Cada vez son más las empresas que fomentan el uso de ese medio de transporte y diseñan las oficinas teniendo en cuenta sus necesidades.
Saludable, ecológica y, especialmente económica. Tres factores que el mundo ve hoy con buenos ojos convirtieron a la bicicleta en el medio de transporte cada vez más utilizado en las grandes ciudades donde el tráfico es un problema para sus habitantes. Es que con la instrumentación del sistema público de bicisendas, adquirió nuevo impulso y, de la mano de este crecimiento, el parque de unidades creció 10 por ciento anual en los últimos años hasta llegar a conformar un total de 8 millones. Hoy -según datos de la Cámara de Comercio e Industria de Bicicletas (Commbi)- en la Argentina, la cifra de rodados per cápita asciende a 0,18.
Por otra parte, los sucesivos aumentos en las naftas y el valor de los boletos de colectivo y trenes, impulsan aún más esa tendencia en Buenos Aires. De hecho, en cada nuevo incremento crece la venta de rodados, según reconocen desde la Cámara Argentina de Comercio e Industria de la Bicicleta. En tanto, desde la Asociación de Ciclistas Urbanos, admiten cada vez se se ven más usuarios en las calles porteñas.
Así, la urbe se convierte y se recrea; y las posibilidades que brinda el desarrollo urbanístico suman al cambio. “Muchos edificios rescinden metros cuadrados de oficinas y los convierten en bicicleteros. Además, los espacios de trabajo se adaptan al deseo y necesidades de sus habitantes: en la década de los noventa introdujeron la tecnología, en los 2000 el open space y los espacios colaborativos y hoy la sustentabilidad en todo sentido, teniendo en cuenta no solo el tipo de materiales utilizado y el diseño de plantas sino que también se evalúa el modo en que el staff llega a la oficina”, afirma Mariana Stange, Directora de Mariana Stange Real Estate Services.
Palermo, Almagro y Villa Crespo son los barrios que más rápido se adaptaron al cambio. Un conteo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires realizado durante el primer semestre del año pasado, reveló que, con un promedio de entre 3800 , 3000 y 1800 viajes respectivamente, son los preferidos por quienes eligen la bicicleta como medio de transporte. Le siguen en escala Colegiales y Las Cañitas que rápidamente están respondiendo a la demanda. En este sentido, Guevara 93,en pleno Palermo Hollywood es un ejemplo de la respuesta del mercado inmobiliario. Se trata de un block a estrenar en alquiler, de 1618 metros cuadrados en tres plantas, que ostenta en su frente un amplio espacio para que, sus futuros ocupantes estacionen sus vehículos. “Sin dudas existe un público creciente que considera a la bicicleta, ya sea la propia o las de la Ciudad, su principal medio de transporte dentro de la Ciudad. Muchos de los jóvenes, ya sea para alquilar o para comprar, consultan y solicitan espacios para el guardado de bicicletas. Además, los estudiantes extranjeros utilizan las bicicletas como único medio de transporte. Otro de los aspectos que despierta el interés de este público es cuando por la puerta del edificio pasa una bicisenda. Así como un determinado target es indiferente a este factor, este público joven lo ve como un aspecto positivo, que suma a la propuesta”, asegura Lady Siebenhaar, titular de Nativa Soluciones Inmobiliarias.
El código de edificación porteño establece que las bicicletas son parte de una política que tiene como objetivo incentivar el uso del transporte público y medios de movilidad sustentables, y la necesidad de brindar a quienes las usen seguridad, comodidad, y una infraestructura adecuada. “Fue el uso masivo de bicicletas por gran parte de la población lo que nos motivó a incorporar las zonas de guardados pero también las bicicletas de uso común para los propietarios como un nuevo servicio en nuestros emprendimientos”, explican desde la desarrolladora BrodyFriedman que recientemente lanzó Quo Quesada un proyecto residencial en el barrio de Belgrano que cuenta como diferencial la inclusión de bicicletas de uso común para los propietarios como parte de sus amenities. La apuesta no tiene ningún costo extra, está contemplado su mantenimiento dentro del pago de las expensas. En ese emprendimiento, el metro cuadrado a estrenar parte desde los US$4000 para unidades de uno, dos y cuatro ambientes que alcanzan hasta los 118 metros cuadrados. “Incorporamos el original amenity de las bicicletas porque el 50 por ciento de los compradores son millennials que exigen adaptarse a nuevos hábitos de vida”, señaló Sebastián Friedman, socio de la desarrolladora. Quo Quesada está ubicado en la calle Quesada al 2400, a media cuadra de la avenida Cabildo y a 100 metros de la Estación Congreso de la línea D del subte.
Cultura de trabajo
En sintonía con la tendencia, cada vez son más las empresas que apoyan y fomentan el traslado de sus colaboradores en bicicleta al trabajo. Por ejemplo, Google Argentina forma parte del programa del Gobierno de La Ciudad, “Empresa Amiga de la Movilidad Sustentable” y cuenta con diferentes iniciativas que alientan a los empleados a sumarse a una vida saludable mediante el uso de la bicicleta como transporte sustentable. Así, en las oficinas de Puerto Madero, los empleados tienen a su disposición una flota de bicicletas propia de la empresa que pueden utilizar durante el día, como también para ir desde y hacia sus casas. Además, hay un estacionamiento subterráneo privado para los que prefieran utilizar su propia bicicleta y duchas con todos los productos necesarios para empezar la jornada laboral después de haber hecho actividad física.
“Este último tiempo hemos tenido algunos requerimientos de empresas de incorporar baños con ducha para que las personas que van al trabajo en bicicleta puedan ducharse al llegar. Además, se prevén lockers o espacios para que puedan guardar sus pertenencias o ropa para cambiarse. Por otro lado, hay algunas marcas de mobiliario para oficinas que ya están incorporando mecanismos para colgar la bicicleta en el escritorio”, aclara Fernando Marconi, Gerente de Arquitectura & Diseño de Contract Workplaces Argentina. Por su parte, si bien Nestlé no tiene una política formal al respecto, alienta a sus empleados al uso de las bicicletas. Bajo esa consigna, habilitó duchas y vestuario con casilleros para que se puedan cambiar de ropa antes y después de la jornada de trabajo, y un bicicletero en el estacionamiento de las oficinas. Además, tiene un convenio con una bicicletería aledaña, donde se puede resolver cualquier eventualidad con un descuento en los gastos que se presenten.
“Entendemos que estamos transitando un proceso de cambio cultural respecto al uso de la bicicleta que necesariamente obliga a pensar en soluciones y estrategias adicionales como, por ejemplo, poner más énfasis en cálculo de espacios para el guardado y no el uso de espacios residuales en los edificios”, señala Luis Guido, director de Grupo Idea Desarrollos (GRID), que desde 2004 gerencia proyectos inmobiliarios.Que la bicicleta como medio de transporte se consolide y marque un cambio cultural obliga a los arquitectos a reformular programas para todos los usos, fundamentalmente en lo que refiere a la vivienda y los espacios de trabajo. “En la mayoría de los proyectos, los espacios destinados a las bicicletas son los residuales que no se ajustan a algún criterio que permita establecer una cantidad de rodados en relación a la cantidad unidades funcionales. Por eso, como profesionales, en ese sentido tendremos que profundizar el análisis de cantidad de rodados que podría requerir cada unidad de vivienda u oficina para su guardado y, en función de ese cálculo, poder definir espacios adecuados; repensar si el guardado se limita a espacios comunes seguros o espacios propios en cada unidad de vivienda – conocemos ya las dificultades por daños en los espacios comunes – que también obligan a redimensionar circulaciones verticales y horizontales y a decidir si estas superficies de construcción son propias o comunes, si se venden o incorporan al valor de las unidades inaugurando nuevos paradigmas en las estrategias de venta de los nuevos emprendimientos”, reflexiona Gabriel Torraca, arquitecto y titular del estudio de arquitectura Gatarqs.
Mientras en nuestro país el debate está abierto, en algunas ciudades de Europa ya se está dando forma-y consolidando- un planeamiento urbano que llega de la mano de edificios cuyos pisos se conectan entre sí a través de rampas internas. ¿El objetivo? Poder salir de y llegar a la puerta del departamento propio en un rodado. Por ejemplo, en Dinamarca, la Big House, también llamada ‘8 Tallet’, es una urbanización para residencia y oficinas en la que se tiene en cuenta que se pueda subir con la bicicleta hasta la misma puerta de casa. Diseñada por BjarkeIngels, se trata de 61.000 metros cuadrados en forma de ocho que permite comenzar el viaje en bicicleta a la ciudad desde el balcón de la casa.
Por Jimena Barrionuevo, Lunes 29 de octubre de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION