El sector fue vedette en el mercado inmobiliario comercial; sumó más de 120.000 m2 con una absorción neta que fue la más alta de los últimos tres años
Según los analistas el cambio de algunas reglas de juego por parte del gobierno nacional le aportaron no sólo mayor confianza a los inversores sino también un marco jurídico Más claro para las empresas. Esta situación colaboró con el cambio de ánimo el cual estimuló tanto los proyectos de ampliaciones como los de reposicionamientos de muchas compañías.
Para Juan Pablo Gutiérrez, consultor inmobiliario, especialista en oficinas corporativas el año último fue “un tiempo de adaptación y reacomodamiento. Esta etapa sirvió para que las empresas comenzaran a desarrollar sus planes estratégicos que incluían desde relocalización hasta ampliaciones”, relata.
“El mercado respondió positivamente pese al contexto inflacionario, las presiones salariales y los conflictos sindicales que aplacaron el optimismo. El resultado de este proceso fue un mercado fortale-ido y más consolidado”, describe Domingo Speranza, presidente de Newmark Grubb Bacre.
Mariana Stange -de la división oficinas de LJRamos– y Hemán Castro – broker de Cushman & Wakefield- aportan otra visión sobre la misma etapa. “El pasado fue un año en el que los principales jugadores del mercado se recluyeron a la espera de indicios que invitaran a apostar en el sector”, coinciden.
Este escenario estimuló el crecimiento de la demanda que empezó a buscar nuevos lugares donde radicarse, como contrapartida la oferta acompañó con la incorporación de nuevos metros cuadrados. “La mayoría de las obras que se sumaron se incorporaron a los ejes tradicionales que habían quedado relegados en los últimos años por la falta de expectativas de los inversores. Estos inmuebles que pasaron a incrementar la alfombra de m2 libres en la mayoría de los casos fueron premium, un segmento que en los últimos 6 meses sumó unos 65.000 m2 en el centro y en el área de Catalinas y Plaza Roma”, explica Eduardo Prassolo, responsable de la división oficinas deAdrián Mercado Gestión Inmobiliaria.
Eduardo di Buccio, de CBRE agrega que el mercado A y A+ cerró el año con unos 122.056 nuevos metros cuadrados, es decir unos 47.984 m2 más que en 2015. Hoy el inventario de oficinas de estas dos clases alcanza a casi los dos millones de m2 distribuidos en casi dos centenares de edificios “, aclara Di Buccio. Estos nuevos metros cuadrados no ocasionaron modificaciones en lo que se refiere a vacancia dado que al momento de ingresar lo hicieron con ocupación plena. Lo que determina que se mantenga en un promedio de 6 por ciento. Las oficinas que aún quedan disponibles se concentran principalmente en la zona norte del Gran Buenos Aires y Puerto Madero, dos de los principales ejes.
“La absorción neta de 2016 fue la más alta de los últimos tres años y según los indicadores el sector continuará transitando por el mismo camino lo que incrementará los valores de renta”, comenta Speranza. En cuanto a precios promedio para alquilar se observó un mercado estable con una leve tendencia alcista. “En Catalinas y Plaza Roma se incrementaron casi un 9 por ciento, mientras que en otros ejes menos demandados treparon hasta 4 por ciento. Con estos aumentos el valor del m2 en la ciudad de Buenos Aires rondó entre el US$ 24y US$ 35 dóla-res”, concluye Mercado.
Según Castro, el segmento terminó ofreciendo una tasa de rentabilidad anual de entre el 7 y el 8 por ciento, indicadores que servirán como punto de partida para esta nueva etapa de 2017.
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION