La demanda invierte en estas playas y adquiere una segunda vivienda para disfrutar en el tiempo libre en cualquier estación del año.
“Llegué a Gesell en brazos de mis padres, hace más de cincuenta años. Ahí vi por primera vez el mar y allí pasé cada verano de mi infancia y adolescencia. En una de esas vacaciones, con el que era mi novio y ahora es mi marido, nos acercamos hasta Mar de las Pampas para tomar el té en Viejos Tiempos, que empezaba a hacerse famosa por su incomparable terraza entre las copas de los árboles y por sus exquisitas tortas. En los alrededores no había prácticamente nada, pero me enamoré de la playa con horizontes bien lejanos, del bosque silencioso con sus pinos, eucaliptos, cipreses. Compramos un terreno, construimos y, hace 21 años, mi hija estrenó caminata sobre la arena en Mar de las Pampas. Alguna vez leí que Villa Gesell es la hermana mayor y Mar de las Pampas, Mar Azul y Las Gaviotas, las menores. Me pareció una buena imagen, estos balnearios pertenecen todos al municipio de Gesell, pero tienen muy distinto perfil. Incluso me animaría a decir que Mar de las Pampas terminó acercándose más a las expectativas de Carlos Gesell que la misma Villa”, narró Sofía Ceballos, que se prepara para inaugurar temporada en su casa de la calle Albatros.
Y parece conocer bien de qué habla, en Villa Gesell, el pavimento, las camionetas y los cuatriciclos terminaron ganándole a la arena; las construcciones en alto a las casas rústicas al estilo de las de su fundador, y el ruido de los boliches a la serenidad del bosque, que aún se conserva, en la inaugural zona norte. En Mar de las Pampas, en cambio, todas las calles son de arena, no se puede alcanzar el mar con la 4×4 y tampoco construir edificios de más de 12 metros. Para talar un árbol hay que contar con permiso municipal y en su reemplazo hay que plantar dos; no hay espacio para boliches ni fiestas en la playa. Pero los jóvenes marpampeanos en busca de noches agitadas entre pares pueden trasladarse apenas unos diez kilómetros y disfrutar de la movida gesellina, sobre todo a esa hora, ya casi territorio exclusivo de adolescentes tempranos y tardíos.
Así y todo, los inicios de estos dos balnearios tienen bastante en común. Mientras que en la década del 60 llegaron a Gesell cantidad de jóvenes hippies que buscaban una vida comunitaria en contacto con la naturaleza, Mar de las Pampas nació como proyecto inmobiliario en 1957, pero luego de forestarse la zona hubo que esperar 30 años para que se empezara a lotear. Se pobló entonces con personas que, en muchos casos, dejaron un buena posición en la ciudad para abrir una cálida hostería o un pequeño restaurante junto al mar. Como les gusta decir a los primeros habitantes, cambiaron el vértigo urbano por la vida slow .
Hoy, cada uno de estos dos balnearios tiene su público y un mercado de propiedades que se mueve a ritmo propio, aunque los brokers representativos de la zona suelen trabajar en las playas de todo el municipio.
Brokers cerca de las olas
“En Villa Gesell, el mayor volumen de operaciones de compraventa se efectiviza entre marzo y octubre, teniendo un flujo casi nulo en los meses de temporada alta. Esto se debe a que los propietarios interesados en vender suelen decidir la comercialización de sus inmuebles una vez terminado el período de mayor rentabilidad. Es así en Gesell y también en Mar de las Pampas”, explicó José Luís Martínez, profesional a cargo de Haus Propiedades-Villa Gesell.
Lo confirman Pedro Roncoroni y Daniel Di Maulo, de Roncoroni Propiedades, que de todos modos señalan diferencias considerables entre las operaciones que se realizan en estas dos localidades. “Tenemos oficina en ambas playas y sabemos que las dos no sólo proponen distintos tipos de vacaciones, también son diferentes las construcciones, comodidades y, por supuesto, los valores que ofrece cada localidad”, expresó Roncoroni. Y completó: “La misma casa cuesta en Gesell un 30% menos que en Mar de las Pampas y eso es aplicable a compraventa lo mismo que a alquileres de temporada”.
Las casas de piedra y madera con techos a dos aguas que caracterizaron a Mar de las Pampas en sus primeros años, “hoy son superadas por otras de estudiadísimo diseño y calidad”, afirmó Marcela Sáenz, titular de Estudio Sáenz Propiedades, que opera específicamente en Mar de las Pampas, Mar Azul y Las Gaviotas. “Es muy difícil estipular valores promedio para una de estas propiedades. Como en gran parte de la costa atlántica, además de la jerarquía de la construcción tiene alta incidencia en el costo la distancia al mar. Una casa promedio a 800 metros de la playa alcanza un valor de alrededor de 140.000 dólares. La misma casa cerca del mar puede llegar a los 400.000 dólares o incluso 500.000 dólares al pie del médano. En esta última ubicación, un terreno de 675 m2, unifamiliar, se cotiza en 160.000 dólares y puede llegar a costar -a nueve cuadras del mar- 40.000 dólares. La construcción promedio está entre 1000 y 1200 dólares el m2.”
Valores
“Un chalet estándar en la zona norte de la ciudad con una distancia no mayor a tres cuadras de la playa tiene un precio promedio de 100.000 dólares y, en ubicación similar, en la zona sur de la Villa el valor puede rondar los 75.000 dólares. Este es el parámetro base, pero estos valores pueden triplicarse según la calidad y ubicación del inmueble”, comentó Martínez.
Roncoroni, por su parte, estima que en zona norte el promedio está en un rango de entre 150.000 y 170.000 dólares, y en la zona sur entre 120.000 y 150.000 dólares. Mientras que en el centro, un departamento de un dormitorio se cotiza en unos 70.000 dólares promedio.
En temporada
A punto de largarse la temporada 2012, los operadores consultados aseguran que hay un alto porcentaje de propiedades alquiladas en todo el municipio. “Diría que hay un 25% más de ocupación que a fines de 2010”, concluyó el responsable de Haus-Villa Gesell. En cuanto a los costos de los alquileres vacacionales, en la Villa no se consiguen propiedades por menos de 3000 pesos por quincena y un buen departamento para cinco personas no baja de 8000 pesos por ese mismo período. En Mar de las Pampas, una linda casa para cinco personas, puede valuarse entre 10.000 y 18.000 pesos por quincena.
Como bien comentó Ceballos, “dos propuestas diferentes que no sólo tienen que ver con posibilidades económicas, también con las necesidades propias de cada etapa de la vida. Aunque, al mismo tiempo podría decirse que las de estas playas son ofertas complementarias. Los espíritus más inquietos, en algún momento, necesitan de cierta placidez. Por otra parte, aun las personalidades más tranquilas suelen buscar alguna sensación extrema. En estos mares, con andar unos kilómetros todos encontramos de todo”.
Perfil
“Compramos un terreno, construimos y, hace 21 años, mi hija estrenó caminata sobre la arena en Mar de las Pampas. Alguna vez leí que Villa Gesell es la hermana mayor, y Mar de las Pampas, Mar Azul y Las Gaviotas, las menores. Me pareció una buena imagen, estos balnearios pertenecen todos al municipio de Gesell, pero tienen muy distinto perfil”, dijo Sofía Ceballos.
Paula Goméz, 17 de diciembre de 2011
Publicado por La Nación.