Con las persianas bajas por efecto de la cuarentena conviven locales que esperan poder reabrir con aquellos que ya no lo harán. Ya se evidencia un importante aumento de la oferta.
Todavía en tránsito de sus efectos, resulta prematuro aventurar consecuencias definitivas, pero sin embargo algunas consideraciones con relación al cambio de comportamientos y hábitos que está generando la pandemia y la cuarentena podrían ensayarse sin un alto grado de error.
Si bien existirán consecuencias sociales, económicas y políticas en todo el mundo, resulta obvio que no son ni serán idénticas y que su grado de complejidad y su velocidad de recuperación dependerán del grado de desarrollo económico y la cultura propia de cada país.
En Argentina, no puede soslayarse que el cierre de la economía profundizado por el dilatado aislamiento obligatorio se suma a una recesión de al menos dos años y a desequilibrios propios de su propio manejo institucional.
En consecuencia, el impacto más visible dentro del mercado inmobiliario local, que ya se evidencia aunque no aún en toda su magnitud se está viviendo dentro del segmento de locales comerciales en los grandes núcleos urbanos.
Algunos datos ya reflejan lo contundente del impacto. De acuerdo al último informe elaborado por la Cámara Argentina de Comercio, la cantidad de locales en oferta a junio de 2020 con relación al período precuarentena aumentaron un 203 % pasando de 114 locales en el primer bimestre de este año a 345 en junio pasado. La cantidad de locales ofertados en venta o alquiler, sobre una de las calles más reconocidas a nivel comercial como Florida, donde también impacta de lleno la ausencia de turistas, aumentó de 5 a 47 lo que representa un incremento del 840 %.
Las cifras de la Cámara Argentina de Comercio que reflejan el enorme crecimiento de la oferta de locales, anticipan la proliferación de nuevos carteles de “se vende” y/o “Alquila”, la cual aparece en parte todavía disimulada por la imposibilidad de hacerlo debido a las restricciones de la actividad de las inmobiliarias, que sólo pudo operar por muy limitado tiempo y de forma muy restringida en la ciudad de Bs. As. De haber podido actuar físicamente para visitar y promocionar la venta o alquiler de locales el paisaje de carteles de oferta sin duda sería aún más llamativo que lo que se aprecia.
Pero, por otro lado, una buena cantidad de comerciantes aún sostiene pertinazmente a fuerza de voluntad la esperanza de seguir adelante con su negocio y en muchos casos no han claudicado aún, a partir de la flexibilidad de los propietarios de los locales, llegando a acuerdos de reducción de alquileres e incluso de condonación de ciertos de periodos.
Ahora bien, la mayoría de los comerciantes dedicados a rubros no esenciales, deberán soportar las consecuencias de la prolongada interrupción de su actividad por el ASPO más la incertidumbre del nivel de demanda y ventas que lograrán obtener una vez posibilitados de operar debido al grado de impacto que hayan sufrido en sus ingresos los consumidores de sus productos.
Por otra parte, de acuerdo a lo que sabemos hasta ahora con relación al Covid19, la intensidad de uso de las distintas superficies con que cuenten los locales se verá más restringida, al menos hasta que la mayoría de la población se encuentre vacunada o inmune.
La repercusión de dicha restricción en el valor locativo será diferencial según sea la composición del local entre espacios abiertos y cubiertos y la adaptabilidad o no a usos diversos. Sin duda, los locales donde predominan los m2 cubiertos cerrados destinados a actividades gastronómicas, de espectáculos y deportivos que por su localización no sean fácilmente adaptables a otros usos serán los que más sufrirán.
Esta nueva situación, ya está provocando, un cambio en los precios relativos de los locales y es muy probable que se profundice y persista aún superada la flexibilización del aislamiento obligatorio.
Si bien el panorama de la recomposición de la actividad comercial luce sumamente complejo, seguramente entre privados, como hasta ahora, se hallará la fórmula de seguir adelante. En pos de colaborar con el reacomodamiento de la actividad comercial y de los costos de locación involucrados sería deseable de los diferentes estamentos de los gobiernos municipales, provinciales y nacional una actitud sumamente proactiva que postergue su afán recaudatorio y limite los costos de la burocracia improductiva.
© ReporteInmobiliario.com, 2003-2020. Sábado 11 de julio de 2020