Los principales desafíos de un año distinto

El 2019 perfila ser un año con nuevos modelos de negocios y métodos constructivos que nos permitirán poder ser competitivos e innovadores no solo en la calidad de terminaciones sino también en poder reducir los tiempos de entrega de nuestros desarrollos.

Respecto a las oportunidades, en un mercado amesetado como el de los últimos años hay que buscar corredores y distritos que potencien la inversión en tierra y que tengan una demanda latente a nivel usuario final.

Esto es lo que ocurre en todo el eje liberador de la zona norte. La principal ventaja es que hay una muy buena oferta de lotes en los que los desarrolladores podemos ofrecer proyectos de escala con amenities tipo country pero en el casco urbano.

A la hora de analizar qué pasará con los precios, los valores de las propiedades no deberían tender a la baja. La explicación es que en los emprendimientos de gran envergadura el componente dólar en la calidad de los materiales y la carencia de productos nacionales para su reemplazo, son un componente importante para que se sigan sosteniendo los valores. Sumado a lo mencionado, vale aclarar que el proceso inflacionario de aumento de costos de los materiales y mano de obra, que está sufriendo el país, no reflejará una baja de precios por lo menos a corto plazo.

Por Ezequiel Leibaschoff, Sábado 9 de febrero de 2019
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION

El techo propio – Un desafío que demanda mucho tiempo

Sólo una de cada 10 familias accedería a su departamento en las condiciones actuales, en un plazo de hasta 15 años.

La casa propia es un bien preciado al que muchas familias no pueden acceder o en algunos casos, después de muchos años, pueden lograrlo con gran sacrificio. De cada diez familias argentinas, si se les consultara, ocho se definirían como de clase media. Una categoría difusa, que más allá de los números refiere a factores culturales, a un conjunto de valores y aspiraciones compartidas: un buen trabajo, capacidad de consumo, el auto y la casa propia son claves de esa identidad.

Pero si una pareja de clase media típica, de unos 26 años, con un hijo pequeño, ubicada en el promedio de ingresos del segmento, hoy buscara comprar un departamento en Buenos Aires, del tipo estándar, de dos dormitorios y 60 m2, terminaría de pagar su primera vivienda a los 60 años.

Con las condiciones actuales, sólo una de cada diez familias argentinas podría acceder a un departamento dentro de un plazo razonable y no sería precisamente de clase media.

Desarrollo socioeconómico

Semanas atrás se conoció la actualización que realiza la Consultora W sobre la distribución de la pirámide socioeconómica argentina. El cruce de esos datos con la información de mercado procesada para el Índice.CIA de la Cámara Inmobiliaria Argentina permite trazar un mapa de la accesibilidad a la vivienda aquí y ahora.

Esto es, la pirámide socioeconómica traducida a m2. Cuántos m2 de vivienda podría comprar por mes una familia ubicada en la media de cada grupo, si asignara a eso un tercio de sus ingresos. Y los años que le llevaría entonces acceder a aquel departamento.

“Para las familias y las empresas constructoras, desarrolladoras e inmobiliarias, entre otras, para la salud de nuestras ciudades, de su economía y los mercados, es claro que este escenario hiperconcentrado no es razonable, no es sustentable. Cruzada tanto por factores macro como por cuestiones propias, la dinámica inmobiliaria, la de la vivienda en particular, ha alcanzado niveles de distorsión estructural sumamente complejos que es necesario revertir”, comentó Marcelo Satulovsky, director de Investigaciones FEDI de la Cámara Argentina Inmobiliaria.

Consolidar dinámicas genuinas, inclusivas, masivas y sustentables es el objetivo. “Pero, más allá del contexto o del próximo cambio de escenario, es claro también que lograr un resultado diferente requiere pensar hacer las cosas de manera diferente”, amplió Satulovsky.

¿Qué se viene pues para la actividad en 2016/2020? es la pregunta que se suele escuchar. Y Satulovsky respondió: “Lo que individualmente y como sector seamos capaces de generar ahora, en el año actual. El desafío es aprovechar el tiempo”.

Es un año de transición, un buen momento para repensar con sentido crítico y creativo, la producción y la gestión urbana inmobiliaria. “Para rediseñar las lógicas, los modelos de negocios y las prácticas en la cadena de valor. De nosotros depende”, agregó el director.

Según las pautas habituales en la última década, sólo una de cada diez familias podría acceder actualmente a su vivienda en un plazo de hasta 15 años.

Mientras, otras dos están fuera de toda posibilidad. “Entre uno y otro extremo, seis de cada diez familias argentinas requieren de 34 a 70 años para llegar a su departamento”, expresó Satulovsky.

Las familias que tienen ingresos de 4185 pesos por mes, “el ingreso promedio de este segmento sólo permitiría comprar tres cm2 por mes, extendiendo todo al impensable plazo de 150 años para llegar a un departamento”, concluyó.

Por Moisés Resnick Brenner, Sábado 25 de abril de 2015
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION