El sector, que hasta hace poco se caracterizaba por casas bajas y chalets, actualmente cuenta con modernos complejos de condominios.
A ocho cuadras de la avenida Rivadavia y a tres de Avda. de Mayo, en el sector sur de Ramos Mejía, un tradicional barrio residencial de chalets y de casas bajas se ha revitalizado con el desarrollo de un moderno complejo de condominios, único en la zona. El que se desarrolla en los terrenos de dos manzanas que pertenecieron a la antigua hilandería y tejeduría Danubio, cerrada en los primeros años de los 80 por una crisis económica.
El desagradable aspecto que ofrecía la fábrica abandonada “era una invitación a la suciedad y a la inseguridad”, dice Alicia Sánchez, vecina de la zona, que prosigue: “Las nuevas edificaciones le cambiaron la cara al barrio y se revalorizaron nuestras propiedades”.
Otro vecino, Juan Carlos Parra, relata: “Entre los años 50 y 70, esa textil era referente del barrio porque empleaba a más de 1500 operarios que trabajaban en tres turnos todos los días del año, y la mayoría vivía en los alrededores”. Recuerda que “no era necesario que usáramos relojes porque nos guiábamos por el sonido de la sirena que indicaba el horario de cada turno”.
El cambio de imagen se debe a Vilanova Ramos Mejía, un innovador desarrollo de alta gama y el primero en su tipo que se establece en la zona. Ocupa dos manzanas delimitadas por las calles Alvear, Saavedra, Rondeau y Dr. Iannone, más la apertura de Tacuarí entre ambas manzanas. “En la primera etapa se construyeron 185 unidades con variadas tipologías (entre monoambientes y departamentos de 3 dormitorios), en planta baja y dos pisos, cuidando el entorno con su diseño urbano, retiros parquizados, más completos amenities de categoría, un jardín central y cocheras, con mayoría de compradores que son jóvenes vecinos y de mediana edad de 20 cuadras a la redonda”, refiere Gustavo Llambías, titular de la comercializadora RED Consulting & Management. Seguí leyendo “Ramos Sur, un eje que rejuvenece”