Este rubro, para dejar de ser estacional, sumó a su oferta la cafetería y la venta domiciliaria, un gran aliado.
Hasta hace unos años encontrar una heladería abierta en invierno era una misión casi imposible, pero eso hoy ya es historia antigua. En los últimos tiempos éstos dejaron de ser comercios estacionales para convertirse en locales de todo el año.
Aunque se puede enumerar una gran cantidad de factores el principal motor de este cambio es una modificación cultural que fue impulsada tanto por los grandes referentes del sector como por los pequeños actores que forman parte del mercado aportando dulces tentaciones.
La incorporación de la venta de bebidas calientes y de tortas amplió no sólo la clientela sino también el período comercial. “Esta tendencia tiene ya unos años y surgió con el fin de desestacionalizar el consumo de helados y mantener las heladerías abiertas durante más tiempo: al sumar cafetería y pâtisserie se le brindaron al consumidor más opciones a la hora de elegir”, explica Sebastián Pérez, gerente de marketing de Ducco.
Y agrega Juan Carlos Sagretti, socio de la firma Módena, que cuenta con 19 locales (dieciocho de ellos franquiciados): “Hace aproximadamente 20 años comenzaron a instalarse grandes locales donde convivían las heladerías con las cafeterías, pero con un formato imponente; incluso algunos tenían sectores destinados para el estacionamiento. Unos años más tarde, muchas heladerías tradicionales decidieron incluir la cafetería a sus locales y mantenerlos abiertos durante todo el año (antes cerraban durante todo el invierno). A medida que pasan los años, son cada vez más los empresarios que optan por el formato de un gelatto-café.”
La firma Chungo fue una de las primeras en brindar este servicio. “Nosotros vendemos café en los locales desde 1996, pero surge con más fuerza en 2003/4, momento en el que se incorporaron más productos y se hizo un rediseño de la arquitectura interior de los locales”, recuerda Pablo García, gerente de operaciones de la marca.
A pesar de haberse convertido en un rubro anual, el fuerte comercial se registra entre octubre y marzo. “Durante la época invernal la facturación sufre una marcada merma que alcanza el 30%”, dice Christian Macarrone, presidente de Torrente, firma que en la actualidad cuenta con 4 sucursales (dos de ellas propias). En el caso de Módena los registros de la caída de facturación es aún mayor y alcanza hasta el 50% en los helados, aunque sube el ingreso por cafetería.
Uno de los cambios que, poco a poco, dejó atrás la estacionalidad del producto fue la llegada del delivery a fines de la década del 80, que se consolidó años más tarde a comienzos de los 90. Otro factor que influyó con el cambio de hábito fue la novedad del envío domiciliario (hace unos diez años). “El servicio de delivery permite a los clientes disfrutar hasta en invierno del helado en la comodidad de sus casas”, coinciden Sagretti y Macarrone.
Y amplía Sagretti: “Antes ir a la heladería era un paseo, pero eso actualmente cambió. Hoy la venta telefónica, en nuestro caso representa entre un 30 y 50% del total de las ventas según la sucursal”.
En el caso de Torrente este tipo de comercialización ronda el 25% del total de la facturación. En la actualidad Freddo cuenta con la mayor flota de reparto. “Esto conforma una importante rama del negocio, pero no sólo contamos con la red de distribución por delivery más grande del sector sino que además tenemos un servicio propio e integral de call center para la recepción de pedidos”, explica Sergio Gratton, director general de Freddo.
Para este rubro, actualmente la venta online no resulta significativa.
Aperturas
Durante la última mitad de 2010 al igual que los primeros días del nuevo año muchas marcas fueron consolidando su expansión con la apertura locales comerciales. Una de las que más locales abrió fue Freddo, la tradicional marca inauguró 17 nuevos espacios no sólo en nuestro país sino también en el exterior y ya cuenta con 86 distribuidos en la Argentina, Brasil, Uruguay, Inglaterra, Paraguay y Bolivia.
La firma Chungo, que hasta el momento suma 19 locales (entre propios y franquicias), recientemente inauguró dos nuevos espacios comerciales, uno de ellos en Moreno (en el patio de comidas del Nine Shopping, ubicado en la avenida Victorica) y, el restante, en Bella Vista (Pardo 1609 local 4, partido de San Miguel).
Pero la firma planea continuar con el plan de desarrollo y en breve estima superar las dos docenas de heladerías. “Tenemos previstas nuevas aperturas en Capital Federal y Gran Buenos Aires”, sostiene García.
La cadena Torrente prevé en este año duplicar su cantidad de sucursales; para antes de fin de año espera contar con 8 locales, aunque aún se están por definir las ubicaciones (cada una rondará una inversión de 150.000 pesos más gastos de locación y habilitación, entre otros).
Ducco, en cambio, abrió recientemente una nueva sucursal en Las Cañitas, en Boulevard Chenaut y Luis María Campos. “Allí, la inversión inicial fue de 600.000 pesos”, afirma Pérez.
El año último para Módena fue muy positivo, la firma inauguró 5 nuevas franquicias. “La primera de ellas en Chacabuco 426, San Isidro; a éste le siguió Scalabrini Ortiz 2847, la esquina de la Av. Entre Ríos y Chile, avenida Rivadavia 7168 y ,por último, esquina de Riobamba y Paraguay”, refiere Mario Bernardo, uno de los titulares de las heladerías Módena. Y comenta: “Aunque dependen del tamaño del local, la inversión para cada uno de ellos ronda los 200.000 pesos incluyendo obras, instalaciones y stock”.
Los expertos afirman que no todos los locales suelen servir para la instalación de una heladería, ya que éstos deben cumplir con una serie de requisitos. “Los espacios comerciales tienen que ser a la calle y estar preferentemente ubicados sobre esquinas. Estos deben contar con superficies de plantas que superen los 100 m2”, dice García.
Bernardo hace hincapié en otro factor: el entorno. “Preferentemente se buscan zonas de alto tránsito peatonal y vehicular, en barrios en los que existan una buena cantidad de edificios con viviendas particulares para poder explotar nuestro servicio de entrega a domicilio”, explica el empresario.
Para Pérez, los locales, además deben ser luminosos, una característica -según él- no menos importante.
Según la experiencia que tienen los expertos en el tema el tiempo estimado “para que un local nuevo comience a dar muestras positivas nunca es menor al año”, dice Pérez. Para Macarrone, esto varía según el momento en el que se realice la apertura del local.
“Dependiendo de cuándo se inicie la actividad, si en temporada baja o alta, se estima que entre el segundo y tercer mes, se arranca a trabajar de manera más fuerte. En el caso de las franquicias se estima un retorno de la inversión inicial en un plazo de 12 a 18 meses”, explica el experto.
Hoy, en la mayoría de las grandes heladerías, la especialidad de la casa no sólo radica en las exquisiteces heladas, el café y las tortas, también forman parte de sus nuevas cartas gourmet…
José L. Cieri y Leandro Murciego, 31 de enero de 2011.
Publicado por La Nación.