Una mirada sensata sobre los alquileres

Desde la medida tomada por el Gobierno referida a la restricción cambiaria, en noviembre de 2011, se produjeron acontecimientos adversos, que son motivo de análisis sin conclusiones y resultados. De nuestra parte, no bajamos los brazos y somos conscientes de que el inmueble es refugio de valor.

Desde siempre, la gente volcó sus ahorros en ladrillos para obtener una renta que en todos los casos incrementa los ingresos. Este segmento tuvo un comportamiento estable desde hace años enmarcado con sustento jurídico otorgado por la ley de locaciones urbanas, sancionada en 1984 -muy sabia-, sin desconocer lo prescripto en el Código Civil argentino. Quienes componemos el escenario nos encontramos de un día para otro con la devaluación y con índices de inflación, cóctel explosivo.

¿La solución es aumentar el valor locativo? No, ya que el inquilino no vio incrementado su poder adquisitivo y el precio del alquiler debe acompañar al salario.

Es sabido que quienes poseen un inmueble para la renta, lejos está de sus pretensiones tenerlo desocupado por el hecho de solicitar un valor con porcentuales idénticos a la inflación y mayores a los convenios que se cierran en las paritarias. Y que la demanda no convalida, agregando la fluida oferta existente. Observamos sensatez en las renovaciones (finalizado el contrato existe entre las partes la intención de continuar merced al cumplimiento y cuidado de la unidad). Los profesionales inmobiliarios a quienes el propietario les confió procurarle a quien ocupe su inmueble dado en locación y representarlo en carácter de mandatario asesora a su representado. Con los parámetros mencionados, la suba del valor de la locación para el segundo año se actualiza en 25% para las unidades de vivienda. Es imprescindible contar con la decisión de todos los protagonistas del sector para evitar que quienes apelan a la oportunidad política esgrimiendo abusos, fragilidad y desprotección busquen imponer regulaciones no pretendidas por las partes que contratan sin analizar que produciría el efecto contrario al beneficio social que se busca. El sector y los propietarios debemos aportar razonabilidad en materia de las locaciones, para evitar resultados futuros desfavorables para todos.

Por Roberto Arévalo (Presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina), Sábado 17 de mayo de 2014
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION