Algunos especialistas sostienen que el escenario está más impaciente frente a la cercanía de las elecciones nacionales, y, expectante por el planteo económico del futuro; se exige atacar la inflación y recomponer la financiación.
Cuando faltan 35 días para las elecciones primarias (PASO), los protagonistas que se desenvuelven en el sector están un poco impacientes y con optimismo hacia el futuro. En una mesa en la que intervinieron destacados protagonistas, la conclusión final del encuentro indicó que el próximo gobierno deberá encarar varias cuestiones de fondo para tratar de que estas acciones se transformen en señales claras para motorizar el mercado.
En una charla organizada por Izrastzoff Agentes Inmobiliarios, participaron por parte de esta compañía, Iuri Izrastzoff y Horacio Benvenuto, Gustavo Llambias, el vicepresidente de la Asociación de Empresarios de la Vivienda y director de Real Estate Developers (RED), Mario Gómez, director de Lebleu Negocios Inmobiliarios y miembro del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires (Cucicba), y el economista Orlando Ferreres, director del estudio Orlando J. Ferreres & Asociados.
La cercanía del cierre de un ciclo gubernamental hace que muchos estén con expectativas sobre el futuro esquema económico, sea planteado por la continuidad o el cambio.
Al respecto del panorama actual, Gómez, explicó: “lo que vimos en estos últimos 3 meses es que hubo un muchas consultas, que incluyó las reservas de los posibles compradores, que en muchos casos fueron reservas agresivas con contraofertas. Así, hubo, finalmente, gente que entró en el proceso de negociación. Los vendedores cedieron un poco y los compradores mejoraron su oferta, lo que permitió varios acuerdos. Es un veranito para el sector”.
Hay gente que tiene pesos y se terminan cerrando la operación en nuestra moneda pero la referencia es el dólar, por lo menos en el mercado porteño. “Cuando uno se va al interior comienza a ver que las operaciones se concretan en pesos”, amplió.
En el escenario de lo nuevo, ahí hay más operaciones en pesos porque finalmente el desarrollador los necesita para la obra, “ahí sí puede haber un mix entre ambas monedas porque a veces se necesitan los dólares para recuperar el valor de la tierra que generalmente es en dólares, y mantienen las cuotas en pesos que son para financiar las obras”, contó Gómez.
Mientras que Llambias, precisó: “Nosotros desde el desarrollo tenemos una mirada un poco distinta. El desarrollo, además, tiene otros tiempos y tiene que estar planteado en términos de ciclos que trascienden los gobiernos. En estos momentos estamos trabajando en media docena de proyectos en distinto grado de avance. Algunos con situaciones de reservas porque estamos a punto de inciarlos en marcha y otros que están en la etapa de desarrollo previo. Desde la idea y los primeros trabajos, hasta la entrega final de las unidades, normalmente eso lleva más de 4 años”, agregó.
Entonces, en términos de planeamiento, las desarrolladoras, no pueden mirar el momento, “es muy complicado la visión a largo plazo pero uno tiene que pensar en diseñar un proyecto que le parezca que pueda trascender la coyuntura del mañana temprano y que pueda tener una demanda sostenida”, dijo Llambias.
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