Los cambios en los hábitos exigen la reconversión del modelo de negocio; las marcas suman experiencias y más espacios comunes.
En un mundo en constante movimiento, el segmento hotelero trabaja continuamente para satisfacer a una gran diversidad de públicos con demandas bien diferenciadas. “En el último tiempo esta industria históricamente muy tradicional percibe una apertura. Por ejemplo surgen construcciones de edificios de usos múltiples que incluyen hotel, oficinas y viviendas y que se convirtieron en una opción muy interesante para desarrolladores. Es un modelo de negocio que permite una distribución de costos más accesible”, relata Claudia Álvarez Argüelles, ceo de la marca que lleva su apellido, dueña del Costa Galana, entre otros hoteles. La empresaria agrega que, desde el diseño, es muy importante cubrir y cuidar las circulaciones entre los diferentes espacios. En este sentido, la irrupción de las nuevas generaciones está cambiando las exigencias de la demanda. “El público más joven le da importancia a los espacios de coworking y socialización”, explica.
Además, apunta que cada vez es mayor la cantidad de metros cuadrados que se dedican al bienestar en los emprendimientos. “El área de spa, las deportivas y de relajación o yoga, por ejemplo, son fundamentales y las tenemos muy en cuenta. La idea es que los huéspedes puedan desconectar de las demandas externas y energizarse durante su estadía”, afirma Álvarez Argüelles, quien también habla del rol protagónico que adquieren las terrazas, una tendencia que crece con fuerza en el mundo a través de sky bars, en donde las vistas y la coctelería de calidad se vuelven grandes aliados. De hecho, en Grand Brizo Buenos Aires, el establecimiento que inauguraron en octubre de 2018 funciona Cielo Sky Bar y un rooftop con increíble vista a la ciudad. De cara al 2019, la empresaria planea la apertura de Grand Brizo La Plata que se inaugurará en febrero. El hotel posee terraza con pileta y bar con vistas, y todas las habitaciones cuentan con un amplio espacio para reuniones. Además del clásico gym, la ceo de la cadena destaca la presencia de una pista de running al aire libre. Álvarez Arguelles explica que desde hace unos años hacen un trabajo muy fuerte en su arquitectura marcaria, con el objetivo de ordenar y ofrecer claridad de cara a la oferta, cubriendo diversos segmentos del mercado. La sustentabilidad, apunta, es fundamental en todos los espacios, y desde hace años que trabaja en la reconversión de los espacios. Además, atentos a la nueva demanda, Álvarez Argüelles creo hace unos años Flaat, departamentos totalmente equipados en zonas privilegiadas de la capital, que combinan la renta temporaria con el servicio hotelero. El modelo apunta a estadías prolongadas, ya que ofrecen los servicios propios de un hotel, permitiendo explorar el destino desde la perspectiva privilegiada del residente local.
La tendencia a la búsqueda de experiencias impacta en el mundo hotelero. Así, surgen propuestas como la de Awasi. Con presencia en Chile (en Atacama y Patagonia) y en Iguazú en la Argentina, los hoteles de la marca se caracterizan por tener pocas habitaciones -entre 8 y 12-, de amplias dimensiones. “La cultura y la naturaleza del lugar son protagonistas. Saliendo del lugar común hotelero, no queremos que los huéspedes se sientan “como en su casa”, sino mejor: como locales, o como en la casa de un amigo que les muestre lo local, las experiencias, la gastronomía, etcétera. Todo es 100 por ciento privado en los hoteles: hay conserje personal para cada huésped, y todas las unidades tienen un guía privado. Tenemos un promedio de cinco empleados por habitación”, relata Matías de Cristóbal, director general de Awasi en Chile y Argentina, quien señala que tienen la tarifa más alta de Latinoamérica, pero a fuerza de ofrecer algo diferente. Para de Cristóbal, la consigna es subrayar el protagonismo del entorno: “En Atacama, por ejemplo, construimos con adobe, piedra y madera. Tenemos construcciones circulares, inspiradas en ruinas de Atacama. Investigamos cómo se construía antiguamente en el desierto y usamos técnicas antiguas y materiales cercanos. A nuestros arquitectos les pedimos que sean humildes, que hagan un hotel que pase desapercibido en el lugar en el que se instala, y que tenga el máximo confort. Trabajamos sustentablemente, y nos adaptamos al lugar”, explica.
Entre las novedades, destaca la apertura en Iguazú. Allí, dice de Cristóbal, también se trata de una construcción sobre pilotes y cuenta con habitaciones de 100 metros cuadrados. El director general de Awasi en Chile y Argentina adelanta que en Atacama están agregando cinco suites nuevas y cambiando las ocho que ya tenían. Además, cuenta que analizan nuevos destinos para instalarse.
Los millennials cambian el panorama
“Con los cambios que hay en los patrones de consumo hoy, sería raro pensar que la hotelería siga igual”, afirma Fernando Bigio, head country de Selina en la Argentina. La marca nació hace cuatro años con un concepto distinto, y es una de las marcas hoteleras de más rápido crecimiento en el mundo. El concepto combina alojamientos con diseño estético con espacios de coworking, bienestar, actividades recreativas y experiencias. Su enfoque está centrado en el diseño, la tecnología y una visión social.
La arquitectura cumple un rol crucial y Bigio afirma que trabajan a través de la reconversión de propiedades de viejos hoteles. “Generalmente entramos en un hotel viejo y en aproximadamente 60-90 días hacemos un trabajo de reconversión a través de un taller interno con artistas, diseñadores, herreros locales, etcétera. Buscamos que la comunidad local se sienta representada. En Palermo por ejemplo, el hotel tenía todas habitaciones con sommier, y nosotros los cambiamos por camas, pero usamos la madera de los sommier para hacer muebles, aprovechando todo al máximo”, detalla. Además, los artistas locales, según cuenta, trabajan por ejemplo con murales en las paredes del hotel. Bigio destaca que los establecimientos son distintos en cada ciudad, ya que cada lugar tiene su propia impronta. “Trabajamos con un concepto diferente en cada espacio. En Buenos Aires, por ejemplo, tomamos la idea de un jardín en el medio de la ciudad y nos inspiramos en Carlos Thays, sin ser un hotel temático. Así, trabajamos sobre la historia de los jardines y de Thays”, afirma. Selina está presente en 12 países entre los que se cuentan Panamá, Costa Rica, México, Portugal y Brasil, entre otros. Las próximas aperturas en Argentina están planificadas en Córdoba y Bariloche, Mar del Plata, Rosario, Salta, Mendoza y Ushuaia.
Roberto Amengual, presidente de la cadena Amerian Hoteles, una marca fuerte en el segmento corporativo y con presencia en ciudades como Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Catamarca y Misiones, apunta algunos cambios que observa en la arquitectura de hoteles. Las recepciones como tótems individuales, dice, son la última tendencia en el mundo. “En hoteles de hasta cuatro estrellas se da mucho el autoservicio. En nuestro país, está cambiando parte de la recepción, pero aún no se incorpora la autogestión por cuestiones de legislación. Sin embargo, sí observamos la tendencia, y los tótems son un comienzo. Hoy en el mundo el servicio personalizado se da en solicitudes específicas, pero ya no puestos en espera” sostiene Amengual. La sustentabilidad es otra de las claves. En cuanto a los materiales sostiene que van cambiando. “Es fundamental combinar estilo y practicidad de operación. Hay que tener en cuenta que un hotel funciona 24 horas siete días a la semana los 365 días del año. Es un lugar de altísimo tránsito y es muy importante la funcionalidad”, finaliza el empresario que inauguró un nuevo hotel en la ciudad de Coquimbo, en Chile: es un cuatro estrellas en una torre de 19 pisos.
Por Gabriela Koolen, Lunes 4 de febrero de 2019
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION