Ciudad verde

La ciudad sufre un importante déficit de espacios verdes y al aire libre. Para intentar revertir esta situación, el gobierno porteño planea llevar adelante calles de “convivencia”.

Ante la falta de espacios verdes y de esparcimiento para la vida en contacto con la naturaleza, el gobierno de la ciudad prevé la instalación de 40 puntos denominados de convivencia. 

Estas calles estarán en los barrios porteños que cuenten con menor superficie para el desarrollo de la vida sana al aire libre. 

De acuerdo al relevamiento de espacios verdes por habitante realizado en 2019 por la Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Hacienda y Finanzas porteño, en la ciudad hay 6,2 metros cuadrados de espacio verde por habitante, mientras que las recomendaciones de organismos internacionales sugieren entre 10 y 15 m² por ciudadano.

De aquí se desprende que los barrios más afectados son Almagro y Boedo, ambos con 0,2 m2 por habitante y le siguen Balvanera y San Cristóbal con 0,4 m2 por habitante. Esta deficiencia quedó mucho más expuesta con la llegada de la pandemia. 

El proyecto contempla la creación de patios de juegos con equipamiento recreativo, canchas de fútbol-tenis, postas aeróbicas, anfiteatro con áreas de descanso, y espacios de usos múltiples. 

Estas calles de convivencia serán planteadas como un punto de encuentro para los vecinos, en donde puedan desarrollar diferentes actividades recreativas, disminuyendo en estos sectores el tránsito vehicular.

El primero en desarrollarse será el corredor de avenida Honorio Pueyrredón, en el barrio de Caballito, el cual se extenderá en un trayecto de 8 cuadras, en las que se disminuirá la cantidad de carriles. 

Este modelo comenzará a gestarse en enero de 2022, y se espera que esté finalizado para el mes de diciembre.

Por Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar
Martes 30 de Noviembre de 2021
Publicado en Real Estate Data

Cómo el verde puede aumentar el valor de una propiedad

No es necesario disponer de grandes superficies para apelar al paisajismo; la clave pasa por generar espacios funcionales que sean percibidos como un ambiente más; los costos y qué hay que tener en cuenta.

El paisajismo es una buena alternativa a la hora crear nuevos espacios en una casa. También funciona como un disparador a la hora de valorizar una propiedad. La buena noticia es que no es necesario contar con un gran lugar verde para recurrir al paisajismo. Las nuevas técnicas y tendencias ofrecen opciones convenientes aún en lugares reducidos. La clave pasa por diseñar sitios funcionales y atractivos, que agregan valor. “Las propiedades que cuentan con un parque diseñado con criterio y diversidad de espacios y sectorización resultan seductores para los compradores exigentes”, dice Gabriel Bisignano, paisajista y jardinero de la empresa especializada GB Sur Verde. “Una propiedad demanda un tiempo de construcción que oscila entre los ocho meses y un año dependiendo del tipo de obra. Cuando finaliza ese plazo la casa está terminada, mientras que en el caso de un espacio verde, en ese momento, comienza la vida de ese proyecto, y sólo el tiempo y el buen mantenimiento logrará alcanzar el proyecto planeado”, diferencia Verónica Fabio, presidente del Centro Argentino de Arquitectos Paisajistas y profesora titular de Vegetación II de la Licenciatura en Planificación y Diseño de Paisaje de la Universidad de Buenos Aires (Fadu-UBA / Fauba). “Es que para el paisaje, la variable del tiempo, es decir los años, agregan valor, Por eso cuando las propiedades se tasan tienen un plus por “su añosa arboleda o por un parque impecable”, agrega.

El ingeniero agrónomo Carlos Thays, manager del prestigioso estudio Thays -de larga tradición en paisajismo- señala que actualmente los espacios exteriores cobran un rol muy importante en las urbanizaciones y complejos edilicios. “Hoy la gente compra paisaje. En general, se trata de desarrollos donde se prevé que el índice habitacional será exponencial y por lo tanto los espacios al aire libre son de todos los que habitarán ese lugar, como parte de su jardín y de vivir en comunidad”, afirma quien, siendo la cuarta generación familiar dedicada al rubro, conoce muchos de los secretos de los jardines y parques modernos.

El paisajista plantea las diferencias a tener en cuenta de acuerdo a las dimensiones: en espacios pequeños la clave es desviar la atención de los límites y prestar mayor atención a los detalles y terminaciones. En estos casos, dice, se diseña desde un punto de observación más cercano y estático, con visuales de mayor definición en el diseño y materialidad. Cuando se trata de sitios grandes, propone jugar con las escalas y las perspectivas, crear y diferenciar visuales para darle mayor interés al recorrido. Para Hernán Siwacki, socio de la desarrolladora Capital Brokers Propiedades, la gente cada vez más compra experiencias, vivencias, situaciones que le generan un disfrute y que aportan valor agregado a la compra. “A través del paisajismo esto puede ocurrir, por eso cada vez más desarrolladores buscan crear estas experiencias para sus compradores, modificando sus proyectos con este recurso, generando además una mejor calidad de vida para los futuros propietarios o inquilinos”, relata.

Entre las ventajas, los especialistas, afirman que un emprendimiento con paisajismo se venderá más rápido y a mayor precio que aquellos que no se ocuparon del verde. Claro que también hay que tener en cuenta que el valor del servicio de diseño por metro cuadrado ronda los $ 4500. Un número que puede resultar costoso pero que es relativo cuando se prevé una valorización promedio de la unidad de entre 10 y 15 por ciento .

Para Jonathan Kasbarián, técnico jardinero de Verde Profundo, el paisajismo permite ganar espacios en sectores aburridos u olvidados que quedaban fuera de las actividades de la casa. En otras palabras, “pasan a tener relevancia y se convierten por ejemplo en un punto de reunión. Además, la propiedad se revaloriza porque en el caso de querer venderla, el posible comprador detecta a ese lugar como un ambiente más, que no necesitará rediseñar”, relata.

Árboles, rocas, canteros, livings o cocinas al aire libre, piscinas ecológicas, huertas o jardines verticales son algunas de las alternativas que brinda el paisajismo a la hora de planificar espacios verdes en una casa o en un edificio. “El principal elemento vegetal para revalorizar una propiedad son los árboles; cuantos más añejos sean mayor será el valor que añaden a las propiedades. De todas formas, hay que considerar que cuenta mucho su estado fito- sanitario, es decir si está sano o enfermo”, aclara Bisignano. Otros elementos naturales que aumentan los costos son las rocas de grandes tamaños en materiales como el pómez, el mármol, y las piedras como el berilo, la turmalina, la pirina, el cuarzo y el hialino -un tipo de vidrio negro-. Además hay elementos no vegetales cuya utilización está en auge como por ejemplo, el acero que se utiliza en maceteros, canteros altos o para borduras y contenciones de niveles de terreno. “Una forma innovadora de revalorizar la propiedad es incorporando en el exterior algún ambiente interno de la casa, por ejemplo construir un living o una cocina, para esto se suelen usar materiales combinados con maderas o pisos flotantes de PVC”, agrega Bisignano. También se puede recurrir a la realización de una piscina ecológica o natural, que son aquellas en las que para lograr la calidad del agua se recurre a un sistema de depuración natural; y que además tienen un impacto muy favorable en el ambiente, no usa químicos y se consideran naturalmente beneficiosas para las personas. Las cascadas son otros de los elementos recurrentes en paisajismo y su instalación puede arrancar en los $ 9000.

El equilibrio entre interior y exterior juega también un rol fundamental. El arquitecto Matías Goyenechea, titular del estudio a su nombre, con experiencia en casas en clubes de campo y viviendas con jardín, plantea que en sus trabajos conecta el interior con el exterior, generando espacios dentro-fuera, patios internos, metiendo el verde al interior y a su vez extendiendo muros y pisos al afuera. ” Hoy los espacios verdes se diseñan para ser vividos. Conceptos como los perfumes, la huerta o las plantas adaptadas al medio ambiente se vuelven cada vez más relevantes a la hora de diseñar”, afirma la paisajista Gabriela Trivelloni, con enorme experiencia en el rubro. “Hoy están imponiéndose jardines silvestres, naturales con vegetación nativa que no requiere mantenimientos costosos porque estas plantas están originalmente adaptadas al clima y suelos por lo que no son afectadas por enfermedades tan comunes en los jardines y que si sufren y requieren mayor inversión para su mantenimiento”, agrega Bisignano.

Las huertas resultan otra alternativa para revalorizar una propiedad que responde a la tendencia actual del cuidado en la alimentación. El valor dependerá del tamaño, y para los que no tienen suficiente espacio, las huertas pequeñas en cajones son una alternativa bastante económica que se venden a $ 4500.

Los jardines verticales que se colocan en interiores o en exteriores está entre las opciones más elegidas para patios traseros que suelen estar delimitados por muros y resultan poco luminosos. En estos casos, es clave que el paisajista recurra a especies que se adapten a la poca luz. “La ventaja de los jardines verticales es que al colocarse sobre las paredes no importa el tamaño del ambiente; se adaptan a todo tipo de espacios”, señala Kasbarián. Una medida de jardín vertical muy utilizada es la de ocho metros cuadrados que tiene un costo de $36.000.

Por Silvina Vitale, Sábado 23 de diciembre de 2017
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION

El verde mantiene su atractivo de siempre

Con un incremento en los precios de entre 8 y 12 por ciento en dólares en el último año, los barrios cerrados atraen a los compradores con opciones de financiación.

El éxodo hacia los barrios cerrados, en busca de aire, verde y paz no fue sólo un boom de décadas pasadas, sino una tendencia a la que hoy se suma un público cada vez más joven que buscan resignificar la vida en los suburbios. Con el paso de los años, el tejido conurbano fue adquiriendo nuevas formas y creando un entorno cuyo paisaje confluye con una mezcla de destinos residenciales y comerciales permitiendo a muchos de sus habitantes no sólo vivir sino también trabajar lejos de la city porteña. Sin embargo, la situación del mercado inmobiliario también impactó en este sector. “Si bien parece que hay mucha oferta, lo concreto es que en los últimos dos años casi no se lanzaron nuevos barrios cerrados. La demanda fue adquiriendo el stock de lo que se fue desarrollando y hoy encontramos un público a la expectativa de nuevos lanzamientos aprecios de pozo y con nuevos diferenciales”, explica Gonzalo Monarca, presidente de Grupo Monarca.

Los precios, por su parte, aumentaron entre 8 y 12 por ciento en dólares en el último año. Hoy el ticket para acceder a un lote con una casa de cuatro ambientes, pileta y un garaje promedia los US$ 350.000, indican fuentes del mercado.

La financiación como diferencial

Cada barrio tiene su particularidad y no sólo su ubicación es la carta de diferenciación, sino también su nivel de desarrollo, los amenities y su consolidación urbana. Pero en los últimos meses las diferentes maneras de comercialización, ya sea a costo fijo o bajo la figura de fideicomisos al costo, se convirtieron en un anzuelo para atraer a la demanda. Juan Carlos Oddino, desarrollador de Haras del Sol en Pilar afirma que siempre existe espacio para nuevos desarrollos pero aclara que es clave que respondan a las necesidades de las familias. “El que pueda percibir y captar esos cambios generarán más atractivos sus proyectos”, resalta. En su caso ofrece planes de financiación, tanto en casas como en lotes, de hasta 120 meses de plazo. “Más allá de las tipologías lo único que va a determinar el éxito de los nuevos emprendimientos será la financiación a largo plazo, por ese motivo, cada vez más desarrolladores de tierra, proponen financiar a diez años y así dinamizar el sector y acortar el proceso de cierre de las operaciones”, detalla Hernán Nucifora, director de Nucifora Propiedades.

Sin ir más lejos, La Reserva Cardales Resort Country Club, el desarrollo inmobiliario del Grupo Frali, anunció hace unos meses un plan de 60 cuotas de financiación. “Es una forma de dar la oportunidad de invertir en un barrio consolidado. En este caso, brindamos una financiación con un plazo de hasta 5 años”, explica. Sean Duggan, gerente Comercial del grupo. Agrega que la opción que se ajusta a una amplia variedad de compradores: familias jóvenes que buscan calidad de vida, inversores que quieren resguardo de capital, personas que viven en los alrededores pero que buscan un barrio con acceso directo sobre Panamericana”. El programa de 60 cuotas fijas se abona 40 por ciento al boleto y el saldo restante en 60 cuotas fijas, mensuales iguales y consecutivas. Se ofrecen también planes a 36 meses y otros de 10. En el caso de pago de contado se pueden obtener importes bonificaciones. El boleto se firma en dólares y se puede abonar en pesos.

En el sur Pedregales de San Vicente también se vende financiado. Ofrece “Plan Tuyo”, una opción para comprar la vivienda de forma inmediata, con posibilidad de usar créditos hipotecarios, hasta en 120 cuotas con pequeño ingreso. Así se puede comprar 1 lote y la casa, o solo la casa si la persona ya tiene el lote en el barrio.

La zona norte, fue siempre sinónimo de barrios privados. Escobar y Tigre hoy continúa el impulso de desarrollos de Pilar. Las zonas tradicionales atraen a un consumidor que busca un producto consolidado que mirá poco el precio y pone el foco en la construcción de marca del desarrollo.

Fuera de Pilar, Tigre continúa siendo la zona de mayor expansión. Atrae la ubicación, los accesos, y la posibilidad de acceder a una alternativa de deportes náuticos. Nordelta es el paradigma de este tipo de desarrollos en el corredor norte. Allí todos los años se generan nuevas propuestas para atender la demanda que sigue queriendo pertenecer a esa “ciudad pueblo”. “En Nordelta, la venta de lotes y casas es sostenida y casi no sufrió el impacto del parate del sector. Actualmente viven 40.000 personas en un desarrollo pensado para más de 100.000”, explica Nucifora. “Sólo en Nordelta, queda todavía un 50 por ciento de capacidad para desarrollar nuevos barrios. Hasta que no se acomoden todas las variables, la gente va a apostar a proyectos en barrios y zonas consolidadas que le garanticen una rápida revalorización de su inversión”, indica el broker.

La zona de Escobar también comenzó a crecer con el desarrollo de Puertos. La ciudad ideada por Eduardo Costantini, que comenzó a gestarse en 2010, tiene siete barrios de lotes desarrollados, un lago central de 200 hectáreas, los primeros habitantes establecidos, escuela náutica, dos colegios y servicios. El proyecto se arma sobre 1450 hectáreas, contará con 5000 lotes desde 500 m2 hasta 1400 m2 -llevan vendidos 4500-.

Pilar también se expande hacia el norte. Nuevos colegios, condominios y shoppings son un indicador de que las zonas tradicionales ya tienen su propia sinergia. La ampliación de la autovía 8 dio un gran impulso ala radicación de nuevos emprendimientos. “Otro de los factores que incidió en el crecimiento de la zona fue la incorporación de nuevos servicios, infraestructura y comercios, antes sólo centrados en el pueblo de Capilla del Señor y hoy diseminados en la zona”, agrega Jorge SantaMaría, titular de ISM Inmobiliaria, comercializadora de La Macarena, Chacras de la Reserva, entre otros barrios . “Las zonas tradicionales crecen. La fuente de clientes son amigos que compraron y las familias que quieren tener cerca a sus seres queridos”, finaliza Esteban Edelstein Pernice, Director de Castex Propiedades.

Por Lorena Guarino, Sábado 3 de diciembre de 2016
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION

En el corazón de Villa Luro, un corredor verde

Ramón Falcón, en el tramo que se convierte en avenida, es uno de los sectores preferidos de los desarrolladores.

La ciudad de Buenos Aires cuenta con un puñado de coquetos bulevares que parecen mantenerse al margen de la vorágine cotidiana a la que se encuentra sometida la gran ciudad. Uno de los que en los últimos tiempos captó la atención no sólo del público, sino también de los desarrolladores es el tramo en que Ramón Falcón se convierte de calle en avenida, desde el 5400 al 5800. Este sector se transformó en uno de los pequeños polos inmobiliarios del corredor oeste de la Capital Federal.

En esa traza de tan sólo 500 metros, donde los palos borrachos se convierten en uno de los principales atractivos, se multiplican los inmuebles residenciales. Actualmente allí conviven cerca de una decena de edificios (tres de los cuales con superficies que superan los 5000 m2 cada uno) que se encuentran en distintas etapas de construcción. “Este rincón porteño creció aceleradamente en los desde 2007, con edificios de gran nivel y unidades exclusivas, que convirtieron al bulevar en uno de los lugares más pintorescos de la Capital”, explicó Jorge Reale , gerente de la firma homónima, con más de 25 años de trayectoria en la zona. Y agregó: “Tan sólo en los últimos años se levantaron aquí una media docena de edificios”.

La zona que se caracterizaba por ser un área residencial y tranquila de casas bajas, hoy experimenta una notoria mutación fisonómica que en muy poco tiempo le sirvió al barrio no sólo para ganar en altura, sino también para sumar nuevos vecinos provenientes de sectores próximos de la ciudad de Buenos Aires y de algunas localidades de la zona oeste del GBA.

“Actualmente el público está muy segmentado; los que quieren vivir en propiedades bajas buscan viviendas a un par de cuadras de Ramón Falcón, que allí suelen ser más amplias y las que no cuentan con jardín tienen terrazas. En cambio, los que son adeptos a las construcciones en altura encuentran una gran oferta en las calles que flanquean el bulevar. Allí existen alternativas costosas con todo el confort y el diseño, y propuestas más accesibles sin servicios ni amenities, pero casi todas con muy buen nivel constructivo”, comentó Oscar Labastié, socio gerente de la sucursal Tizado, de Villa Luro.

Para Juan Augusto Ciocale, socio del estudio Ciocale-Ciocale (tercera generación de arquitectos-desarrolladores), este cordón de edificios es un nexo entre la dinámica y el ruido de la avenida Rivadavia, y la tranquilidad del barrio. Los brokers consultados coinciden en que este sector podría compararse -desde el punto de vista inmobiliario- con la avenida Pedro Goyena (Caballito) a pesar de que esa arteria no cuenta con bulevar. Seguí leyendo “En el corazón de Villa Luro, un corredor verde”

Punta Chica – Entre el río y el verde, una zona que mantiene su fisonomía

Como casi no se puede construir allí, se extienden los límites para levantar edificios de dos o tres niveles cerca de esta zona; muchos de los que la eligen son jóvenes, cuyas familias han echado raíces en el eje norte.

Aunque el Tren de la Costa ya no es lo que era, la estación de Punta Chica conserva su encanto original. Allí, en un cafecito que suma el verde pastel de sus puertas y ventanas a los vigorosos verdes de los árboles que lo rodean, desayuna Vicky Casaburi, 24 años, productora de un programa televisivo de deportes. “Todas las mañanas, antes de ir al estudio paso por acá a tomarme un licuado Bikers -de frutilla, durazno, naranja, pomelo- con alguna medialuna o masita.

Lo hago mientras leo los diarios y adelanto algo de laburo. Vivo con mi pareja a un par de cuadras, pero sigo esta rutina desde mi época de universitaria, cuando todavía estaba en la casa de mis papás, en un club náutico. Adoro esta zona, los días de semana retranquila y sábado y domingo se llena de gente linda que viene a disfrutar de los restaurantes y barcitos cercanos al agua, pero el clima del lugar siempre tiene algo de vacacional, de festivo”, concluye Vicky que, de algún modo, parece resumir el sentir de muchos otros residentes del lugar.

“Punta Chica no es oficialmente un barrio en el sentido que pueden serlo Belgrano o Caballito. Es un retazo netamente residencial del corredor norte; se extiende desde la Avenida del Libertador hasta el río y desde la calle Uruguay hasta la calle Del Arca, partido de San Fernando. Sin embargo, también se conoce como Punta Chica al sector de Beccar que va desde la Avenida del Libertador hasta el río y desde la calle Uriburu hasta la divisoria del partido. Tanto es así que la propia estación Punta Chica del Tren de la Costa se encuentra situada por mitades entre los partidos de San Fernando y San Isidro”, aclara Carlos Scarpati, titular de la firma que lleva su nombre y que opera en la zona. Seguí leyendo “Punta Chica – Entre el río y el verde, una zona que mantiene su fisonomía”