Alquileres, una historia sin fin

A partir de julio comenzó a regir el índice de actualización de alquileres propuesto por la nueva Ley; en lo que va del mes ya alcanza el 46% y se calcula que para agosto rozará el 50%.

Un 18% de la población de Argentina es inquilina, y un gran porcentaje de ellos tiene un contrato firmado bajo los términos de la nueva Ley de alquileres, y muchos ya deben estar calculando el ajuste de acuerdo con el índice de actualización anual que dispone esta norma.

A partir de este mes, al cumplirse un año de la tan nombrada Ley de Alquileres, que sigue generando críticas, comenzó a utilizarse la fórmula de actualización de los valores de alquiler que surge de un índice brindado por el Banco Central.

A medida que avanzan los meses se exponen con mayor fuerza los efectos negativos que produjo en el mercado, y principalmente en los inquilinos, que hoy son los principales damnificados. 

En el año y medio que sobrellevamos los efectos de la pandemia, con una inflación mensual que promedia el 3%, y las subas del dólar blue que modifica nuestra economía, en donde la palabra ahorro parece haberse esfumado de nuestro diccionario, hacer frente al pago del alquiler es la principal carga en la economía de una familia tipo. Casi un 50% de los ingresos familiares se utilizan para abonar el pago únicamente del valor de la vivienda. 

En lo que va de este mes, los incrementos basados en la ecuación que surge del 50% de la evolución de la inflación y el 50% de la evolución del salario de un trabajador estable, ya alcanzaron el 46% y se espera que para agosto su porcentaje de actualización ronde el 50%.

Es decir que en un alquiler cuyo valor inicial era de $27.000 pesos argentinos, el alquiler para el segundo año pasará a ser de $39.420 pesos argentinos. El inquilino cuyo nivel adquisitivo muy probablemente se vio depreciado durante estos últimos 12 meses, o quizá bajaron sus ingresos porque disminuyó su actividad laboral, debe, de un mes al otro, según nuestro ejemplo, contar con más de $12.000 pesos argentinos para cubrir el alquiler de su vivienda. 

Estos números suponen una complicación en el presupuesto de la mayor parte de la población de inquilinos. Y otro punto importante a tener en cuenta es que durante el 2020, con la implementación de esta Ley, junto con la inseguridad que provocaron en los propietarios las medidas que congelaron los alquileres, se impulsó un aumento notable en los valores iniciales.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se concentra la mayor cantidad del total de inquilinos, los valores de los inmuebles se incrementaron, en el último año, en promedio un 60%, superando a la inflación; algo que no sucedía desde hace mucho tiempo.

El informe que realizó el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), detalla que el alquiler de un monoambiente en CABA, que tuvo un aumento del orden del 47% en el último año, hoy cuesta $28.000 pesos argentinos. Si lo comparamos con el valor del Salario Mínimo Vital y Móvil, que es de $27.216 pesos argentinos, nos muestra que con el sueldo mínimo podríamos solventar el 97% del alquiler. Esto sin tener en cuenta los demás gastos que acarrea una vivienda, expensas, servicios, entre otros. Siendo irónicos, la buena noticia es que el salario mínimo en el mes de agosto se incrementa a un poco más de $28.000 pesos argentinos. Si se sostiene el valor de este monoambiente, podríamos abonar con nuestro sueldo el 100% del alquiler.En los primeros meses de la Ley nos tocó vivir el primer efecto, la retracción del mercado. Los propietarios retiraron sus inmuebles de alquiler, provocando un déficit ante el aumento de la demanda. El segundo impacto fue la suba de precios, como efecto inmediato a la regulación de los valores implementados y la imposibilidad de no poder realizar ajustes semestrales. Y ahora nos toca ser testigos del tercer impacto y quizá el más complejo, la actualización, que fue pensada para que no supere a la inflación y que acompañe los salarios; una utopía para la realidad de la economía de nuestro país. Alquileres, una historia que hasta el momento, parece no tener fin.

Por Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario.
Martes 27 de Julio de 2021
Publicado en Real Estate Data