Los complejos top con servicios durante todo el año proponen una oferta de unidades que seduce a los inversores; cuánto se revalorizaron los emprendimientos.
“Durante el lanzamiento vendíamos los primeros lotes a US$ 5000 que se financiaban a tres años y que hoy se ofrecen a US$ 25.000”, explica Mateo Salinas, presidente de la desarrolladora y agrega que en el caso de las tierras más cercanas al mar, el ticket en el 2009 oscilaba los US$ 60.000 y hoy se venden a US$ 200.000. El proyecto está ubicado en el kilómetro 380 de la ruta 11, entre Pinamar y Cariló. Posee distintos barrios y áreas residenciales diseñadas de forma que quedan bien delimitadas las áreas de alta densidad de las de baja. Hoy desarrollan el primer complejo de cuatro edificios que ofrecen departamentos dedos, tres y cuatro ambientes con terraza en donde el valor del m2 promedia los US$ 2200 que pueden adquirirse por suscripción. Tres ya están colocados y se está presentando el cuarto con 35 unidades de 73 m2 promedio. “Este emprendimiento de descanso junto al mar surgió como solución a la saturación estructural que experimentan Cariló y Pinamar”, señala Juan Carlos Bartolomé, director del proyecto que en julio lanzó y suscribió el 100 por ciento del barrio Maritimo 3, 160 lotes con acceso directo y a pocos metros de la playa. “En un mes se suscribió por completo, lo que es un claro reflejo de que la gente sigue apostando al mercado inmobiliario”, afirma Bartolomé.
Salinas agrega que desde el lanzamiento del proyecto en 2004 se suscribieron US$120 millones, que hoy producto de la revalorización del proyecto representan US$ 300 millones.
Otro proyecto del área es El Salvaje que demandará US$ 15 millones yen el que ya se invirtieron US$ 5 millones. Un emprendimiento de chacras marítimas en 379 hectáreas ubicado en el kilómetro 427 de la ruta 11 del que ya se vendió el 50 por ciento de los lotes en la primera etapa. Es un predio abierto, está implantado en una zona residencial extraurbana aprobada por el Municipio de Villa Gesell y se proyectó en función de una muy baja densidad de población. Cuenta con tres zonas de uso residencial unifamiliar, áreas deportivas y club náutico, zona comercial de cuatro hectáreas y zona hotelera, que se acceden en forma directa desde la ruta.” Hay 120 familias que ya son propietarias. Las obras de la primera etapa están avanzadas en un 90 por ciento y para mediados de 2017 se comenzarán a construir las primeras propiedades”, explica Guillermo Cervini, titular de BPK, empresa desarrolladora y constructora con experiencia en el mercado residencial, industrial, comercial y de salud entre otros.
Pensado para otro tipo de demanda, en San Bernardo, Debra García, titular de la inmobiliaria homónima, menciona que actualmente cuenta con departamentos a estrenar de uno a cuatro ambientes, en venta con amplias facilidades y financiación. “La oferta va dirigida a un sector integrado por asalariados que pueden pagar una cuota”, define la broker con un portfolio integrado también por departamentos en otros balnearios cercanos como Mar de Ajó y Costa Azul, además de San Bernardo. ¿Precios? El rango es amplio: desde los US$ 41.000 hasta los US$125.000, monto este último que corresponde a departamentos de calidad, muy bien ubicados y con cochera. “Son unidades nuevas Aue compiten con lo viejo del mercado, prácticamente al mismo valor”, aporta García.
Finalmente, Mar del Plata presenta una situación similar. Según informa el vicepresidente del colegio de martilleros y corredores públicos local, Horacio Espatolero, actualmente se está haciendo entrega de las unidades premium, con desarrollo en auge durante los últimos años. “¿Barrios privados o urbanizaciones cerradas? Nada nuevo, aunque sé que hay algunos proyectos en espera de aprobación por la zona de Los Acantilados”, contesta al ser consultado por estos productos.
Con más de 600.000 habitantes -es la séptima ciudad de la Argentina en términos poblacionales; la tercera de la provincia-, también en Mar del Plata hay expectativas por las repercusiones positivas que traería consigo el blanqueo de capitales, Pero así como ante el futuro cercano hay optimismo en parte del sector, también están los escépticos. Según dicen, temen el impacto negativo que tendría la suspensión de los fines de semana largos sobre el mercado. “Aquellos que buscan rentabilidad, desistirán de Invertir en un departamento en la costa ante la falta de potenciales turistas”, reflexionan. “Aquí, cualquier cosa que afecte al turismo golpea a cualquier otra actividad”, sintetizan.
Por Victoria Aranda, Sábado 21 de enero de 2017
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION