Medidas inteligentes y valientes para generar un cambio

Decisión 2011. Así podría llamarse la novela política desarrollada a lo largo y a lo ancho de nuestro país, con sucesivos actos eleccionarios que tendrán mañana su último capítulo, con la elección de la máxima autoridad nacional y de quienes tendrán la responsabilidad legislativa de representar al electorado que lo votó. Es de desear que esto ocurra, que realmente seamos representados y no surjan sorpresas en la ciudadanía que otorgó un voto de confianza.

Muchos, seguramente, serán los nuevos desafíos de los que se incorporen a las distintas cámaras. Para otros, que no renuevan su mandato, serán viejos temas que no fueron resueltos positivamente y que deberán solucionarse a la brevedad, si realmente se desea un país próspero, justo y solidario. Un déficit de vivienda que crece, si no a tasas chinas, por lo menos a tasas argentinas, que de por sí son bien altas y preocupantes.

Seguramente, los sectores más necesitados dependen de la tarea social del Estado, tanto nacional como provinciales, pero hay un sector al cual con ciertas, adecuadas, inteligentes y valientes medidas económicas se podría ayudar y nos referimos al sector asalariado, aquel que goza de una estabilidad laboral y que los ingresos se corrigen periódicamente, como mínimo por año, y pueden mediante la sumatoria de ingresos del grupo familiar, acceder a la compra de una vivienda que le permita evitar el constante drenaje que significa pagar un alquiler y transformar ese importe en una amortización de un bien propio.

Claro está que para que eso ocurra habrá que abaratar el costo del crédito hipotecario empleando fondos públicos, como ser de la Anses, que sin necesidad de subsidio alguno permita al deudor pagar cada mes una cuota al alcance de sus posibilidades y a la repartición administradora de los fondos para los jubilados, asegurarse una actualización acorde a sus necesidades.

Seguramente, y es de confiar, que las autoridades nacionales ya tendrán en estudio estas y otras muchas posibilidades, de manera tal de lograr el ansiado acceso a la primera vivienda, lo que significaría una mayor generación de empleo en el sector de la construcción y todos los gremios derivados, con nuevos desarrollos para esos mercados, sin las exigencias del sector ABC 1, pero con las características que lo hagan accesible, demandado y por ende dignamente habitable.


Néstor Walenten, 22 de octubre de 2011.
Publicado por La Nación.