Existen diferentes fines a la hora de cotizar un inmueble

No es lo mismo relevar el precio de una propiedad para resolver un trámite que para destinarla a la venta.

El sinceramiento fiscal motivó algunos cambios en el comportamiento de las personas y dejó entrever algunos costos que antes pasaban desapercibidos. Por caso, Fernando Ledo, director de la inmobiliaria Bullrich, cuenta que aunque no recibieron la cantidad de consultas que esperaban; sí concretaron varias tasaciones. “Hicimos desde valuaciones de un departamento chico hasta paquetes de tasaciones de locales comerciales. En la mayoría de los casos, cobramos entre uno y dos cada mil. Es decir, si la propiedad vale US$1 millón, el cliente nos paga entre US$1000 y US$ 2000 más IVA por el informe”, explica.

Carlos Esteban, presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de la Provincia de Buenos Aires, cuenta a La Nación que en las últimas dos semanas se hicieron 150 tasaciones diarias por distrito provincial. En total estima que son 45.000 informes por montos promedio de $1,5 millones cada uno. “Estoy escuchando gente que se queja porque tiene que pagar por la tasación y no son valores elevados. Al dueño de un departamento que vale un millón de pesos se le cobra entre $ 1000 y $5000 según la ley bonaerense 10.973”, ejemplifica Esteban, que acaba de hacer una tasación de 45 unidades en un edificio nuevo en Bahía Blanca y cobró por todos los informes $ 40.000. “Cuando el trabajo es grande se trata de bajar el precio”, dice.

Mariano Oppel, presidente de Oppel, aclara que hay dos tipos de tasaciones: la que sirve para cerrar una operación inmobiliaria y la que se hace para resolver un problema o un trámite como por ejemplo el sinceramiento fiscal, una división patrimonial y herencia o sencillamente para hacer una hipoteca. “Cuando una inmobiliaria trabaja con un cliente incluye el honorario de la tasación en el total del servicio prestado y cobra ese servicio al final del negocio. Sin embargo, si hay que hacer una división familiar o un informe para blanqueo, sólo necesitan la información porque no hay transacción detrás”, explica Oppel. Tanto él como muchos de sus colegas trabajan con una suerte de crédito a favor del cliente en estos casos. “Si es una persona con la que la inmobiliaria ya cerró operaciones en el pasado y tiene que blanquear una casa, le cobramos la tasación y le damos crédito. Cuando vuelva a buscarnos por una compra o venta, se le repone lo que pagó por el servicio. Lo cierto es que es la forma de apostar de que operen con nosotros en el futuro”, agrega.

Los números de Adrian Khon y de su socio, Ezequiel Hodara, directores de Baires Brokers Servicios Inmobiliarios, son positivos. Aunque presiden una inmobiliaria chica en Cañitas, Belgrano, duplicaron en un mes la cantidad de tasaciones que hacen habitualmente. “Se multiplicaron las consultas y a nuestros clientes históricos les cobramos una suma fija, aunque dentro de los parámetros que indica la ley”, dice Khon. Las inmobiliarias pequeñas suelen tener tarifas planas para cobrar estos servicio, y según Esteban, del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de la Provincia de Buenos Aires, no es contraproducente que así sea. Pero aclara: “lo que no admitimos es que se haga de manera gratuita”.

Así las cosas, el mercado inmobiliaria prepara la cancha para un “movido” 2017 . Entre entusiasmados y expectantes, los referentes esperan que arranque el movimiento en un sector muy golpeado desde la aplicación del cepo. “Además, la buena noticia es que el mercado inmobiliario es dinamizador de la economía en general, razón por la que tendrá efectos expansivos sobre otros sectores”, confía Mel. El blanqueo, la promesa del crédito masivo y la expectativa de una inflación más acotada prometen mejores tiempos.

Por Julieta Tarres, Sábado 12 de noviembre de 2016
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION