Lanús: Más propuestas gastronómicas

A pocas cuadras de la estación nació una zona comercial donde abundan bares, pizzerías y restaurantes.

Como en Belgrano surgió Las Cañitas y en Lomas de Zamora, Las Lomitas, ¿ahora se viene Lanusita? Parece, por el crecimiento edilicio que muestra la cercanía a la estación de Lanús, lado oeste, que genera una movida similar, aún sin nombre. Por 2005, muchas casas viejas de las calles Del Valle Iberlucea y Melo, paralelas a la avenida Hipólito Yrigoyen, y de las transversales entre José María Moreno y 25 de Mayo fueron adquiridas para construir 30 edificios de viviendas de 8 a 10 pisos. Por eso, inversores gastronómicos visionarios emprendieron un movimiento adecuado a las exigencias de los nuevos vecinos.

La primera en instalarse ahí fue la Quintana, una firma gastronómica que cuenta con locales en otros sectores de Gran Buenos Aires. Este establecimiento abrió en Del Valle Iberlucea al 2700 hizo que la arteria, al año siguiente, comenzara a crecer no sólo en lo gastronómico sino también en lo comercial. Luego llegó Lo de Carlitos (2817), y en frente, Punto Límite (2814), un bar temático dedicado al cine.

El primero, de la tradicional cadena fundada en Villa Gesell por Carlos Ciuffardi, recientemente fallecido, se destaca por sus enormes panqueques denominados Maradona, Monzón, Olmedo, Chaplin y Vilas, entre otros, y por los sándwiches de lomito. Uno de los socios, Diego Brancaccio, detalla: “Hicimos una importante inversión para montar el local de 300 m2 en dos plantas (el alquiler es de $ 6000) pensando a futuro porque el barrio crece lentamente; ahora hay más circulación de público, por eso se instalaron distintos locales comerciales”. Y es cierto. En un recorrido se pueden observar tiendas y boutiques; centros de belleza, spa, peluquerías y gimnasios; fiambrerías, heladerías, fabricas de pastas y sándwiches; locales de decoración, iluminación, lavaderos y polirrubros, además de un supermercado.

Punto Límite propone tablas con picadas, más la carta y los sándwiches con nombres de películas, para disfrutar mientras miran films o videos, que se seleccionan de la videoteca con 7000 títulos originales; también se pueden alquilar hasta la madrugada. Mariano Mármol comenta: “Con mis socios, Marcelo Calo y Karina Trujillo, invertimos 300.000 pesos para acondicionar el salón de 160 m2 cubiertos y un parque de 100 m2, por lo que abonamos 8000 pesos de alquiler”.

Días atrás se inauguró Las Violetas del Sur, de la tradicional confitería y restaurante de Almagro, con una inversión millonaria para levantar un local en dos plantas en Juan Piñeiro y Del Valle Iberlucea. Sobre esta última calle, al 2600, se construyen dos importantes salones. Según los vecinos, se instalarán El Cañón, de la conocida parrilla de Avellaneda, y una casa de comidas mexicanas. En el 2715 está Lanusita, local de pizzas y cocina gourmet, cuyo propietario, Roberto Fariña, confiesa: “Le puse este nombre por la denominación que se viene para esta zona, donde los viernes y sábados, a medianoche, los jóvenes hacen la previa antes de ir a bailar a los boliches de Yrigoyen”. La instalación demandó 300.000 pesos con un alquiler de 6200 pesos. Los que acertaron en comprar sus inmuebles en 2005 fueron Mariano Trevisan, de la fábrica de pastas 12 de Octubre, de Aristóbulo del Valle y Del Valle Iberlucea, y Emilio Lamarca, de la pizzería-restaurante El Triunfo, en Aristóbulo del Valle 126. El primero dice: “Con unos 50.000 dólares levantamos el local, hoy vale mucho más”, y el segundo comenta: “Después de alquilar durante 11 años, con mi hermano Ernesto pusimos 90.000 dólares para comprar antes que los alquileres se fueran muy arriba”. Al respecto, Daniel Antúnez Vega, de Antúnez Vega Propiedades, comenta: “Los valores van creciendo según el desarrollo, hoy los alquileres varían de 3000 a 10.000 pesos para locales de entre 50 y 100 m2, y para la compra de lotes de 10 por 50 metros, con propiedades antiguas, oscilan entre 200.000 y 300.000 pesos. Es necesario el equilibrio porque hay propietarios que sobrevalúan lo que ofrecen”. A la vez, Jorge Retamales, de la inmobiliaria J. Retamales, informa: “Nosotros alquilamos dos locales de 150 m2 en las esquinas de Bernardo de Irigoyen y Del Valle Iberlucea, a razón de 9000 pesos mensuales, donde en uno de ellos se instalará un restaurante de categoría, que falta en el barrio, pero lo cierto es que todo creció tan rápido que no hay un valor real del m2, tanto para comprar como para alquilar”.

Un vecino, constructor de los salones de La Quintana y de Las Violetas, Fabián Avila, opina: “Para los que vivimos por aquí es favorable el cambio que se logró con el impulso privado; falta el apoyo municipal para contar con mejores luminarias y veredas y mayor seguridad, así el público que viene de Capital y otras localidades del Sur se va aún más encantado del lugar”.

Visión de un pionero

Un bar temático donde el cine es el protagonista.

“Igual que en Las Lomitas, no había nada cuando nos instalamos aquí -asegura Daniel Calzón, uno de los socios de La Quintana-. Cuando visitamos la zona para invertir en un nuevo proyecto en 2007 supimos que entre lo que se edificaba y lo que estaba en proyecto habría 30 edificios con nuevos habitantes, que necesitarían servicios. Por eso, adquirimos dos propiedades de la esquina de Llavallol y Del Valle Iberlucea, con una inversión que rondó el millón de dólares, incluida la construcción del salón principal y del VIP, en el primer piso, sobre una superficie de 550 metros cuadrados.”

Por entonces era un barrio típico de clase media, que sólo contaba con dos pizzerías, El Triunfo y Aniello, la más antigua, con más de cuatro décadas en Carlos Tejedor al 50. Hoy, ambas se integran al polo gastronómico generado por La Quintana. Calzón recuerda: “Los vecinos nos apoyaron en la gestión de limpiar la cuadra, que era un desastre, porque a 20 metros de acá está la comisaría 1a. de Lanús, que utilizaba esta arteria para estacionar los autos chocados y secuestrados, lo que daba feo aspecto. Las autoridades municipales y policiales de entonces nos comprendieron y se llevaron los vehículos. Con la llegada de otros negocios del rubro las propiedades se revalorizaron”. Todos los días se puede probar, dentro de las especialidades de la casa, la pastelería de elaboración propia y los calzones rellenos, recomendados por Calzón, que advierte: “A Lanús le falta concretar el proyecto de la autopista a Buenos Aires para tomar mayor impulso”. Ahora, La Quintana desembarcó a dos cuadras de la estación Monte Grande, en Dorrego y Dardo Rocha. ¿Se prepara Montecito?

Juan Manuel Raimundo, 21 de junio de 2010.
Publicado por La Nación.