Emergencia nacional por la falta de políticas oficiales

El déficit de vivienda en nuestro paíis debería ser consierado una emergencia nacional. Lamentablemente no se elabora una política nacional de vivienda, sino que se hace política preelectoral con la vivienda.-

Si la Cámara de la Construcción con la Unión Obrera de la Construcción (Uocra), la Sociedad Central de Arquitectos, el Centro Argentino de Ingenieros y la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA) elaboraran un plan nacional de viviendas, con planes de financiación genuinos de las empresas constructoras en plazos razonables y que el público demandante las pudiera pagar, sin necesidad de intervención del Estado nacional, interviniendo solamente para instaurar la seguridad jurídica en nuestro país, para que los constructores que financien con hipotecas de saldos de precio esas viviendas pudieran ejecutarlas ante la falta de pago, seguramente podríamos dar un gran ejemplo desde la actividad privada.-

¿Por qué no analizar los planes de vivienda instaurados en la provincia de San Luis, que funcionan desde hace años, pues si son buenos para esa provincia, ¿por qué no se los puede adoptar a nivel nacional, pero siempre desde la actividad privada?

Nuestro país fue construido con el esfuerzo, el ingenio y la fuerza de la actividad privada. Así se fundaron pueblos que luego fueron ciudades con planes de financiación propios de los constructores y sólo en algunos años intervino el Banco Hipotecario Nacional con algunas financiaciones de planes de viviendas, que a la finalizacion de esos créditos por cada metro cuadrado que había prestado el banco sólo recibía de vuelta algunos pocos centímetros, ¿Por qué razón? La demagogia de los gobiernos de turno que utilizaban (cuando era del Estado) al Banco Hipotecario como herramienta comercial de la política, no les importaba las pérdidas que la entidad acumulaba.

Existen en el país algunos ejemplos de empresa privadas en la construcción de viviendas populares, sólidas y bien construidas (ej.en la provincia de Córdoba).

Cuando don Silvio Gesell comenzó vendiendo los terrenos que luego conformarían la ciudad de Villa Gesell, los comercializaba con lo que dio en llamar Plan Galopante: si el que compraba el terreno en 100 cuotas construía su vivienda dentro de los primeros 24 meses quedaba cancelado su saldo deudor. De este modo Gesell, un pionero, logró que se construyeran en su loteo cientos de casas en pocos años y dio el impulso inicial para esa villa, que hoy es una gran ciudad.-

Hay tantos ejemplos en todo el territorio nacional de acciones desde la actividad privada en la construcción de viviendas que sería muy extenso y tedioso enumerar.-

Se advierte hoy que se sigue construyendo en todo el país viviendas de todo tipo, pero fundamentalmente dirigidas a los inversores que no saben dónde colocar su dinero y que una vez terminadas se le hace difícil comprar a los consumidores finales que en la mayoría de los casos recurren a los créditos o préstamos de los miembros de la familia, pues también es difícil calificar para obtener un crédito hipotecario bancario. Entonces son los familiares y amigos los que vienen en auxilio de esos compradores.

Ante estos pensamientos soy de los empresarios que considera que no debemos pedirle nada al Estado nacional, ni que subsidie tasas bancarias ni que entregue fondos de todos los ciudadanos para los que necesiten vivienda. Creo que sólo el Estado nacional debe dejar de intervenir en contra de la actividad privada e instaurar defintivamente la seguridad jurídica.

Armando Pepe – Presidente del Servicio de Ofertas Múltiples SOM.
Publicado por La Nación, 22 de octubre de 2011