El resultado de las últimas elecciones legislativas, los hechos sociales desatados en este mes y las novedades en materia de política económica plantean a todos los actores del mercado varias preguntas sobre el futuro que tenemos por delante.
¿Cambiará el modo que el Gobierno tiene de entender la economía? ¿Se producirá una apertura por escuchar las voces disidentes? ¿Se corregirán los errores o se seguirá creyendo que todo estuvo bien hecho? ¿Habrá un estilo menos confrontativo y más cooperativo para resolver los grandes problemas nacionales? A todas estas inquietudes tratan de encontrar respuesta los actores del mercado, tanto los desarrolladores como los comercializadores; los inversores, los vendedores y los compradores; los usuarios y los expertos. Podríamos abreviar todas esa inquietudes cuestionándonos si estamos ante una etapa de cambios, en la cual habrá algunos ajustes menores o si realmente nos aproximamos a un fin de ciclo.
Tenemos dos años por delante hasta 2015. Es el tiempo mínimo que lleva la preparación, la formulación, la evaluación y la ejecución de un proyecto inmobiliario. No se debe olvidar que entre la fecha en que estamos concibiendo un proyecto y la que éste saldrá a la venta pueden transcurrir muchos meses y hechos relevantes. Todo un desafío. Se trata de concebir emprendimientos que se venderán en el futuro en un escenario dinámico.
Ante la ausencia de oportunidades que ofrezcan una cobertura frente a la desvalorización de la moneda nacional se dinamiza la demanda de activos que sirvan como reserva de valor. Está claro que los inmuebles (nuevos, usados o en construcción) ocupan un lugar privilegiado, debido a que como es sabido resultó un buen refugio en el pasado y que ofrece un razonable nivel de liquidez. También el dólar es una alternativa muy elegida por los argentinos para refugiar los ahorros y es la alternativa para los ladrillos para la gran mayoría de los agentes económicos.
Sin duda, todos los actores de la sociedad estarán expectantes por si se toman las medidas de fondo que ataquen las causas de los desequilibrios macroeconómicos. En este contexto, los profesionales inmobiliarios tendrán que tomar decisiones validando con su experiencia e intuición, para hacer una adecuada lectura de la realidad..
Por Héctor D’Odorico (Presidente de CUCICBA), Sábado 21 de diciembre de 2013
para el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION