Es tiempo de empezar a comprar

El sector inmobiliario y de la construcción, desde el cepo cambiario, atraviesa una recesión sin precedente. La iniciativa del Gobierno sobre la problemática de la vivienda se focaliza sólo en el plan Procrear, que en la práctica no tiene ningún impacto sobre el nivel de actividad del sector privado. Ya nadie discute que para ver cambios habrá que esperar al nuevo ciclo que debería generar el próximo gobierno.

El mercado de capitales se adelanta a esta percepción y allí se ven inversores del exterior que por años habían ignorado por completo a las compañías locales y a sus activos financieros. Nuestra preocupación concreta es qué pasará con el mundo de los bienes raíces. No hay tampoco certidumbre respecto del valor relativo actual de los inmuebles, que a juzgar por el poder adquisitivo de los argentinos, la renta por alquileres, la inflación y la recesión general y sectorial deberían percibirse como caros y propensos a sufrir un acomodamiento hacia abajo. En los últimos tiempos, las propiedades bajaron no menos de un 10%, y en Buenos Aires ya están muy por debajo de San Pablo, México D.F. y Montevideo.

Cuando vuelvan los dólares al país, a partir de 2015, ¿qué pasará con los inmuebles? Algunos argumentan que la gente dejará de percibir a los ladrillos como la única opción de bajo riesgo, cuyo derecho de propiedad nunca fue ultrajado y cuyas valuaciones resistieron la adversidad, entre otras cosas porque es un mercado sin deuda. Esta corriente de opinión sostiene que la gente empezará a optar por inversiones financieras más atractivas por estar muy afectadas por el riesgo político actual, de modo que los valores de los inmuebles bajarán hasta llegar a estabilizarse en un nivel acorde con la renta por alquileres. Si ingresaran inversores de afuera y la gente trajera sus ahorros terminarían en el Real Estate, dado que los argentinos no invierten en la Bolsa. El 80% de las transacciones son de usados para uso propio. Por lo demás, si volviera el crédito hipotecario, el poder de compra de las familias subiría, en la medida que se controlara la inflación. Hay dos hipótesis contrarias sobre el futuro sectorial. Para quienes comulgan con la visión optimista, no hay duda que es necesario poner en marcha los proyectos antes de fin de este año. Los otros deben vender a la brevedad. Mi opinión personal: es tiempo de empezar a comprar.

Por Damián Tabackman (Presidente de APPI), Sábado 7 de junio de 2014
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION