El sector vecino al SoHo crece de la mano de los desarrollos comerciales; se construyen edificios con unidades pequeñas y medianas; su accesibilidad es clave.
Alguna vez, a ese sector de Villa Crespo delimitado por las avenidas Corrientes, Juan B. Justo, Córdoba y Scalabrini Ortiz se lo quiso vincular con su vecino Palermo Viejo; de hecho, no faltó quien intentó ponerle un nombre de fantasía ligado al barrio en el que nació Jorge Luis Borges, hasta que una disputa judicial terminó por acomodar las cosas. Y más allá de las comparaciones, lo cierto es que esta zona va sintiendo el derrame del auge que experimenta Palermo, y sus calles arboladas y de veredas amplias van viendo cómo se suman nuevos emprendimientos comerciales y residenciales.
Y en este crecimiento también tiene que ver la zona de outlets que se instaló en los alrededores de lo que es la intersección de Aguirre y Gurruchaga, que se suma a la construcción del Metrobus y la prolongación de la línea B de subte, que le otorgaron un nuevo esplendor a este barrio tan tradicionalmente porteño.
“Esta parte de Villa Crespo tiene la ventaja de gozar de una ubicación privilegiada, ya que está cerca de dos de las principales avenidas de la ciudad (Córdoba y Corrientes), próxima al corredor de Juan B. Justo y con innumerables medios de transporte que la alcanzan”, expresó Martín Pelach, titular de M. Pelach Propiedades.
“El barrio siempre se caracterizó por ser una zona residencial, a la que en los últimos años se le anexaron en uno de sus extremos los outlets. Y este desarrollo comercial afectó directamente el mercado de viviendas, especialmente en el segmento que tiene como centro las calles Aguirre y Gurruchaga, ya que se creó un corredor de locales comerciales (outlets de marcas Premium) que le dieron mucho movimiento y que, al mismo tiempo, revalorizaron el mercado inmobiliario del barrio”, agregó Eduardo Bertolotti, gerente de la sucursal Villa Crespo de E. Bertolotti Operaciones Inmobiliarias.
Marcelo Goldstein, socio gerente de Goldstein Propiedades, coincidió con este punto de vista: “Con el surgimiento de los outlets, grandes cadenas y marcas de renombre internacional abrieron locales en el barrio. Esto generó un gran crecimiento que trajo mayores servicios para cubrir las nuevas necesidades de la gente que visita el barrio. Este impulso se apuntaló en nuevos emprendimientos que se construyeron sobre terrenos, galpones y viejas casonas, lo que generó un cambio muy positivo y sostenido. Paralelamente, se dio una transformación respecto de los orígenes de Villa Crespo: se pasó de un barrio tranquilo con casas de familia a lo que podemos denominar como un gran shopping a cielo abierto”, comentó.
Mercado activo
Así, la zona sigue creciendo en un mercado que parece no escapar a las generales de la ley. Lo explica Bertolotti: “Si bien está un poco lento, el mercado está activo, con muchos clientes con capital que buscan concretar operaciones. Como en todos lados, las propiedades que están en precio se están vendiendo en dólares y sin problemas”.
A lo que Goldstein agregó: “El volumen de operaciones en la zona refleja lo que ocurre en el mercado inmobiliario en general: la necesidad de confianza que requiere cualquier inversión a mediano y largo plazo. Sin perjuicio de esto, la explosión comercial de la zona mantiene activa las operaciones. En cuanto a inmuebles familiares se destacan los nuevos emprendimientos, con posibilidad de pago en cuotas”. “El mercado ha estado en continuo crecimiento en estos últimos cuatro años. Si bien geográficamente no deja de ser parte de Villa Crespo, este sector surge como un desprendimiento de Palermo al encontrarse éste como un barrio que llegó a su techo en cuanto a posibilidades de desarrollo e inversión. Esto favoreció el surgimiento de esta zona”, agregó Delpech.
Y esa proximidad con el vecino Palermo quizá sea lo que hace que sea preferido por un público joven, de entre 30 y 45 años, que busca su primera vivienda, y también parejas y familias con hijos chicos que quieren tranquilidad y espacio.
Esto genera que la demanda principal se base en departamentos pequeños, de uno y dos ambientes con detalles de categoría, y algunos -pocos- más grandes; también se da una amplia oferta de unidades flexibles y estudios. Obviamente, el segmento de departamentos desde el pozo es quizás el de mayor movimiento.
“En lo que hace a viviendas, calles como Serrano, Acevedo y Vera son las más pedidas por la demanda -aseguró Delpech-, y las operaciones que más se concretan son de unidades pequeñas a estrenar; los apto profesional o estudios funcionan muy bien en el sector más próximo al subte B.”
“Para vivienda, no hay calles que se busquen específicamente, sino que lo que los compradores quieren son veredas bien iluminadas, con movimiento todo el día y con fácil acceso para entrada y salida de vehículos”, agregó Bertolotti.
Aquellas casonas tradicionales
Paralelamente a los nuevos desarrollos que se dan fundamentalmente en las proximidades de las avenidas, existe un mercado muy atractivo para las propiedades antiguas, que son especialmente buscadas por quienes quieren reciclarlas (fundamentalmente en las calles más próximas a Palermo SoHo) y también por quienes buscan construir desarrollos de viviendas o comerciales.
“La demanda fundamental de este tipo de inmuebles se da en la zona de outlets para construir locales, mientras que en las demás calles se busca para levantar proyectos de departamentos. En este sentido, el valor de la tierra está en los US$ 550 de incidencia por m2 de construcción, dependiendo en cada caso de las características puntuales de cada terreno”, explicó Goldstein.
“Los lotes se buscan siempre para construir. Según la ubicación y la cercanía que puedan tener con el subte, el Metrobus y las avenidas se puede dar una incidencia mayor a nivel precios”, agregó Berolotti.
“Hay mucho pedido de terrenos en la zona, siempre y cuando el valor de la incidencia sea interesante para el desarrollador. Nosotros estimamos que no debería superar los US$ 500. Por otra parte hay un público amante de las casas antiguas que no desiste de venderlas por el valor afectivo y único que tienen; claro que los precios varían mucho si una propiedad sobre un lote propio se encuentra en una zonificación de baja o alta densidad para construir según el FOT que determina el Código de Planeamiento Urbano”, finalizó Pelach.
Precios
Al referirse a los valores, los brokers consultados mostraron disparidad. Goldstein, por ejemplo, comentó: “En usados está alrededor de US$ 1800 el metro cuadrado, mientras que cuando hablamos de propiedades a estrenar podemos decir que está en torno de los 2200 dólares”.
Bertolotti no se mostró tan de acuerdo y fue más allá: “La verdad es que no existe un número ni un rango preciso, ya que con apenas una cuadra de diferencia el metro cuadrado puede pasar de valer 30.000 a 15.000 pesos”.
Para Delpech, “el valor del metro cuadrado nuevo oscila entre US$ 2100 y 2200, mientras que en los usados varía, pero podemos considerar un rango de entre 1700 y 1900 dólares”.
Por Diego Cuneo, Sábado 05 de octubre de 2013
para el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION