrés con su familia. Si bien estudia en Capital y todas las mañanas tiene que tomar el tren para ir a la ciudad, afirmó que “le encanta su barrio”. San Andrés, con una estación del ferrocarril Mitre que lleva su nombre, se destaca por los chalets construidos en la época en que los ingleses llegaron para poner en marcha las obras del tren. “Esta es una zona netamente residencial, con un pequeño centro comercial alrededor de la estación, sobre la avenida Campos. El reflejo de su tamaño es que hay sólo una entidad bancaria”, comentó Estanislao Bermejo, de Patricio Torre Propiedades.

Muchas construcciones datan de cuando se instaló el golf y tienen cerca de 100 años, mientras que algunos edificios bajos se construyeron en las décadas del 70 y 80. En los últimos diez años se sumaron nuevos emprendimientos: “Con la nueva zonificación se ven hasta tres pisos en muy pocas manzanas”, expresó Carlos Altamirano, titular de la inmobiliaria homónima. Seguí leyendo “SAN ANDRÉS – Un mix de público joven y tradicional”

Costos y beneficios de la mudanza ideal

Antes de tomar la decisión conviene consultar a especialistas para que colaboren en una tarea considerada de altísimo estrés. Experiencias y datos para evaluar.

Lisandro Carcavallo tiene 26 años, es productor musical. Azul Ricci tiene 22, es chef. Viven juntos desde hace 4 años. Alquilaban un tres ambientes en Belgrano, en pleno Barrio Chino, y acaban de mudarse a una casa propia en Coghlan. A pesar de su juventud ya saben que la mudanza, aun motivada por las razones más felices, si no se cuenta con ayuda de personas idóneas y una buena planificación puede ser motivo de grandes dolores de cabeza.

“Antes de mudarnos juntos vivía con mi abuela Cuca”, cuenta Lisandro. Y sigue: “Cuando me fui, ella aconsejó contratar una empresa de mudanzas. Decía que como yo tengo muchos aparatos delicados de música y soy muy obsesivo con su cuidado, moverlos con ayuda profesionalizada me ahorraría problemas. Además no quería que se lastimara un par de muebles de estilo que me regalaba. Ella consiguió distintos presupuestos y me contó entusiasmada que recordaba cuando, en las primeras décadas del siglo pasado, una de las firmas a las que ahora le había pedido cotización ubicaba -frente a la feria de Belgrano- carros cubiertos tirados por caballos a la espera de clientes que necesitaran trasladar muebles y objetos. Yo me tomaba todas sus historias y sugerencias en broma. Le hacía chistes bobos, le aseguraba que no pensaba pagar para que me mudaran en un carro. Con Azul, esa primera mudanza la hicimos pagando un flete y abusando de la ayuda de familiares y buenos amigos. A pesar de que no teníamos demasiadas cosas fue un caos. Perdimos tiempo y más dinero del que nos hubiese cobrado una firma especializada en el tema. Azul estuvo una semana llorando porque el traqueteo terminó con la vida de una superbatidora que le habían regalado al empezar su carrera; a mí se me arruinaron, entre otras cosas, una placa de audio externa y una guitarra que amaba, una electroacústica Ibanez”. Seguí leyendo “Costos y beneficios de la mudanza ideal”

Mayor oferta para todos los rubros

En Rosario, los valores locativos, en superficies de entre 20 y 25 m2, se cotizan entre 20 y 30 dólares el m2.

Pese a la complejidad del escenario, Rosario busca mantener su ritmo en el mercado inmobiliario relacionado con el área de locales comerciales que, en la actualidad, tiene nuevas zonas de desarrollo y mayor oferta de espacios para todos los rubros. Los valores locativos aproximados para la desarrolladora RTSA, según el rubro y la ubicación, de 75 y 150 m2, oscilan entre 20 y 30 dólares el m2. Mientras, la Inmobiliaria Banchio, los espacios de 20 a 25 m2 se cotizan desde 2000 pesos; de 70 a 200 m2, entre 6000 y 20.000 pesos de alquiler. “Hoy, los nuevos desarrollos están en stand by por la situación general y esperan su evolución. Los locales existentes definen su situación según su ubicación. El mercado responde de forma positiva a las locaciones con características diferenciadoras y cuya comercialización está en su etapa final, con valores locativos también más bajos. En el caso de los espacios tradicionales hay una creciente desocupación”, dijo uno de los directores de la Desarrolladora RTSA, Guillermo Nudenberg.

Rubén Banchio, director de la Inmobiliaria Banchio SA, dijo que desde 2012, el mercado ha mermado en el sector comercial por la inflación, la presión impositiva o el inicio de los carriles exclusivos que hicieron recaer las ventas a comerciantes que se mudaron a zonas periféricas. “Hoy la diferencia con el mercado 2007-2009 es significativa, fue uno de los mejores momentos del sector comercial por la abundancia de rubros y la flexibilidad al firmar los contratos porque había más estabilidad, los porcentuales inflacionarios eran manejables por ambas partes y el consumo hacía respirar un buen clima comercial.” Seguí leyendo “Mayor oferta para todos los rubros”

Refugios verdes en Buenos Aires

En algunas avenidas porteñas reinan frondosas arboledas como en Pedro Goyena, Federico Lacroze y de los Incas, creando un clima agradable que contrasta con el trajinar diario

La atractiva y ecléctica ciudad de Buenos Aires cuenta con coquetas y arboladas avenidas que le aportan una atmósfera especial y distinta. Esos espacios porteños parecen escapar a la vorágine cotidiana que se vive en el resto de la urbe. Esas distinguidas arterias -entre las que se destacan Pedro Goyena, Federico Lacroze y la avenida de los Incas- resultan pequeñas perlas dentro del mercado inmobiliario, que parecen quedar ajenas al amesetamiento del sector. En estas cotizadas avenidas conviven modernos edificios con importantes casonas de época que le aportan una fisonomía singular.

Pedro Goyena es una de estas arterias más buscadas que nace en avenida La Plata y a lo largo de sus 17 cuadras despliega toda su belleza. “La frondosa arboleda abovedada genera un magnífico clima residencial, con sombreadas veredas en verano y un colorido que le brinda un toque especial en otoño. Por la noche, lejos de perder su encanto se enriquece: las luminarias generan verdes oscuros que se entremezclan con las luces de los importantes edificios que nacen sobre la avenida. Mientras que desde los pisos altos la arboleda se asemeja a una larga alfombra verde. Características que la convierten en una artería tan atractiva como única”, describió Luis D’Odorico, de D’Odorico Propiedades, que se anima a comparar esta traza con Melián y Coronel Díaz.

Aquí conviven las viejas construcciones de los petit hoteles, que aún hoy conservan no sólo su rica arquitectura, sino también alto valor comercial. “A esta calle la busca el público que otrora se instaló en torno del parque Rivadavia. La mayoría cuenta con alto poder adquisitivo y suele ser de la zona que ha vendido sus casas o pisos de mayor metraje, y optó por vivir en un moderno edificio”, afirmó D’Odorico. Y agregó: “El crecimiento residencial impulsó la llegada de nuevos comercios, sobre todo gastronómicos, cafetería, panaderías artesanales y petit restaurantes, que le aportan un singular colorido”. Seguí leyendo “Refugios verdes en Buenos Aires”