El aislamiento obligatorio fue, para las inmobiliarias, “sobre llovido mojado” tras un largo período de escasez de operaciones. No obstante, según una encuesta de Áreas Globales, la comunicación no se interrumpió, y para algunos, florecieron contactos on line y charlas por diversos canales para mantener el músculo activo, hasta el momento de la apertura.
Mario Gómez, titular de Le Bleu e integrante del Colegio Profesional Inmobiliario, sostuvo que “todo el mercado procuró mantener la comunicación con sus clientes, e informados a sus prospects, que, por otro lado, están destinándole más tiempo a navegar en Internet y a las redes sociales. El tema es que, se eligieron canales diferentes para hacerlo. El canal de los portales inmobiliarios, que es un canal de ventas, se utilizó menos (los principales portales bajaron un 30% las propiedades publicadas) y se buscaron otras vias, tendientes a reforzar una relación de más largo plazo con el cliente”.
¿Cómo reaccionaron los clientes?
-El cliente está expectante. La humanidad entera está ante un nuevo paradigma que nos induce a estar prontos a cambiar de plan y obliga a replantear todo de cero. El cliente no sabe cuánto tiempo llevará la normalización de la economía. Y además, está claro que la gente necesitará solucionar otros problemas antes de volcarse nuevamente a la compra de inmuebles. Si pensamos que los grandes motores de la demanda de inmuebles (uso e inversión), ambas están ralentizadas. La demanda de uso depende del crédito y de las condiciones en el mercado de trabajo (creación de empleo de alto poder adquisitivo). La inversión de la generación de excedentes en la economía y de la confianza. Todos estos factores están afectados por la crisis.
¿En el caso de las compraventas, hubo disposición a visitar las propiedades on line para ir avanzando?.
Hasta el momento, la actividad inmobiliaria no está entre las actividades exceptuadas de la cuarentena. Por lo tanto, sólo se pueden utilizar los medios que la tecnología proporciona para avanzar en el proceso comercial. Quienes tuvieron un mayor acceso a la tecnología, pudieron capear mejor esta tormenta. Esta experiencia resultó un gran ejercicio para enfrentar los desafíos de esta nueva década. Nos dejará a todos un inmenso aprendizaje. Queda en evidencia nuestra vulnerabilidad que deja al descubierto lo endeble que son nuestros proyectos, prioridades y planes; y la necesidad de reinventarse constantemente. Sin estas capacidades, será muy difícil seguir trabajando en el mercado que viene.
¿Se produjo un parate total, o hubo público interesado en mantener negociaciones?
– En medio de un mercado ralentizado, es probable que aparezcan oportunidades. Los momentos más bajos del ciclo suelen presentar oportunidades. Habrá desarrolladores inmobiliarios dispuestos a vender unidades a precio de costo, a fin de obtener el financiamiento que necesitan para finalizar sus emprendimientos y habrá propietarios de unidades usadas que tengan necesidad imperiosa de vender.
Asimismo, es de esperar que el comportamiento no sea homogéneo. Los mercado más consolidados serán los menos permeables a bajas de precio (los agentes económicos prefieren deshacerse de los activos que consideran de peor calidad). Veremos una gran polarización: mientras que algunos mercados, productos y áreas geográficas experimentarán sobreoferta, habrá otros en los que se seguirá construyendo y el mercado absorberá esa obra nueva. Será fundamental el profesionalismo de los corredores inmobiliarios para analizar caso por caso y valuar conscientemente cada inmueble. Será necesario evitar las generalizaciones. Los compradores en el nuevo contexto económico se van a mover selectivamente según la bondad de cada inmueble. No todo se va a vende, no todo se va alquila, no se convalidará cualquier precio y aquellos que sepan identificar adecuadamente las nuevas oportunidades de negocios tendrán mayores posibilidades de consolidarse en un entorno cada vez más competitivo.
Jorge Antúnez Vega, de la firma homónima, coincide en que están “trabajando permanentemente con nuestros clientes manteniendo el contacto de la mejor forma posible. Ellos entienden la situación, ya que es algo que nos afecta a todos.
Respecto de las compraventas, indicó que las consultas están presentes, de los distintos segmentos del mercado, con el compromiso de que una vez levantada la cuarentena, se podrán coordinar las visitas. Aunque respecto a los precios “es difícil dar apreciaciones en este contexto”.
Rafael Baigún, de Baigún Operaciones Inmobiliarias, estimó que se enfrenta un parate “prácticamente total ya que veníamos con un mercado bastante paralizado, si bien las negociaciones que estaban en marcha están a la espera de cerrarse una vez concluido el aislamiento”.
Aunque se realizan visitas on line, toda conversación está supeditada a la inspección de la unidad en el momento que sea posible. Toda la comunicación circula por medios electrónicos y toda la gente de la oficina preparada para hacerlo desde sus casas
Pero, dice Baigún, “ los clientes se encuentran totalmente paralizados comprendiendo la situación sin exigencias fuera de lugar”.
Por su parte, Francisco Altgelt, vicepresidente de Altgelt Negocios Inmobiliarios, confirma que los números responden a una tendencia generalizada, al menos en la ciudad de Buenos Aires. Para el corredor, “en marzo tuvimos la mitad de contactos respecto a enero y en lo que va de abril un 95% menos. El mercado está paralizado”.
Contrario a lo que podría pensarse, la imposibilidad de transitar y de concurrir personalmente a los locales de las inmobiliarias no ha generado, sin embargo, un aumento en las consultas online. Altgelt, por último, señala de manera tajante que hoy “no hay consultas, ni al teléfono de la inmobiliaria (que lo derivamos a un celular) ni a través de los portales”.
Jueves 23 de abril de 2020
Publicado en Indicadores y Finanzas de www.areas-digital.com.ar