No es necesario disponer de grandes superficies para apelar al paisajismo; la clave pasa por generar espacios funcionales que sean percibidos como un ambiente más; los costos y qué hay que tener en cuenta.
El paisajismo es una buena alternativa a la hora crear nuevos espacios en una casa. También funciona como un disparador a la hora de valorizar una propiedad. La buena noticia es que no es necesario contar con un gran lugar verde para recurrir al paisajismo. Las nuevas técnicas y tendencias ofrecen opciones convenientes aún en lugares reducidos. La clave pasa por diseñar sitios funcionales y atractivos, que agregan valor. “Las propiedades que cuentan con un parque diseñado con criterio y diversidad de espacios y sectorización resultan seductores para los compradores exigentes”, dice Gabriel Bisignano, paisajista y jardinero de la empresa especializada GB Sur Verde. “Una propiedad demanda un tiempo de construcción que oscila entre los ocho meses y un año dependiendo del tipo de obra. Cuando finaliza ese plazo la casa está terminada, mientras que en el caso de un espacio verde, en ese momento, comienza la vida de ese proyecto, y sólo el tiempo y el buen mantenimiento logrará alcanzar el proyecto planeado”, diferencia Verónica Fabio, presidente del Centro Argentino de Arquitectos Paisajistas y profesora titular de Vegetación II de la Licenciatura en Planificación y Diseño de Paisaje de la Universidad de Buenos Aires (Fadu-UBA / Fauba). “Es que para el paisaje, la variable del tiempo, es decir los años, agregan valor, Por eso cuando las propiedades se tasan tienen un plus por “su añosa arboleda o por un parque impecable”, agrega.
El ingeniero agrónomo Carlos Thays, manager del prestigioso estudio Thays -de larga tradición en paisajismo- señala que actualmente los espacios exteriores cobran un rol muy importante en las urbanizaciones y complejos edilicios. “Hoy la gente compra paisaje. En general, se trata de desarrollos donde se prevé que el índice habitacional será exponencial y por lo tanto los espacios al aire libre son de todos los que habitarán ese lugar, como parte de su jardín y de vivir en comunidad”, afirma quien, siendo la cuarta generación familiar dedicada al rubro, conoce muchos de los secretos de los jardines y parques modernos.
El paisajista plantea las diferencias a tener en cuenta de acuerdo a las dimensiones: en espacios pequeños la clave es desviar la atención de los límites y prestar mayor atención a los detalles y terminaciones. En estos casos, dice, se diseña desde un punto de observación más cercano y estático, con visuales de mayor definición en el diseño y materialidad. Cuando se trata de sitios grandes, propone jugar con las escalas y las perspectivas, crear y diferenciar visuales para darle mayor interés al recorrido. Para Hernán Siwacki, socio de la desarrolladora Capital Brokers Propiedades, la gente cada vez más compra experiencias, vivencias, situaciones que le generan un disfrute y que aportan valor agregado a la compra. “A través del paisajismo esto puede ocurrir, por eso cada vez más desarrolladores buscan crear estas experiencias para sus compradores, modificando sus proyectos con este recurso, generando además una mejor calidad de vida para los futuros propietarios o inquilinos”, relata.
Entre las ventajas, los especialistas, afirman que un emprendimiento con paisajismo se venderá más rápido y a mayor precio que aquellos que no se ocuparon del verde. Claro que también hay que tener en cuenta que el valor del servicio de diseño por metro cuadrado ronda los $ 4500. Un número que puede resultar costoso pero que es relativo cuando se prevé una valorización promedio de la unidad de entre 10 y 15 por ciento .
Para Jonathan Kasbarián, técnico jardinero de Verde Profundo, el paisajismo permite ganar espacios en sectores aburridos u olvidados que quedaban fuera de las actividades de la casa. En otras palabras, “pasan a tener relevancia y se convierten por ejemplo en un punto de reunión. Además, la propiedad se revaloriza porque en el caso de querer venderla, el posible comprador detecta a ese lugar como un ambiente más, que no necesitará rediseñar”, relata.
Árboles, rocas, canteros, livings o cocinas al aire libre, piscinas ecológicas, huertas o jardines verticales son algunas de las alternativas que brinda el paisajismo a la hora de planificar espacios verdes en una casa o en un edificio. “El principal elemento vegetal para revalorizar una propiedad son los árboles; cuantos más añejos sean mayor será el valor que añaden a las propiedades. De todas formas, hay que considerar que cuenta mucho su estado fito- sanitario, es decir si está sano o enfermo”, aclara Bisignano. Otros elementos naturales que aumentan los costos son las rocas de grandes tamaños en materiales como el pómez, el mármol, y las piedras como el berilo, la turmalina, la pirina, el cuarzo y el hialino -un tipo de vidrio negro-. Además hay elementos no vegetales cuya utilización está en auge como por ejemplo, el acero que se utiliza en maceteros, canteros altos o para borduras y contenciones de niveles de terreno. “Una forma innovadora de revalorizar la propiedad es incorporando en el exterior algún ambiente interno de la casa, por ejemplo construir un living o una cocina, para esto se suelen usar materiales combinados con maderas o pisos flotantes de PVC”, agrega Bisignano. También se puede recurrir a la realización de una piscina ecológica o natural, que son aquellas en las que para lograr la calidad del agua se recurre a un sistema de depuración natural; y que además tienen un impacto muy favorable en el ambiente, no usa químicos y se consideran naturalmente beneficiosas para las personas. Las cascadas son otros de los elementos recurrentes en paisajismo y su instalación puede arrancar en los $ 9000.
El equilibrio entre interior y exterior juega también un rol fundamental. El arquitecto Matías Goyenechea, titular del estudio a su nombre, con experiencia en casas en clubes de campo y viviendas con jardín, plantea que en sus trabajos conecta el interior con el exterior, generando espacios dentro-fuera, patios internos, metiendo el verde al interior y a su vez extendiendo muros y pisos al afuera. ” Hoy los espacios verdes se diseñan para ser vividos. Conceptos como los perfumes, la huerta o las plantas adaptadas al medio ambiente se vuelven cada vez más relevantes a la hora de diseñar”, afirma la paisajista Gabriela Trivelloni, con enorme experiencia en el rubro. “Hoy están imponiéndose jardines silvestres, naturales con vegetación nativa que no requiere mantenimientos costosos porque estas plantas están originalmente adaptadas al clima y suelos por lo que no son afectadas por enfermedades tan comunes en los jardines y que si sufren y requieren mayor inversión para su mantenimiento”, agrega Bisignano.
Las huertas resultan otra alternativa para revalorizar una propiedad que responde a la tendencia actual del cuidado en la alimentación. El valor dependerá del tamaño, y para los que no tienen suficiente espacio, las huertas pequeñas en cajones son una alternativa bastante económica que se venden a $ 4500.
Los jardines verticales que se colocan en interiores o en exteriores está entre las opciones más elegidas para patios traseros que suelen estar delimitados por muros y resultan poco luminosos. En estos casos, es clave que el paisajista recurra a especies que se adapten a la poca luz. “La ventaja de los jardines verticales es que al colocarse sobre las paredes no importa el tamaño del ambiente; se adaptan a todo tipo de espacios”, señala Kasbarián. Una medida de jardín vertical muy utilizada es la de ocho metros cuadrados que tiene un costo de $36.000.
Por Silvina Vitale, Sábado 23 de diciembre de 2017
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION