Mar del Plata, siempre activa

En esta ciudad avanza el Maral Explanada, en Playa Chica, con diseño de Pelli, una obra imponente.

MAR DEL PLATA.-Quizá no es el mejor momento, seguro. Pero en plena coyuntura, ante condiciones que no son las más favorables para el negocio inmobiliario, la construcción no detiene su paso en la costa y las inversiones en el rubro se mantienen a ritmo sostenido. Incluso con emprendimientos destacados y de los ambiciosos que se hayan visto en los últimos años por esta región.

Los pocos huecos que en el área céntrica quedaban en primera línea de mar y el horizonte que se abre tanto en el Norte como en el Sur frente a la franja de playas son la principal atracción. Pero calles adentro la industria no se detiene y mantiene su ritmo tanto con el desarrollo de torres de distintas superficies como unidades unifamiliares.

Las dificultades que plantea el cepo cambiario desde hace casi tres años le puso un freno a la comercialización de propiedades terminadas, tanto usadas como centenares que se sumaron durante ese período para su estreno.

Los operadores reconocen que el negocio de compraventa vive quizás una de las etapas más delicadas de los últimos tiempos. Pero la contracara es la buena recepción que mantienen las oportunidades de invertir en pozo, una alternativa que en su mayoría se mueve con pesos y garantiza a un plazo no muy lejano una muy buena opción para defender e incluso hacer rendir el capital.

“La venta con propiedad terminada está difícil, pero en pozo sigue funcionando”, confirmó Norberto Cánepa, titular del Centro de Constructores y Anexos de Mar del Plata. Y contrapone con el cara y ceca del escenario inflacionario que domina la economía nacional. “Nos juega en contra porque los costos suben, pero a favor porque convierte la inversión en inmuebles en una opción para capitalizarse y a la vez dolarizarse”, dijo.

El mayor impacto de lo último que se puso en marcha se lo lleva el complejo Maral Explanada, en Playa Chica. Hacía tiempo que la ciudad no tenía un emprendimiento de semejante desarrollo por volumen de m2 y lo que implica el nombre del arquitecto César Pelli, responsable del diseño. Los obreros se reparten por estos días entre la losa del piso 23 y las bases de la segunda de tres torres. Hay interés por quedarse por esas unidades que asoman como lo más cotizado por aquí. Seguí leyendo “Mar del Plata, siempre activa”

El mercado de locales, en retracción

Puerto Madero – El barrio más joven de la ciudad presenta mayor vacancia en este rubro con relación a otros años, fruto de la caída de las ventas, en especial en el lado este; los valores de alquiler bajaron hasta un 15%.

Por sus características que son únicas en el país, con diseño urbanístico moderno, espacios verdes y vistas al río, Puerto Madero continúa su proceso de crecimiento, innovación y fortaleza. Sin embargo, el sector comercial no logra escapar de la realidad del mercado, donde se observa una caída tanto en las ventas como en el alquiler de locales con relación a años anteriores, en especial en la zona este de los 4 diques, desde el paseo costero Pierina Dealessi hacia el Río de la Plata.

Diego Almeida, responsable de la división locales comerciales, de Castro Cranwell & Weiss, explicó que son varias las razones por las cuales la vacancia se encuentra en leve aumento, en particular en locales mayores a los 250 m2. “La demanda mantiene su interés aunque analiza mucho previo a concretar cada operación inmobiliaria. Sin duda los altos costos fijos y el bajo movimiento de ventas son los que marcan el presente del sector”, sostuvo Almeida.

Una investigación realizada por L. J. Ramos Brokers Inmobiliarios relevó que actualmente existen unos 500 locales en Puerto Madero y que allí la vacancia ronda el 17%. El informe señala que a pesar de su gran crecimiento repentino, este distinguido barrio porteño “no termina de consolidarse como una zona elegida por el retail, debido a que los residentes son escasos, ya que muchos departamentos si bien tienen dueño o están vacíos o no son utilizados como vivienda fija, sino como propiedades para uso eventual. Esto sucede porque una gran cantidad de propietarios vive en el interior o son extranjeros que viajan con frecuencia a la Argentina. Esto repercute directamente en el ámbito comercial”, explicó Juan Cruz Beccar Varela, gerente división locales de L. J. Ramos Brokers Inmobiliarios.

Tanto los propietarios como los residentes pertenecen a un estrato social ABC1, con un alto poder adquisitivo y hábitos de consumo exigentes. Según Beccar Varela, la tasa de ocupación ronda el 83% y las cuadras más buscadas son Alicia Moreau de Justo, Juana Manso, Olga Cosentini, Macacha Güemes y Pierina Dealessi. “El alquiler promedio está en 33 dólares por m2, mientras que para la venta, los valores rondan los 4500 dólares”, dijo el broker.

Al respecto, Diego Almeida aclaró que los valores de los locales dependen de la ubicación y si tienen vista hacia los diques, y que entre ellos existen diferencias. “Por ejemplo, el dique 4 tiene mayor movimiento comercial en virtud de una gran propuesta de edificios de oficinas, en cambio el dique 1 cuenta con más propuestas residenciales y con un importante desarrollo comercial a futuro”, afirmó Almeida. Seguí leyendo “El mercado de locales, en retracción”

Pese a todo, la casa tiene sus adeptos

Existe una demanda que no resigna la vivienda amplia y sin expensas frente a otras opciones. Villa Urquiza, Coghlan y Belgrano R, algunas de las zonas preferidas.

La verdad, en estos tiempos, cuando la mayoría parece no poder plantearse más elecciones que las que hacen a su supervivencia, con un mercado inmobiliario más que lento, la pregunta ¿casa o departamento? podría resultar irrisoria. Pero en este caso, la realidad también puede mostrar aspectos sorprendentes. Según algunos operadores de la zona, en el retazo porteño dibujado por los barrios de Belgrano R, Coghlan y Villa Urquiza, el mercado de casas muestra, comparativa y proporcionalmente, un movimiento algo más fluido que el de la propiedad horizontal. ¿Razones? Difíciles de encontrar cuando temas tanto económicos como de seguridad harían pensar en una marcada tendencia hacia la elección de la vivienda en pisos y departamentos.

Gustavo Stepanian y Mariana Pereira Salvi se casaron hace tres años, y entonces se mudaron a un dos ambientes alquilado en Villa Crespo, pero ahora decididos a ser propietarios acaban de señar una pequeña casa en Urquiza, en una tranquila esquina del barrio. “Hasta que nos casamos habíamos vivido en casas. Yo, en la de mi familia, en Belgrano, y Gustavo, en la de la suya, en Parque Chas. No nos adaptamos al departamento, la falta de espacio y de cielo es sofocante. Con algo que tenemos ahorrado, ayuda familiar y un crédito hipotecario menor -pero carísimo- decidimos comprar una casita. Algunos opinan que estamos locos: Los dos solos, todavía sin hijos, trabajando todo el día, para qué quieren la casa, nos dicen. No importa, nosotros necesitamos un mínimo espacio verde, una terraza para compartir con los amigos y cantar sin que se generen problemas con los vecinos. Además, con el tiempo la casa nos permitirá alguna refacción que la adapte a nuevas necesidades y, por si esto fuera poco, nos sacamos de encima el fantasma de las expensas, siempre una sorpresa desagradable. Va a ser otra calidad de vida, estamos muy contentos”, se entusiasma Mariana.

En un período de su vida bien distinto del de la joven pareja, Liliana McDonald también vota por la casa. Ella crió a sus cuatro hijos en una tradicional de Belgrano R y acaba de mudarse a otra propiedad en el mismo barrio. “La casa de la calle Conde era demasiado para mis posibilidades actuales, incluso para mis condiciones físicas; ya no tengo la energía de la juventud y, por más que cuente con ayuda, la casa no es fácil de mantener. De todos modos no sacrificaría mi independencia ni la alegría de disfrutar a mis siete nietos jugando en el parque, y tampoco renunciaría a la compañía de mis dos ovejeros. ¿Seguridad? Seguridad no la hay en ningún lado, roban edificios enteros, así que no dudé siquiera por eso y volví a elegir una casa, algo menos importante, pero casa al fin, en la calle Washington. Vender la anterior llevó algún tiempo, pero supongo no más que el que hubiera demandado vender un buen piso”, explica la orgullosa abuela, todavía entre cajas de mudanza.

“Villa Urquiza, Coghlan y Belgrano R muestran hermosos y amplios sectores donde la irrevocable tradición familiar de vivir en casas, de 1 o 2 plantas, con jardines y parques, sigue constituyendo un importante eje del mercado inmobiliario que no renuncia a la pertenencia e independencia que otorga esa forma de vida, donde el silencio, la tranquilidad, la luz y el sol contrastan con el dinámico impacto de grandes torres que marcan la geografía de gran parte de la ciudad”, dice Carlos J. Puente, director de la Cámara Inmobiliaria Argentina y titular de Puente Inmobiliaria. Seguí leyendo “Pese a todo, la casa tiene sus adeptos”

Ramos Sur, un eje que rejuvenece

El sector, que hasta hace poco se caracterizaba por casas bajas y chalets, actualmente cuenta con modernos complejos de condominios.

El emprendimiento Villanova contribuirá a modernizar la zona

A ocho cuadras de la avenida Rivadavia y a tres de Avda. de Mayo, en el sector sur de Ramos Mejía, un tradicional barrio residencial de chalets y de casas bajas se ha revitalizado con el desarrollo de un moderno complejo de condominios, único en la zona. El que se desarrolla en los terrenos de dos manzanas que pertenecieron a la antigua hilandería y tejeduría Danubio, cerrada en los primeros años de los 80 por una crisis económica.

El desagradable aspecto que ofrecía la fábrica abandonada “era una invitación a la suciedad y a la inseguridad”, dice Alicia Sánchez, vecina de la zona, que prosigue: “Las nuevas edificaciones le cambiaron la cara al barrio y se revalorizaron nuestras propiedades”.

Otro vecino, Juan Carlos Parra, relata: “Entre los años 50 y 70, esa textil era referente del barrio porque empleaba a más de 1500 operarios que trabajaban en tres turnos todos los días del año, y la mayoría vivía en los alrededores”. Recuerda que “no era necesario que usáramos relojes porque nos guiábamos por el sonido de la sirena que indicaba el horario de cada turno”.

El cambio de imagen se debe a Vilanova Ramos Mejía, un innovador desarrollo de alta gama y el primero en su tipo que se establece en la zona. Ocupa dos manzanas delimitadas por las calles Alvear, Saavedra, Rondeau y Dr. Iannone, más la apertura de Tacuarí entre ambas manzanas. “En la primera etapa se construyeron 185 unidades con variadas tipologías (entre monoambientes y departamentos de 3 dormitorios), en planta baja y dos pisos, cuidando el entorno con su diseño urbano, retiros parquizados, más completos amenities de categoría, un jardín central y cocheras, con mayoría de compradores que son jóvenes vecinos y de mediana edad de 20 cuadras a la redonda”, refiere Gustavo Llambías, titular de la comercializadora RED Consulting & Management. Seguí leyendo “Ramos Sur, un eje que rejuvenece”

Las pymes como motor del avance

Crece el Parque Industrial La Cantábrica; al proyecto original se incorporan 10 hectáreas para nuevas empresas.

Uno de los casos de un inmueble que se refuncionalizó y que se transformó en un complejo fabril exitoso es el Parque Industrial La Cantábrica, en Haedo. Se trata de un desarrollo en el que operan 44 empresas de distintos rubros y en el que se desenvuelven 2200 empleados en forma directa. El complejo se ubica dentro de lo que fue La Cantábrica, una empresa metalúrgica que inició sus actividades el 12 de junio de 1902, a algunas cuadras del cruce del Acceso Oeste con el denominado Puente Derqui. Luego se desarrolló como una siderúrgica.

La planta de Haedo fue instalada en un terreno de 19 hectáreas. Además de las naves industriales donde se encontraban los trenes de laminación, la fundición de forja y el sector de estampado y los talleres metalúrgicos, contaba con una escuela de aprendizaje, un comedor para empleados y obreros, y un consultorio médico. En esta empresa llegaron a trabajar más de 7000 personas. Después fue el turno de los tiempos negativos y se acentuó la caída en los 80; finalmente, los avatares económicos favorecieron al cierre definitivo en 1992.

“En 1994 pensamos junto a otros empresarios de la zona la idea de reconversión de la ex fábrica en un parque industrial para pequeñas y medianas empresas. En la actualidad es un lugar en el que se destacan varios ámbitos productivos, tecnológicos y empresariales, por ser un ejemplo concreto de asociación entre el Estado y el sector privado”, detalló Edgardo Gámbaro, presidente de la Unión Industrial del Oeste (UIO), que tiene su sede en el inmueble de Haedo.

Por otra parte, el parque terminó de aprobarse a fines de los 90, con el Ente de Promoción Industrial Buenos Aires-Morón (Epibam) que realizó las primeras adjudicaciones de las naves industriales a las empresas.

La construcción de la infraestructura común (pavimentos, redes de agua, desagües, electricidad, gas, entre otras) y los gastos de funcionamiento del parque fueron solventados con recursos de los empresarios. “Fue así como las empresas construyeron y reciclaron sus plantas. Mejoraron la organización de la producción, implementaron nuevos procesos, cumplieron con las normas ambientales y certificaron normas de calidad”, agregó. Seguí leyendo “Las pymes como motor del avance”