Se han fijado aumentos que no superen el 25% en comparación con el último verano. Dudas por el momento actual.
Como de costumbre y con anticipación, el Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Mar del Plata intenta marcar el rumbo. Y siempre por el sendero de la prudencia. Esa marcha, a criterio de la institución, debería respetar aumentos de alquileres de temporada no superiores al 25% con respecto al año último.
Tanto en inmobiliarias como los propios dueños tienen claro que no existe mucho margen para mayores pretensiones. Vienen de un verano con rendimiento muy moderado y un lote importante de propietarios que alquiló poco e incluso nada durante aquellos tres meses.
Por eso, aunque en este destino las carpetas con oferta y precios asoman recién a mediados de este mes, los primeros que salen al mercado parecen atender las recomendaciones.
“Sabemos que será una temporada difícil, pero tenemos buenas expectativas y para ello hay que ser muy competitivos”, sostiene Miguel Ángel Donsini, titular de la citada entidad que ya difundió valores de referencia.
Para enero y por quincena, un monoambiente rondará los 4500 pesos; unos 6500 si se buscan departamentos con dos ambientes, y desde 9000 si la comodidad buscada requiere un par de dormitorios. Un chalet con esas mismas condiciones se conseguiría en el orden de los 15.000 pesos.
Este fin de semana largo de octubre, además de abrir la posibilidad a la escapada turística y el reencuentro en la playa con los primeros soles de primavera servirá para un primer cara a cara con los potenciales clientes. Saben que aunque sea pasan por las inmobiliarias a ver y preguntar.
Quienes veranean en Mar del Plata, que tiene una oferta excepcional de inmuebles, saben que alojamiento nunca falta y esperan a último momento para definir alquileres. Salvo aquellos que quieren repetir propiedades o asegurarse lo mejor.
Donsini advierte también que, a diferencia de temporadas anteriores, esta ciudad tendrá una cartera de propiedades más acotada para esta temporada. Es que con ventas casi nulas y después de un verano mezquino, muchos dueños se volcaron a alquileres de 24 meses.
Otra expectativa que se abre para la próxima temporada es una demanda más intensa de propiedades en barrios cerrados. Crece la cantidad de casas terminadas en esta propuesta que en esta ciudad nació durante la última década y se expande poco a poco.
Ya el último verano hubo buena cantidad de pedidos. Son propie
dades que están a no más de media hora del centro y garantizan a los más exigentes uno de los servicios más reclamados por estos tiempos: la seguridad.
En el lote de los interesados aparece la colonia artística, que nutre la cartelera teatral de cada verano. Para ellos, además de sentirse custodiado, el valor agregado es la privacidad.
Sábado 4 de octubre de 2014
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION