La nueva terminal de ómnibus local, recientemente inaugurada, era una asignatura pendiente; la obra demandó más de un año y se invirtieron $ 4,3 millones.
Después de muchos años de espera, la ciudad de Miramar, finalmente cuenta con una terminal de ómnibus acorde con el movimiento turístico que registra cada año. Es que esta ciudad en los últimos años experimentó un alto crecimiento en su tasa de veraneantes, lo que produjo que la vieja terminal quedara chica ante semejante demanda.
Inaugurada hace poco menos de dos meses, la estación estará operando a partir de julio próximo, luego de que se realizara la licitación para su concesión.
“La terminal ha sido la deuda histórica más importante de la ciudad en cuanto a su rol de destino turístico, y fue una obra postergada durante más de 30 años. A nivel urbano, esta carencia trajo aparejada innumerables dificultades tanto para el ordenamiento vial como para la seguridad, así como una grave deficiencia en relación con la atención y los servicios que se le proporcionaba tanto a los residentes como a los turistas”, expresó el arquitecto Ricardo Asiain, secretario de Obras y Servicios Públicos local.
Con la idea de revertir esa situación, la obra se planteó según una serie de premisas: optimizar la eficiencia y minimizar el impacto urbano del transporte en la ciudad; maximizar la cantidad y calidad del espacio público, y articular la relación del viejo edificio de la estación de ferrocarril para lograr su puesta en valor.
Así se pensó en utilizar un sector del predio de 11 hectáreas que estaba lindero con la vieja estación ferroviaria (hoy en desuso) y levantar la terminal en la intersección de la calle 16 y la avenida 40.
Los encargados del desarrollo proyectaron un edificio de 2100 m2 (1500 m2 cubiertos y 600 m2 descubiertos), que demandó poco más de un año de trabajo y una inversión de más de 4,3 millones de pesos. En las obras, además, trabajaron más de 180 personas, de las cuales el 80% son residentes en el partido, ya que se buscó, además, que el edificio actuase como generador de empleo.
El proyecto fue desarrollado por la Secretaría de Obras y Servicios Públicos del municipio de General Alvarado y ejecutado por la firma Doio SRL; como jefe de proyecto se desempeñó el arquitecto Guillermo De Paz.
“La idea es que el nuevo edificio sea un portal de acceso a la ciudad, por lo que se buscó una imagen estética con valor simbólico que refleje el carácter local. Entonces se propuso un edificio simple y austero, pero abierto y transparente, que refleje el espíritu y el carácter receptivo y amigable de la ciudad”, comentaron los proyectistas.
De ahí que a la terminal se la haya dotado con un amplio frente vidriado que permite incorporar las visuales del entorno. Lo mismo sucede con su cubierta, también vidriada, que le otorga gran luminosidad natural al edificio.
Amplitud y comodidad
En el interior, una amplia calle interna permite que los pasajeros se desplacen con comodidad dentro de la terminal. Frente a la fachada se dispone el sector de apoyo de servicios, compuesto por vestuarios para el personal, office, estar descanso de choferes, oficinas administrativas, sector de seguridad, sala de máquinas y grupo electrógeno.
En ese mismo sector se disponen nueve boxes de boleterías con zona de atención al público, lugar para manejo de equipaje y encomiendas y sanitarios (cuenta con baños para discapacitados). También, una sala de preembarque, tres locales comerciales, confitería y oficina de atención al turista. La amplitud de la galería permite que en temporada se puedan disponer de stands y góndolas comerciales y promocionales.
En el exterior, sobre la avenida 40 que funciona como acceso, se encuentra otro amplio sector para la llegada de pasajeros y una plaza que le otorga verde al lugar. Del otro lado y anexadas al edificio están las dársenas de embarque de pasajeros (nueve cubiertas y tres al aire libre) y un playón de espera con capacidad para cuatro ómnibus.
“La transferencia de pasajeros, visitantes y residentes así como el intercambio con otros medios de transporte constituye un tema de gran importancia para las ciudades de mediana escala que revitalizan sus equipamientos urbanos mediante operaciones de gran impacto, pero ajustables en lo presupuestario. En el caso de Miramar, la terminal trata de actuar también como elemento ordenador y cualificador de un espacio central de la ciudad, con una posición estratégica, al tiempo que dota al entorno de la potencialidad del mismo al reforzar y potenciar un sector importante y vital del ejido urbano”, finalizó el funcionario.
Diego Cuneo,2 de mayo de 2011.
Publicado por LA NACION.