Las terrazas ganan protagonismo en la oferta comercial

Desde hoteles hasta bares, locales y edificios corporativos, los espacios al aire libre en altura son cada vez más valorados por la demanda.


La tendencia crece y los espacios al aire libre en altura, cada vez son más demandados por las nuevas generaciones. El boom está poniendo en valor los metros del aire olvidados de la ciudad. Además en los espacios de coworking son puntos de reunión clave para las organizaciones como generadores de nuevas experiencias y la ansiada fidelización de los millennials. A estos datos se suma que, por la introducción de nuevos materiales y técnicas constructivas, los edificios pueden ser cada vez más grandes y altos. De todas formas, el reposicionamiento de las terrazas como un ambiente más que genera valor trasciende al mercado de inmuebles comerciales. En los últimos cinco años, las terrazas empezaron a pensarse como espacios de esparcimiento y en poco tiempo, esos metros en las alturas tuvieron una pronta revalorización. Primero, una mirada sustentable las puso en el centro de la escena convirtiéndolas en fuentes de inspiración para los amantes de la ambientación y el paisajismo.

La movida verde produjo un redescubrimiento de estos metros y, por ende, una mayor demanda de estas terrazas pero ahora para ser usadas también como espacios de recreación. “Las propiedades que cuentan con ellas tienen mayor demanda y por lo tanto tienen mayor potencial de revalorización. ¿Cuánto? Depende de su ubicación, forma y el tamaño, los accesos a la misma y por supuesto, las vistas, llegando hasta casi a representar un 50 por ciento del metro cuadrado cubierto”, relata Hernán Oppel, director de Oppel Inmobiliaria. “Muchas de ellas resultaban inaccesibles porque estaban revestidas con membrana plateada y nadie las usaba, y hoy son metros muy valorados, con otros revestimientos que generan espacios hermosos”, agrega.

El fenómeno trasciende a los proyectos de oficinas corporativas, también alcanza a los locales gastronómicos. Para Oppel, en el caso de las terrazas en las que se instalan bares o restaurantes se trata, por lo general de locales ubicados en propiedades tipo PH. “Generalmente están ubicados en zonas bajas, o semi bajas, donde existe alguna restricción de construir en altura, ya que si el lote donde estén ubicados se pudiera construir los tirarían abajo para hacer edificios. También se encuentran en los últimos pisos donde el edificio hace retiro, generando un espacio. Las zonas de la ciudad más buscadas para este tipo de emprendimientos suelen ser Belgrano R, Colegiales y Palermo, justamente barrios en los que existe restricción de construir en altura”, relata.

Áreas sociales, los hoteles generan bares que cautivan también a quienes no son huéspedes

La tendencia de instalar bares o restaurantes en las terrazas viene del fenómeno neoyorkino que comenzó siendo una excentricidad y terminó siendo adoptado en grandes ciudades de todo el mundo. A la movida también se sumaron los hoteles que hace algunos años reacondicionaron sus terrazas con el objetivo de transformarlas en puntos de encuentro dirigidos al público en general y no solo reservadas para sus huéspedes.

“En la Argentina, la tendencia mundial de los rooftop o terrazas comenzaron a adoptarse durante los últimos dos años. Estas áreas se convirtieron en nuevos espacios para realizar jornadas after office, eventos corporativos y encuentros sociales al aire libre con la posibilidad de tener increíbles panorámicas de la ciudad y un ambiente mucho más relajado y único”, relata Marcela Neira, directora de Hoteles de NH Hotel Group. El NH Buenos Aires 9 de julio, tiene una terraza de 150 metros cuadrados -que incluye piscina que abre durante el verano-con vista panorámica de la principal arteria de la ciudad, la avenida 9 de julio en pleno centro porteño. Es un sitio ideal para realizar after office y eventos corporativos. Por su parte, el rooftop del Alvear Palace Hotel es uno de los más buscados de la ciudad. Ubicado en el piso 11, tiene una terraza de 120 metros cuadrados y una barra con un espacio interior de 42 metros cuadrados inspirado en los rooftops neoyorkinos. “Claramente la ubicación es muy importante y es la vista aérea lo que le faltaba al famoso barrio de la Recoleta, que hace que recibamos tantos visitantes que no solo se alojan, sino que están de paseo por el barrio. Siempre se observó Recoleta desde abajo y ahora nuestra propuesta es verla desde arriba.”, cuenta Alfredo Rodríguez, gerente de banquetes del Alvear.

El objetivo de estos espacios es que las personas puedan romper con la rutina diaria e ir a disfrutar con amigos o la pareja de una bebida y buena música después de un día de estrés laboral. Entre las ventajas que se pueden encontrar se destacan las actividades al aire libre, darle una perspectiva diferente a cada ciudad y/o hacer networking en un espacio relajado, además representan una ventaja competitiva para el sector hotelero. Es que estar a la vanguardia en cuanto a espacios puede representar un diferencial clave para el consumidor.

Reuniones en altura, una tendencia que crece en las organizaciones

Relax en la oficina

La generación líder del siglo XXI persigue la innovación, modernidad y accesibilidad en todos los ámbitos de su vida, incluidos los espacios de trabajo y su forma de habitarlos. Por eso, las empresas no se quedaron afuera y hoy las terrazas hacen la diferencia en los edificios de oficinas y en los espacios de coworking. Las nuevas generaciones trajeron un cambio radical en la forma en que se piensa el trabajo y los momentos de ocio, recreación y descanso son sumamente valorados, y por estos días resulta indispensable que una oficina cuente con un lugar al aire libre para sus empleados.

Dependiendo de la superficie total de edificio, estas tienen como mínimo unos 200 metros cuadrados y las que están ubicadas en las alturas son las más valoradas por la vista. Además la presencia de este espacio supone un plus de valor frente a otro edificio con las mismas características técnicas. “Las empresas buscan dar a sus empleados, espacios de esparcimiento que antes no eran considerados. Las terrazas tienen un especial atractivo por el ambiente que generan, las buenas vistas y actividades que pueden realizarse. En algunos países como Estados Unidos, ya hace más de cinco años que las terrazas empezaron a ser utilizadas como áreas de encuentro y networking, ya sea de una misma empresa o de diferentes ocupantes de los edificios. En la Argentina, hace dos o tres años que esto viene sucediendo de la mano de los nuevos diseños de espacios de oficinas donde la integración de los empleados a través de espacios comunes como los livings y salas de recreación son muy valoradas”, explica Cristián Frers, Director Corporate de Toribio Achával.

De esta forma, los edificios de oficinas se convirtieron en una especie de mini ciudades y los desarrolladores piensan en las necesidades de los locatarios a la hora de diseñarlos. Por esa razón suman bicicleteros, vestuarios, gimnasio, auditorio, salas de reuniones y espacios al aire libre en los emprendimientos, todos servicios muy bien valorados por las empresas ya que facilitan las rutinas cotidianas de los empleados convirtiéndolos indirectamente en un elemento de retención percibida como un beneficio por parte de los empleados.

Un análisis aparte y no menor es la elección de los materiales. Una de las claves para darle valor a las terrazas es sin dudas la ambientación, que juega un papel fundamental. También tiene peso la modernización y el desarrollo de nuevos revestimientos que en los últimos años permitieron también darles una lavada de cara a estas propuestas. “Hoy los diseños modernos se apoyan en materiales como el porcelanato, que es la figura destacada, por su durabilidad y porque que llegó a ser apto para exteriores gracias a diferentes tratamientos industriales que le otorgan gran resistencia. Los de superficie rugosa son los más pedidos; o bien cerámicas para lugares de alto tránsito”, aclara Germán Miani, gerente de ventas de la sucursal San Martín de La Noria Revestimientos. En todos los casos es indispensable que el revestimiento sea resistente a los cambios de temperatura (apto para temperaturas muy altas y muy bajas temperaturas) o a los agentes meteorológicos siempre con la porosidad necesaria para evitar una superficie muy resbaladiza. La iluminación, el mobiliario y la presencia de vegetación son otros aspectos que no hay que dejar de lado a la hora de poner en valor esos preciados metros en las alturas. Así las cosas, los espacios en altura ganan protagonismo y las propiedades que los ofrecen defienden los mejores valores de renta.

Por Silvina Vitale, Lunes 7 de mayo de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION

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Oficinas: por qué son las niñas bonitas del mercado

Una vacancia baja y precios de alquiler y venta en niveles récord explican el fuerte interés de los inversores por el negocio; lo que viene.

La ley de oferta y demanda es clave en toda negociación, inclusive para cerrar operaciones inmobiliarias en el sector corporativo. De este modo, a menor cantidad de metros cuadrados de oficinas disponibles para alquilar, mayores los precios. La ubicación, las características de la zona, la categoría del edificio, la conectividad con los medios de transporte, los servicios y las dimensiones de las plantas son determinantes al momento de fijar un valor de renta, en especial en el mercado A+, donde el stock y la vacancia que existe determina la firmeza de la renta a exigir.

Si bien hay que diferenciar el segmento de oficinas A+ y A de la categoría B y C, en los primeros dos casos son las que concentran la atención de los grandes capitales. Es decir los players que desarrollan la mayor cantidad y calidad de metros cuadrados y reflejan las tendencias de la oferta y la demanda.

“Los precios del mercado de oficinas seguirán levemente en aumento durante los próximos meses porque continuará subofertado a corto plazo y no podrá abastecerse la demanda esperada”, afirma José Viñas, broker senior de Cushman & Wakefield. La demanda premium mantiene desde hace un año una absorción neta positiva: durante 2017 el mercado tomó 92.000 m2 de superficie clase A y liberaron 31.800 m2, lo que dejó una absorción neta positiva de 60.200 m2. Dado ello, “la vacancia continúa a la baja” por lo que “la ley de la oferta y la demanda demuestra una vez más su vigencia y explica que los valores hayan ascendido a niveles tan poco habituales”, sentencia.

El índice de vacancia en Buenos Aires es “relativamente bajo”, de 3,6 por ciento. Además, en la zona fuera del distrito financiero, en el corredor Libertador tanto de la Capital Federal como de la provincia, y en el nodo Panamericana-General Paz no se muestran superficie premium disponible desde hace seis meses. “A futuro el escenario marca que se viene un mayor stock en oficinas Clase A pero recién se verán los resultados hacia fines de 2018 y principios de 2019 cuando se prevé que se finalicen 415.000 m2 de superficie premium. A su vez, a partir de 2020 habrá 365.000 m2 más que actualmente están en proyecto”, advierte Viñas.

En base a esto se debería inferir que los precios “se podrían estabilizar o incluso podrían bajar porque al haber más stock, aumenta la vacancia y como consecuencia disminuyen los valores. Pero, el comportamiento de este mercado no siempre es tan lineal. En el juego también intervienen los edificios clase B o C, que podrían ser liberados por empresas para mejorar sus condiciones o bien se podrían abrir nuevas oficinas de compañías que vengan del exterior. Dado esto, inferir el comportamiento futuro con respecto al nuevo stock a incorporar es un aspecto que empezará a ser visible con las primeras señales del mercado, lo cual hoy es algo prematuro”, analiza el especialista de Cushman & Wakefield.

A su vez, al comparar con la región, Buenos Aires tiene un largo camino por recorrer: “Venimos atrasados en los niveles de stock. Hay mucho por hacer y algunas barreras que sortear: la falta de fuentes de financiamiento es una de ellas dado que esto hace que el desarrollo de oficinas premium se concentre en solo un pequeño número de desarrolladores locales. Otro inconveniente es la disponibilidad de tierra estratégicamente localizada, si bien la solución actual se da a partir de las tierras que el Estado está vendiendo. A futuro, este problema volveremos a tenerlo si no se crean nuevos corredores o se amplían los actuales”, afirma Viñas.

De acuerdo al análisis de mercado de Colliers Internacional, en el último año se demandó más superficie de oficinas A+ que A. “Esto, contrastado con el alza de los precios de las oficinas con mayor categoría, valida la predilección del mercado por los espacios premium”, aseguran en la compañía. Asimismo, al estudiar los proyectos de oficinas hacia 2022, “se puede constatar la orientación del mercado a construir edificios categorías A+/A con certificación LEED y en menor medida edificios de categoría B”. Para el término de 2018 ingresarán 65.724 metros cuadrados ubicados predominantemente en el corredor Norte de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires, estiman desde esta consultora.

Para Eduardo Di Buccio, research manager de CBRE Argentina, los precios de venta y alquiler “se ajustarán para mantener la ecuación de rentabilidad pero no habrá cambios significativos. El volumen de transacciones está estable respecto de los últimos 12 meses y no se esperan cambios relevantes en el corto plazo”. Y además prevé que habrá “un marcado crecimiento en el inventario para los próximos años” dado, entre otros factores, por los nuevos desarrollos corporativos que se construirán a partir “de la inyección de terrenos” de las subastas públicas de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), como la parcela que compró TGLT y las tres con las que se quedó Consultatio en la zona porteña bautizada como Catalina Norte II.

Los nuevos proyectos, la mayoría de las obras que están en curso son complejos Clase A

“Si se analiza en detalle los desarrollos en curso y los proyectos, si bien la mayoría de ellos se darán en Clase A+, hay un importante número de proyectos, alrededor del 44,3 por ciento de la superficie, que por sus especificaciones técnicas no llegan al tope de gama. Naturalmente, el ingreso de nuevos productos en Clase A+ aumentará la tasa de vacancia del segmento que se encuentra en promedio por debajo del mercado, ya que la oferta de clase A posee mayor disponibilidad”, destaca el entrevistado de CBRE.

Los números hablan

El último relevamiento realizado por Colliers estableció que a fines de 2017 los precios de renta mensual por metro cuadrado de la categoría A+ cerraron en US$30,1 y de la categoría A en US$20,7. Esta brecha entre ambos aumentó notablemente en el último año: 31,2 por ciento, para finalizar el promedio de la categoría premium en US$23,4/m2. “Se consolida la tendencia a la diferenciación de los precios de las categorías A+ y A. Este fenómeno se presenta paulatinamente desde 2016 y refleja una mayor demanda dentro del segmento premium, en un contexto de escasa disponibilidad y que adicionalmente se observa una constante migración de las compañías a los espacios A+”. analiza Juan Manuel Farola, gerente de la División Oficinas de Colliers.

En cuanto a venta, se concretaron transacciones en valores que rondan los US$3500 por m2, aunque se trata de casos donde el vendedor decidió desprenderse del activo por el ciclo del negocio o un mejor uso del capital. En cuanto a nuevos desarrollos premium existen precios de referencia que oscilan entre los US$4000 y los US$6500 por metro cuadrado, con distintos niveles respecto en sus condiciones de entrega. Sobre las tasas de retorno, estuvieron entre el 8 y 9,5 por ciento. “La performance de este indicador dependerá más que nada del stock de m² que se dispongan para la venta pero, por sobre todo, del comportamiento de la demanda que al final del día convalidará los valores de alquiler que determinarán el retorno esperado”, agrega el ejecutivo.

Para Farola se observa un mercado “con cierta recuperación en términos de valores, explicado por la absorción de A+ y un mayor nivel de consultas por parte de compañías de sectores específicos que comienzan a evaluar posibles proyectos de relocalización en busca de mayor calidad en los espacios, mayor eficiencia de costos en relación al tamaño de las plantas y en zonas más amigables respecto a su ubicación actual”. Viñas coincide con que se percibe un mayor movimiento: “Desde fines de 2017 el panorama mejoró. Actualmente se registran más cantidad de búsquedas y consultas que hace un año atrás e inclusive el cierre de operaciones, tanto de compraventa como de alquiler, es mayor al de años anteriores”.

En cuanto a los precios de alquiler de oficinas Clase A alcanzados en Buenos Aires, este agente inmobiliario amplió la respuesta: “Estamos ante un hecho histórico dado que, por ejemplo, llegan a US$ 40 mensuales por metro cuadrado en el edificio BBVA que estamos ofreciendo en alquiler. Ante la poca oferta de oficinas que tiene la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, el mercado reacciona aumentando los valores. Al incrementar los precios de alquiler, aumentan los de venta, sostenidos por las tasas de capitalización que buscan los inversores. En los últimos años los precios promedio de renta han crecido levemente cada año”. Un dato es que en el Centro Empresarial Libertador que desarrolla Raghsa en Avenida del Libertador al 7200, esquina Manuela Pedraza, Núñez, los valores actuales de prealquiler arrancan desde los US$ 31 por m2 al mes pudiendo variar en función del piso que se alquile”, detalla el broker.

Por su parte, Di Buccio afirmó que tanto los precios de alquiler como los de venta “se han mantenido mayormente estables a lo largo del último año con tendencia al alza en el caso de alquileres”. El promedio general de rentas aumentó 3,7 por ciento en los primeros tres meses del año respecto del año anterior. Sin embargo, en el segmento Clase A+ el incremento fue más marcado (13,7%) y se explica por una mayor demanda y menor disponibilidad de productos de alta categoría sumado a la incorporación de nuevas superficies en lo más alto del segmento. “Estos espacios se comercializan en el techo de las rentas e incluso empujan la frontera a nuevos máximos”, considera. Los valores de alquiler mensual por metro cuadrado hasta el año pasado variaban entre los US$22 y los US$ 42 Clase A+ y entre US$ 15 y US$ 35 para Clase A, de acuerdo a los datos recogidos por CBRE. “El movimiento de precios en alza iniciado en 2014 está llegando a una meseta debido al equilibrio entre oficinas más costosas de mayor categoría, en conjunto con mayor disponibilidad de oficinas en la sección inferior del rango de precios”, concluyó el vocero.

Núñez, este submercado sumará a findes de 2019 60.000 m2 alquilables Crédito: Ignacio Sánchez

Mapa de búsqueda

De acuerdo a un estudio realizado en base al entrecruzamiento de datos de las visitas a los avisos de oficinas publicados en Mercado Libre Inmuebles y los indicadores del mercado relevados por la consultora corporativa Cushman & Wakefield en el último trimestre de 2017, se pudo apreciar cuáles son las zonas y los proyectos que más interés suscitaron entre los internautas. De allí se desprende que el Corredor Libertador, tanto del lado de la Ciudad de Buenos Aires como de Provincia, fue claramente el que más clics recibió. “Los desarrollos en construcción -como el de Raghsa en Núñez-, que sumarán 60.000 m2 rentables a fines de 2019, se convirtieron en un atractivo para las empresas que buscaban grandes superficies pero no encontraban plantas que superaran los 1000 m2”, relató Mercedes Pagliettini, broker senior de la compañía.

“Los corredores con mayores aumentos en el ratio de visitas fueron el Corredor Libertador (CABA y GBA) con un pico máximo durante el tercer trimestre, al igual que Puerto Madero, y el Corredor 9 de Julio, que muestra un repunte significativo hacia fin de año”, detalló Hernán Ibáñez, gerente Comercial de Mercado Libre Clasificados. En tanto, en Microcentro y Retiro-Plaza San Martín el ratio bajó debido a que la superficie disponible permaneció prácticamente sin cambios, pero descendió el número de visitas online. El submercado Catalinas-Plaza Roma también disminuyó pero se debió al incremento de la superficie desocupada. El Corredor Panamericana fue el único submercado que presentó un comportamiento más estable a lo largo de todo 2017.

Por María Eugenia Usatinsky, Lunes 30 de abril de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION

Oficinas: los espacios como herramienta de retención

La sustentabilidad, la tecnología y la colaboración están transformando el rol del facility manager; por qué son claves para la organización.

Del “equipo de mantenimiento” a una atención holística del edificio y el impacto directo en el bienestar de los trabajadores. La sustentabilidad, la tecnología y la colaboración están transformando el rol del facility manager, que hoy se plantea como un pilar en la retención de talento. “Ya no se busca el profesional que es experto solamente en temas técnicos, sino también en los servicios más soft que impactan directamente en el empleado, por lo que no solamente buscamos ingenieros o arquitectos sino perfiles de trabajadores que vengan de la hotelería”, comienza la charla ,Facundo Gago, líder de la práctica en la filial local de Jones Lang LaSalle (JLL).

El experto asegura que el facility manger es clave para que “las personas que trabajan en una compañía desarrollen al máximo su potencial”. ¿De qué manera se logra? Hoy una de las tendencias en boga son los espacios organizados alrededor de las actividades, detalla Víctor Feingold, CEO de Contract. “Lo que sucede en las nuevas oficinas no necesariamente tiene que ver con espacios cerrados o abiertos, sino con los que están pensados con las acciones de las personas en mente y no con respecto a las jerarquías de quienes los ocupan. Una buena opción es imaginar trabajos de mediana o alta concentración, o también lugares donde se pueda hacer una videollamada o capacitaciones en ambientes de privacidad”, dice.

“Colaboración” es una palabra que suena cada vez más fuerte en el mundo laboral, impulsada, además, por la irrupción de los coworking o espacios comunes de trabajo. Esta tendencia, según Feingold, se refleja en la apertura de las cafeterías o cocinas: “Antes eran lugares incómodos y se deseaba que nadie se instale ahí. En los proyectos contemporáneos, son casi el lugar más importante de la compañía, porque es donde la gente realiza intercambios y comparte”. Otras amenities en boga son las terrazas verdes o jardines, aunque son pocos los edificios que las pueden ofrecer, aclara. También hay pedidos más “insólitos”, apunta, como los siestarios, espacios para dormir siestas cortas y recargar energías para seguir con el trabajo. En ese sentido, María Cristóbal, fundadora de BA Planning y presidenta de la Sociedad Latinoamericana de Facility Management (SLFM), explica que hubo “un gran efecto Google” -por las oficinas de la compañía tecnológica, conocida por sus amenities lúdicas- que hizo que muchas empresas pidieran juegos o salas de música. “Ahora hay una vuelta a lo básico porque muchas se dieron cuenta de que eso no funcionaba y era difícil de organizar para que hubiera un correcto mix entre trabajo y diversión”, señala. Agrega que, a su juicio, las salas de reuniones tradicionales desaparecerán cada vez más por el ritmo vertiginoso de trabajo.

Las empresas buscan espacios flexibles que se adapten a la variación de personal

La solución, plantea, es incluir “livings” móviles en varios rincones de la oficina. Respecto de la influencia de los espacios de coworking, la facility manager opina que eliminó algo muy importante para las marcas: la identidad corporativa. “Si yo voy a unas oficinas de una empresa de moda, quiero saber adónde entro: quiero ver tendencias, colores, diseño. Aún con un presupuesto menor esto se puede hacer perfectamente y creo que es la gran diferencia para los edificios actuales”, expresa.

Otro término que es tendencia para la organización de los espacios es “flexibilidad”. Vanesa Pirani, directora de Facility Management para CBRE Argentina, explica que un gran pedido de los clientes es “tener espacios que les permitan adecuarse rápidamente al cambio sin tener que hacer grandes gastos o inversiones”. En la misma línea, Cristóbal añade que se podría empezar por la construcción del edificio, ya que en la Argentina todavía se utiliza el concepto de cielo raso con iluminación predeterminada: “Es preferible restarlo del costo fijo del edificio, porque hoy lo que se entrega es una cuadrícula que hace que muchos empleados tengan mala luz. Es mejor que no haya cielo raso y adaptar las luminarias a la distribución de la oficina”, reclama.

El ahorro energético también es un pedido repetitivo, especialmente tras la suba en las tarifas. Cristóbal señala que este punto tomó importancia luego de que se promulgara la Ley de Renovables a fines del año pasado, que obliga a las grandes consumidoras a proveerse con un 8 por ciento de fuentes limpias. Pirani agrega que la tecnología permitió que las compañías sean más verdes con la eliminación casi completa de la papelería. Un cambio muy importante en el diseño de oficinas, dice, es la menor cantidad de metros cuadrados que se piensan para guardar archivos físicos.

Por otro lado, dice Cristóbal, hoy hay mucha conciencia del tipo de materiales que se eligen para el mobiliario: “La sustentabilidad no pasa solamente por el ahorro de energía sino también por la utilización de materiales que no impliquen actividades extractivas, como la tala de árboles”, agrega. Además de seguir criterios de sustentabilidad, añade que hay una vuelta a lo “crudo” o a lo “despojado”, como el cemento alisado. Las oficinas se alejan cada vez más de las alfombras, asegura, y además tienen cada vez más cuidado de incluir materiales ignífugos.

Más allá de las elecciones del mobiliario interno, Feingold destaca la falta de incentivos desde el Estado para considerar la sustentabilidad en todas sus dimensiones: “En general, los edificios que entienden temas de ahorro energético, manejo de residuos y ahorro de agua están en países que tienen una cantidad de beneficios, algo que no sucede en la Argentina. Hoy acá el mercado no paga más un edificio que tiene la certificación LEED que otro que no lo tiene, entonces las compañías que los eligen generalmente son aquellas que lo tienen incorporado como política desde su casa matriz”, dice.

En lo que se refiere a diseño de muebles, el CEO de Contract señala dos tendencias. Una está relacionada con pensarlos en función de la tecnología: dónde va a haber espacio para enchufes o para pasar cables, por ejemplo. Otra tiene más que ver con el “look and feel” de la oficina, aclara, y son los muebles más “cálidos y acogedores” para que los empleados “se sientan más a gusto”. Pirani añade que otro gran pilar en la elección de los escritorios y las sillas es “el respeto hacia las personas”, es decir, considerar la ergonometría a la hora de adquirirlos.

Finalmente, la rutina de trabajo de los facility managers también se transformó por la tecnología. El año pasado CBRE publicó su informe sobre tendencias en el área e hizo especial hincapié en la conectividad y las herramientas digitales. “En 2020 habrá 25.000 millones objetivos conectados, por lo que los edificios inteligentes que integren seguridad, luces, sensores, ventanas y puertas manejados por un sistema será cada vez más común”, resalta el estudio, y recomienda a los facility managers pensar en servicios cada vez más personalizados y aprender a recolectar más datos y manejarlos de manera eficiente para reducir costos. En la Argentina, esta tendencia todavía es incipiente.

Gago asegura que, a modo de broma, al empezar a trabajar con una compañía les consulta si manejan sus finanzas solamente con una hoja de cálculo, y que la mayoría le responde que no. “Es importante que podamos utilizar software para poder obtener información de los edificios y mejorar la toma de decisiones”, expresa. La incorporación de estos sistemas se cruza, además, con la tendencia global de la economía circular, el modelo que propone reusar, reutilizar y reciclar los recursos. La Fundación Ellen MacArthur, una de las principales impulsoras de esta economía, calcula que la oficina media solo se usa entre el 35 y el 50 por ciento del tiempo, incluso durante el horario laboral. “Cada vez tendremos más trabajo en el área de manejo de ocupación de los espacios, y para eso nos sirven las plataformas para cargar información”, reconoce Gago.

Por Sofía Terrile, Lunes 23 de abril de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION

Barrio Parque Saavedra, un mágico rincón porteño

Este lugar funciona como una suerte de urbanización cerrada en medio de la ciudad de Buenos Aires; su historia, la oferta de propiedades y los precios.

Hay rincones porteños que parecen escapar del paso del tiempo y que mantienen la magia original. Uno de esos recovecos de la ciudad de Buenos Aires es el barrio Parque Cornelio Saavedra, un pequeño sector residencial que se encuentra detrás del Parque Sarmiento y que está delimitado por la avenida Crisólogo Larralde y las calles Alzpurúa, Alberto Gerchunoff, Rogelio Yrurtia y Antonaegui. El sector que tiene forma de herradura es un reducto con gran demanda tanto por el público final como por inversores por su cautivante entorno verde y por su creciente valuación.

Museo Cornelio Saavedra Museo Cornelio Saavedra Fuente: LA NACION - Crédito: Ricardo Pristupluk

“Es una zona eminentemente residencial con grandes espacios verdes públicos. En general lo que dominan aquí son casas en lote propio con amplios parques y jardines. Es un barrio tranquilo, con excelente calidad de vida y tiene una ubicación de privilegio dentro de la ciudad de Buenos Aires, dado que tiene fácil acceso a importantes vías de comunicación, como lo son la avenida General Paz y la autopista Panamericana, entre otras importantes trazas porteñas”, comenta Daniel Addario, titular de la inmobiliaria que lleva su nombre y que está especializada desde hace varios años en este reducto porteño.

Parroquia San Juan Bautista Precursor Parroquia San Juan Bautista Precursor Fuente: LA NACION - Crédito: Ricardo Pristupluk

Para Mónica Amanto, dueña de la firma homónima y que cuenta con más de tres décadas de experiencia en la zona, uno de los grandes secretos del lugar es su rica historia. “Sin duda esto le aporta al sitio un condimento especial. Allá por 1885 estas eran tierras que tenían dueño pero no pobladores. Por aquel entonces este sector no pertenecía a la ciudad de Buenos Aires y luego de una serie de compras, sucesiones, herencias, sobretodo de las familias Saavedra y Zelaya, en 1887 pasan a formar parte del territorio porteño. Con el tiempo la población se fue instalando en las proximidades de lo que hoy es la estación de tren Luis María Saavedra y estas zonas llamadas Chacra Grande y Chacra Chica seguían despobladas”, comenta Amanto.

La calesita del parque La calesita del parque Fuente: LA NACION - Crédito: Ricardo Pristupluk

En 1936 a través de una Ley dictada por el Congreso Nacional parte de las tierras son expropiadas con el fin de dar forma a un importante parque público que tenía como objetivo convertirse en uno de los pulmones verdes de la pujante ciudad de Buenos Aires. “Recién diez años más tarde nace el proyecto del actual Barrio Parque Cornelio Saavedra, llamado en aquel entonces Presidente Perón. Cuenta la leyenda que se pensó para militares, sin embargo terminó siendo para trabajadores, aunque algunas de sus casas, entre 10 o 12, se entregaron a funcionarios públicos. Hoy todavía llegan al escritorio de nuestra oficina escrituras originales otorgadas por el Banco Hipotecario a sus dueños luego del pago de sus cuotas, cuyos recibos también hemos tenido la oportunidad de ver. Actualmente aún quedan algunas pocas familiares de aquellos primeros dueños”, explica Amanto.

Dónde queda: el área está delimitada por Crisólogo Larralde, Alzpurúa, Gerchunoff, Yrutia y Antonaegui Dónde queda: el área está delimitada por Crisólogo Larralde, Alzpurúa, Gerchunoff, Yrutia y Antonaegui Fuente: LA NACION - Crédito: Ricardo Pristupluk

Por aquel entonces el diseño del urbanístico se basó en el modelo propuesto por el especialista británico Ebenezer Howard que había desarrollado unos años antes la denominada Ciudad Jardín. Este proyecto pensado por Howard no sólo contemplaba un diseño urbano novedoso sino que tenía entre sus bases fuertes conceptos sociológicos. La ciudad según el propio urbanista nacía como una reacción natural a la falta de vivienda obrera y a la necesidad de establecer un nuevo concepto de urbe con un sistema organizativo diferente. Básicamente, este modelo consiste en una comunidad establecida en un entorno natural y por lo tanto separada de la gran ciudad. “Así se diseñó bajo estos preceptos el barrio, que contaba con unas 428 viviendas, centro cívico, iglesia, cine-teatro, escuela, locales -un dato curioso es que en uno de ellos se instaló una farmacia que fue manejada por Don Cholo, el farmacéutico quien aún vive ahí-, almacén, peluquería, mercado y una oficina de correo y estafeta postal, entre otros espacios comerciales. La obra fue terminada en tiempo récord y en febrero de 1950 se entregaron las llaves de las primeras viviendas, todas, aún las más pequeña, con aquel jardín deseado”, cuenta Amanto. Addario amplía: “Aún quedan casas de aquella época, son propiedades, en general, de una sola planta con tejas coloniales, fácilmente identificables. Aunque muchas de ellas han sido demolidas para dar lugar a residencias más modernas e importantes, que poco a poco están cambiando la identidad del barrio. Otras, en cambio, se han reciclado manteniendo su fachada y su estilo colonial”.

El parque tiene muchas zonas de juegos para los más chicos El parque tiene muchas zonas de juegos para los más chicos Fuente: LA NACION - Crédito: Ricardo Pristupluk

Allí, al día de hoy, la mayoría de los terrenos tienen una superficie que van entre los 350 y los 400 metros cuadrados, aunque también los hay de mayores dimensiones: 600, 700 y 1000 metros cuadrados. Además existen un puñado de lotes chicos que rondan los 250 metros cuadrados. Esta gran variedad se debe a qué el barrio cuenta con manzanas irregulares y que muy pocas son similares entre sí. “A pesar de tratarse de terrenos disímiles la mayoría posee frentes de 14 metros lineales”, dice Amanto. “Esta característica sumada al tipo de zonificación, que impide el desarrollo de viviendas de altura -las construcciones no pueden exceder los 8 metros y la superficie construida no puede cubrir más del 50 por ciento del terreno- lo convierte al lugar en una zona de muy baja densidad poblacional y una alta cantidad de metros cuadrados por habitante”, agrega Addario.

El puente para cruzar el lago El puente para cruzar el lago Fuente: LA NACION - Crédito: Ricardo Pristupluk

Otra de las características del barrio es que las viviendas deben mantener los techos de tejas y que tanto los corrimientos como los techos deben ser de madera. Actualmente, coinciden los brokers consultados se están construyendo o reciclando casas que responden a estas características, de grandes dimensiones y excelente calidad de terminaciones. “Por otro lado hay un grupo de casas que se refaccionaron hace unos 20 años, excelentes construcciones, con distribución y cantidad de ambientes muy diferente a los que se buscan en la actualidad”, comenta la titular de la Inmobiliaria Amanto.

Sus calles mantienen el encanto original Sus calles mantienen el encanto original Fuente: LA NACION - Crédito: Ricardo Pristupluk

El target

El público que busca el lugar suele ser mayoritariamente familias con niños pequeños que reclaman casas con jardines en medio de un entorno natural, lejos del ruido y la vorágine del tránsito, una suerte de urbanización cerrada en medio de la ciudad. Pero dentro de este tipo compradores se pueden distinguir aquellos que optan por vivir frente a las plazas y los parques, los cuales ofrecen postales bien distintas en cada una de las cuatro estaciones del año y aquellos que se sienten más seguros en las calles internas del pequeño barrio. Para Amanto, el corredor menos deseado es Crisólogo Larralde, uno de los límites del lugar con mayor movimiento vehicular. Un dato interesante es que los que venden en el barrio suelen ser familias a las que ya les queda grande la vivienda.

“Cuando nosotros nos mudamos aquí lo hicimos buscando tranquilidad y contacto con el verde, una combinación no muy común en la ciudad. Al conocer este lugar fue casi un amor a primera vista”, explica Carlos F., que vive en el lugar hace más de una década.

Barrio Parque Saavedra, un mágico rincón porteño Barrio Parque Saavedra, un mágico rincón porteño Fuente: LA NACION - Crédito: Ricardo Pristupluk

Los valores


El movimiento comercial tiene que ver con las circunstancias de la vida del barrio y de cada vecino en particular, pero más allá de los vaivenes del mercado se mantiene con cierta constancia. Las propiedades más accesibles suelen ser los departamentos de las manzanas de condominios, que ofrecen tipologías de dos y tres ambientes y que cuentan con un parque central propio. Allí las viviendas se cotizan en valores cercanos a los US$150.000. Las casas, que se encuentran construidas bajo el reglamento de propiedad horizontal, es decir en un terreno compartido, obligan un desembolso mayor, que parte de los US$350.000. Mientras que las viviendas con terreno propio van entre los US$480.000 y US$900.000. Más allá de la diversidad de viviendas y cotizaciones para Addario es complicado encontrar propiedades que estén a la venta a menos de US$500.000. “El lugar cuenta con una oferta muy pequeña de propiedades del tipo de departamentos o PH, es decir con valores pequeños. Por otro lado en el lugar no existen lotes libres disponibles, aquí el que busca un terreno para construir una vivienda debe adquirir un propiedad para luego demolerla. Una característica muy particular es que prácticamente no existen casas en alquiler”, afirma el broker.

Según los especialistas el lugar tiene un interesante futuro tanto para usuarios finales como para inversores ya que esta es una zona que viene registrando un cambio veloz con el desarrollo de importantes viviendas lo que seguramente va a seguir afianzando los valores incluso por encima del precio del mercado en general.

Fotos: Ricardo Pristupluk

Edición fotográfica: Fernanda Corbani

Por Leandro Murciego, Lunes 23 de abril de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION

Chacras: todo lo que hay que saber antes de invertir

Son terrenos que tienen desde dos hectáreas y se venden a precios accesibles; son demandados por un público que privilegia la intimidad.

Para quienes desean la calma del campo sin recorrer grandes distancias, las chacras son una alternativa de segunda vivienda para pasar fines de semana o vacaciones. Al Norte, Sur y al Oeste de la provincia de Buenos Aires hay terrenos disponibles en barrios cerrados a partir de dos hectáreas y que, según la ubicación, se pueden conseguir por precios que arrancan en los US$40.000.

También existen alternativas “abiertas”, aquellas que no se encuentran en predios con seguridad privada. Si bien hay preocupaciones por la seguridad y algunas tienen obstáculos en el acceso -no todos los caminos están asfaltados-poseen un atractivo que las “cerradas” por lo general no permiten: pueden adquirirse para explotarlas para el turismo o para el alquiler temporario. Luis Echegaray, responsable de la división Campos de la filial local de Christie’s Real Estate, afirma que varios propietarios están utilizando plataformas de alojamiento turístico como Airbnb.

“Que una chacra sea más o menos atractiva está ligado a los intereses de cada familia o de cada miembro. Hay personas que buscan actividades ecuestres como hipismo o polo, otras que desean dedicarse a la jardinería y la huerta y otras que desean lugares cerca de un río o arroyo para poder hacer actividades náuticas”, destaca Echegaray. Un punto interesante de algunas opciones “abiertas”, dice el broker, es el encanto de las viviendas, que pueden ser cascos de estancia reciclados.

El público que compra chacras, afirma Patricia Gallo, de la inmobiliaria Santiago Obarrio, está compuesto por personas que priorizan la tranquilidad y la privacidad con los vecinos. Como vivienda principal, las recomienda para aquellos profesionales que puedan trabajar a distancia y tengan que acercarse a la Ciudad de Buenos Aires pocas veces por semana. “Por lo general, los compradores son hombres o mujeres que en algún momento tuvieron campo y quieren volver a esa idea. Para los chicos, además, es soñado, porque van creciendo al lado de la naturaleza”, opina. Sin embargo, Echegaray aclara que no siempre es fácil encontrar colegios cerca, por lo que muchos prefieren utilizar a la chacra como vivienda de fin de semana.

Fuente: Archivo

Entre las instalaciones que se pueden agregar a una chacra, todo dependerá de si es una “abierta” o “cerrada”, ya que en el último caso habrá que respetar un reglamento interno. Por ejemplo, en el caso de Estancia Benquerencia, en la localidad bonaerense de San Miguel del Monte, los propietarios pueden tener todo tipo de animales menos los peligrosos, aunque no pueden tener chanchos ni un criadero de pollos por el olor. Otros compradores de chacras eligen construir lagunas artificiales o acondicionar un espacio del parque para tener su propia huerta.

Las chacras son terrenos de un tamaño que puede variar, generalmente, entre las dos y las 18 hectáreas. Por definición, no son campos productivos sino espacios para la recreación. No obstante, por ejemplo, en las 650 hectáreas de espacio común del barrio cerrado de chacras Benquerencia se cultivaron cereales y oleaginosas para vender y mantener bajas las expensas, que actualmente rondan los $5000. “Hoy los precios de las chacras están muy baratos y es un buen momento para comprar. Son valores muy accesibles en comparación con un country tradicional, y constituyen una buena inversión para quien gusta de lo rural pero no quiere estar a una gran distancia de la Capital Federal”, analiza Pablo Anchorena, socio de la inmobiliaria Solo Chacras.

En linea con lo que manifiesta el broker, una de las principales ventajas, a la hora de compararlo con un barrio cerrado tradicional, es la relación entre la inversión y las dimensiones de la tierra. En otras palabras, por el mismo o incluso menor precio de lo que se vende un terreno de 1000 metros cuadrados en un country, se accede a tierras de entre dos y tres hectáreas que permiten disfrutar de una verdadera sensación de campo. “Si bien la distancia desde la ciudad es mayor, el “desenchufe” también lo es. En cuanto a la infraestructura deportiva, se privilegian deportes como la equitación, el polo o el golf”, finaliza una propietaria.

Por Sofía Terrile, Sábado 21 de abril de 2018
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION