Mar del Plata, con su magnetismo intacto.

Con precios que se incrementaron en un 15%, las reservas son altas para estas vacaciones.

MAR DEL PLATA.- En términos turísticos, la temporada marplatense está en marcha desde las primeras horas de diciembre. Con el despliegue y la demanda de servicios que proporcionó la XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, la que acercó nutridas delegaciones de casi 20 países, más la primera compañía teatral ya en escena y los balnearios con los primeros clientes en sus carpas y sombrillas, toma impulso un verano prometedor.

Los fines de semana largos, tanto el tradicional de octubre como el más reciente y novedoso de noviembre, permitieron acercar y confirmar clientes que pasarán el verano aquí durante los próximos tres meses.

Tras aquel último feriado, desde el Colegio de Martilleros y Corredores Públicos confirmaron que la mitad de las unidades en alquiler para enero ya tenía contratos cerrados. Las dos semanas transcurridas desde entonces permitieron cerrar más contratos, vía teléfono o Internet, para llegar a esta segunda quincena de diciembre con un nivel de reservas aceptable.

Si se tiene en cuenta que, tal cual ocurrió en las últimas temporadas, buena parte de los alquileres se cierra bien cerca de las Fiestas o con turistas que viajan sin reserva previa, el panorama es alentador.

Esa demora, para muchos, suele ser casi una estrategia para lograr mejores precios: llegan a último momento y juegan con las necesidades de aquellos propietarios que ven pasar las horas y desesperan porque lo mejor del verano está a un paso y su cliente no aparece.

También aquí, como ocurre en el resto de la costa bonaerense, hubo un especial pedido de las autoridades para que los valores de los alquileres no acompañen la escalada inflacionaria de este año. La suba sugerida por los martilleros fue de un 10%, aunque la realidad indica que los precios se acomodaron un escalón más alto: más cerca del 15% y con casos que rondan el 20 por ciento.

La oferta inmobiliaria de Mar del Plata tuvo un fuerte crecimiento en los últimos años a partir del auge que lograron los edificios de departamentos. Primero fueron las torres premium frente al mar, hoy concluidas casi en su totalidad, con sus unidades integradas al mercado y sin demasiados espacios disponibles para levantar otras nuevas, al menos en los sectores más pretendidos como Playa Grande, Centro y La Perla.

“No son muchos los departamentos premium que han salido en alquiler, pero sí son los que más temprano y por mayor período tuvieron contratos”, explica el martillero Alejandro Acámpora. Se estima que el 20% de esas unidades no estará ocupado por sus dueños. El despliegue de andamios, plumas y máquinas hormigoneras continúa ahora con otros edificios de departamentos, que sin ser aquellos cargados de amenities buscan un estándar de categoría y ubicaciones tentadoras, como las cercanías del centro comercial Güemes, Chauvin, La Perla y los altos de los campos de golf de Playa Grande. Miles de unidades que saldrán al mercado en los próximos veranos.

Son, precisamente, las zonas más buscadas por los clientes de temporada. Al menos las que tienen mejores presupuestos. En las inmobiliarias ratifican que las propiedades sobre la costa tienen buen nivel de reservas. “Muchos son clientes que confirman unidades que ya alquilaron alguna vez y también aparecen algunos turistas que llegan luego de temporadas anteriores en otros destinos”, explicó Guillermo Barrera, que tiene su inmobiliaria en Playa Grande. Es de los que considera que el movimiento está, en la misma fecha, algo mejor que en 2009.

En estas zonas se ofrecen departamentos de un dormitorio desde 3000/3500 pesos la quincena y promedian los 6000 pesos los de dos dormitorios. Un chalet en estos barrios tradicionales y residenciales, con jardín y piscina, puede valer 800 a 1000 pesos por día (se alquilan por quincena o mes). Por supuesto son valores apenas referenciales y que varían mucho según la ubicación, el estado y las comodidades de cada inmueble.

Este 50 a 60% de alquileres concretados que confirma el Colegio de Martilleros no es el mejor número posible, pero tampoco preocupa. Es que ya se volvió costumbre que durante diciembre se cierre un alto porcentaje de contratos y el resto, entre los últimos días del año. De hecho, según explicaron en varias inmobiliarias, algunos clientes de la primera quincena de enero aceptan precios sin rebajas, pero piden como bonificación que se les entregue el departamento un par de días antes, para instalarse el 30 o 31 y pasar aquí fin de año.

La tendencia de los períodos cortos se mantiene y es mayoritaria. En especial en los sectores de clase media, que opta por departamentos pequeños y céntricos que tienen valores de 2000 pesos quincenales si son monoambientes, y del orden de los 3000 si tienen un dormitorio y 4000 con dos.

Néstor Gonnet es el principal operador de la ciudad en el mercado de alquileres de departamentos por temporada. “Estamos a esta altura igual que en 2009, con la misma cantidad de reservas”, dice. Se refiere a un 65% de contratos cerrados para enero. Admite que los precios subieron entre un 15 y 20% respecto de la temporada anterior. Y que si bien algunos propietarios aspiran a valores superiores, se los pudo convencer para mantener precios competitivos que garanticen la ocupación de cada unidad.

EN SINTESIS, LA COSTA ATLANTICA

Nadie duda de que a lo largo de la costa atlántica se asoma una buena temporada. Que merezca o no un calificativo más generoso dependerá, sin duda, del movimiento en alza que se espera para estas próximas semanas.

Destinos como Cariló y Mar de las Pampas son los que mejor rendimiento tienen a la fecha. Un poco por su propuesta de mar, bosque y tranquilidad, y otro tanto porque su oferta inmobiliaria es más limitada que la de otros balnearios vecinos de mayor magnitud. Para enero tienen tomado casi el 90% de sus plazas.

En Pinamar, los operadores coinciden en que las reservas para el primer mes del año se aproximan al 70%, mientras que en Mar del Plata, más de la mitad de casas y departamentos en oferta para este verano, ya tiene inquilinos.

Aparece en escena una clientela con varias caras nuevas, muchas de las cuales se las veía durante cada verano en playas de Brasil y Uruguay, y hoy quizás empujados por el nuevo escenario económico y cambiario no dudan en buscar un proyecto a la medida de sus necesidades.

Los aumentos aplicados tienen un promedio del 15% en toda la costa atlántica. Sólo algunos dueños se animaron a fijar subas del orden del 20% y dicen que no sólo por la inflación, sino a partir de mejoras que realizaron a sus propiedades. La propuesta de la costa atlántica, además de sus playas y atracciones turísticas, suma este verano el auge de nuevas construcciones. Sólo en Mar del Plata se edifican por estos días más de 350 desarrollos. Cariló estrena más de 60 casas y otras tantas se habilitan en balnearios de la zona. Si a esto se suma el crecimiento en el rubro de aparts y cabañas, el resultado es un crecimiento significativo de las variantes para el alojamiento de viajeros. El despliegue de estos complejos no es casual porque se trata de nuevas tendencias en las que aparecen viajeros decididos a vacacionar por períodos más cortos con variedad de servicios.

El dilema lo plantea febrero. Si bien hay consultas, todavía es muy lento el nivel de reservas para esos días.

La confianza está puesta en los importantes descuentos que se prevén para el segundo mes del año. Se anuncian rebajas de hasta un 30% con respecto a enero. Pero hay otro detalle que no juega a favor: en Capital Federal y varias provincias, las clases comenzarán el año próximo el 28 de febrero. “Eso significa que para el 20 se nos termina la temporada”, admite Gonnet.

Darío Palavecino, 11 de diciembre de 2010.
Publicado por La Nación.