Las claves para venderle a un millennial

Es una generación que busca departamentos pequeños en proyectos con amplias áreas comunes para sociabilizar; qué tener en cuenta para que una unidad de 30 metros cuadrados sea confortable.

El diseño y la arquitectura viven una revolución. Ahora deben aggionarse para suplir las necesidades de un público que está transformando al mundo inmobiliario. Se trata de los millennials, jóvenes de entre 20 a 35 años que cambiaron la forma de vivir y habitar. Las investigaciones sustentan por qué este segmento es un “blanco” clave para los desarrolladores. Según datos de Gallup, el 64 por ciento de los jóvenes no se encuentra en relación de pareja. Las tasas de matrimonio disminuyeron hasta un 10 por ciento en la década pasada -mientras estas disminuyen, las parejas sin formalizar aumentaron del 7 por ciento al 13 por ciento-. Además, los jóvenes solteros han crecido drásticamente el nivel de convivencia con “compañeros de cuarto”. Un fenómeno que da la pauta del avance de un estilo de vida diferente: colaborativo y comunitario. La forma de estudiar, trabajar, viajar y vivir está cambiando drásticamente. Para el 2020 se espera que el 40 por ciento del trabajo sea freelance y remoto.

Al entrar a un departamento habitado por un joven de esa generación se puede trazar con facilidad el perfil de quien vive allí. Adictos a la tecnología, preocupados por la cultura ambiental y ecológica, críticos y exigentes en el diseño y en muchos casos promotores del home office. “La innovación y la originalidad son valores que esa generación busca en los proyectos. Esto lo contemplamos ofreciendo diseños que se adapten a las necesidades de los usuarios. Hoy es importante que las propuestas sean armónicas, que se integren con el paisaje, que exploten la luz natural y que estén al servicio de las necesidades de quienes van a habitar el espacio”, sostuvo Sebastián Friedman, socio de la desarrolladora BrodyFriedman.

Las opciones que hay en el mercado evidencian importantes diferencias con las viviendas tradicionales. Por empezar, los ambientes y sus usos son distintos, pero también lo son el diseño y sus artefactos. “La eficiencia en el uso de los espacios, donde en el lugar que habitan sucedan muchas cosas distintas en diferentes momentos del día conlleva a que se articulen de una manera mucho más fluida que en las casas tradicionales”, analizó Laura Romanello, especialista en arquitectura sustentable. ¿Cómo se grafica esto? Los millennials buscan ambientes integrados que permitan, según sus necesidades, abrir o separar las áreas sociales y privadas. “Es un segmento que busca emprendimientos con unidades de 30 metros cuadrados sin portería en los que las expensas ronden los $1200. Además los halls suelen estar decorados en línea con esa generación con grafitis y bibliotecas con adornos “, explicó el desarrollador German Lejtman, quien avanza con tres proyectos sobre la calle Bauness con oferta que unidades que van desde los 23 metros cuadrados hasta los 43 y unidades de 3 ambientes de 54 metros cuadrados – que se venden en pozo a US$2300/m2 y a US$3000/m2 terminados-. “No importan tanto los metros cuadrados sino como se puede armar un mobiliario adecuado para aprovechar los ambientes al máximo”, agregó Diego Lejtman, su socio. En otras palabras, cada espacio es estudiado y optimizado, cada lugar tiene una función. “El departamento pasa a ser un espacio activo, en donde su perímetro se encuentra en constante movimiento, al permitir modificar sus muebles cambiando el uso con distintos programas”, detalló la arquitecta interiorista Evangelina Calzetta. La especialista baja a tierra el concepto: son unidades con cocinas integradas con barras que resuelven doble función, una cena con amigos o largas horas de trabajo con alguna notebook, divisiones en madera iluminadas que dividen un dormitorio de un estar, contienen la TV Led cuyo giro permite ser visto de ambos lugares. ” El uso de colores cálidos, grandes ventanales, algún grafiti en blanco negro y la iluminación puntual. Todo ayuda a crear una atmósfera, que nos transporta al Soho Neyorkino, o nos referencia a nuestro porteño Palermo”, agregó Calzetta.

Pero hay aún más detalles, que no son un tema menor en época de fuertes aumentos. “La iluminación natural, la artificial eficiente y los sistemas constructivos que reducen el consumo de energía son muy importantes para esta generación, ya que les permitirá mantener la vivienda a muy bajo costo. Lo mismo ocurre con los artefactos sanitarios, como la doble descarga en inodoros, las griferías de bajo consumo o el reúso de agua de lluvias”, agregó Romanello.

Estos espacios proponen diseños funcionales y equilibrados Fuente: LA NACION - Crédito: Mauro Alfieri

El mobiliario también debió adaptarse a estos cambios. Deben ser: fácil de transportar, livianos, plegables y multifuncionales. Porque donde se trabaja, se come, se está con amigos y se recibe clientes. Una mesa funciona como escritorio y como desayunador. Puertas corredizas agrandan u ocultan ambientes. La mutación de los espacios es fundamental. Pero además, las viviendas deben adecuarse a las nuevas tecnologías. Por eso, los enchufes que se colocan cuentan con USB para conectar los dispositivos. Computadoras, Ipad y celulares, todo se carga a la vez. Y para que no sea un caos de cables ya se están aplicando dispositivos de recarga inalámbrica. En muchos casos, la hiperconexión los lleva a transformar sus casas en viviendas inteligentes, priorizándolo incluso para arriba de otros aspectos como la cantidad de metros cuadrados. ” Es una generación que busca que el celular funcione como control centralizado para prender o apagar luces, el aire acondicionado, la calefacción, bajar cortinas o distribuir sonido”, explicó Federico Namino, director de BrokenMind, la empresa que se dedica a hacer de los hogares un lugar inteligente. Para lograrlo, el ejecutivo explica que el presupuesto varía entre los US$2500 y los US$8000, si la intención es que todo sea tecnológico -esto es desde alarmas, televisores que se prenden solos para simular presencia, cámaras y la posibilidad de recibir mensajes de texto de alerta ante alguna sospecha de robo- .

Los amenities y las áreas para socializar son también característicos de este segmento. También las terrazas verdes y la sustentabilidad. Friedman ejemplifica con su proyecto Quo Quesada, en donde se incluyeron cinco bicicletas de uso común para los propietarios del edificio, e incluso regalaron un casco para cada integrante de la familia al momento de entregar la unidad. Otro caso dirigido a este segmento es el de la desarrolladora Casa Campos que incluye en sus proyectos, un lounge que funcionará como living para el encuentro de los vecinos, y una sala especialmente diseñada para la práctica de yoga.

De la mano de esta generación crece la cultura del coliving. Un concepto simple pero que apunta a revolucionar el mercado de los ladrillos. En el tercer milenio, la gente busca encontrarse, superar el aislamiento que genera la tecnología. Así, surgen nuevos espacios que favorecen la interacción, la formación de grupos no solo para trabajar sino también para compartir experiencias sociales de todo tipo. Son emprendimientos pensados para propiciar la formación de verdaderas “comunidades” de residentes que interactúan en diversos ámbitos: combinan la intimidad de la vida privada y las áreas comunes en las que se puede interactuar con otros. “Se da especial importancia al diseño, a contar con tecnología de última generación, a convivir armoniosamente con el medio ambiente, ahorrar energía y promover la sustentabilidad en diferentes aspectos”, analizó Fahad Siddiqi, uno de los creadores del concepto de co living en el mundo luego de crear The Collective y presidente de Casa Campus, la desarrolladora tiene tres proyectos en construcción y cuatro operando. Todos ubicados en áreas cercanas a las universidades

“Los millennials buscan vivir en un lugar con mucho valor agregado donde le resuelvan todo, así ponen su foco de atención en la actividad que desarrollan, sea estudiar o trabajar y no tienen que pensar en otra cosa, hoy viven mucho en comunidad, están acostumbrados a sociabilizar”, explicó Siddiqi, quien añadió que se trata de una generación con conciencia de que el tiempo es un recurso escaso. “Por eso además del acceso a la comunidad armamos proyectos en áreas que les permitan ganar tiempo”, explicó. El empresario apostó a un modelo de negocio que apunta al modelo minorista que desea adquirir una unidad para que luego sea explotada como residencia universitaria o co living.

En los emprendimientos planteados para este segmento, los espacios comunes no contemplan solo el microcine, la piscina o el gimnasio. La clave pasa por crear otros ámbitos de encuentro valorados como por ejemplo una gran cocina súper equipada y comedores cool que invitan también a encontrarse para compartir alguna comida. Un dato curioso es que los proyectos de Casa Campus cuentan con un curador de eventos o community manager que organiza desde partidos de fútbol, clases de gimnasia, de yoga, de cocina hasta charlas sobre nutrición, entre otras opciones. Las actividades se comunican a través de una app. Este modelo de vivienda en comunidad también ofrece herramientas que evitan muchas de las responsabilidades asociadas a la vivienda propia. “Ante cualquier problema, como por ejemplo ver algo del edificio que se ha roto, basta con sacarle un foto y subirla a la app para que se ocupe la gente de mantenimiento”, resumió Siddiqui.

Tal es el avance de la tendencia que en la edición del año pasado de Casa Foa se desarrolló un “espacio multifunción para un millennial”, el proyecto del estudio de arquitectura Platz que ganó la Beca de Arquitectura y Diseño de Interior de la muestra. Se trataba de un espacio único de 37 metros cuadrados con estructuras móviles que separan a la cama del resto del espacio a la hora de dormir y que incluso cerraban el baño con la opción de dejarlo integrado cuando no estaba en uso.

A las nuevas formas de vida se suma el efecto que genera el incremento de precios en las propiedades y los costos de vida que impactan en los principales centros urbanos. Una realidad que dificulta la posibilidad que tienen los jóvenes de acceder a una vivienda propia y de la que los desarrolladores se están ocupando.

Por Andrea Glikman, Sábado 16 de junio de 2018
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION

Ladrillos para todos: la revolución del crowdfunding llegó al sector

Cada vez más compañías ofrecen participar de procesos de financiación colectiva a través de plataformas digitales para comprar una propiedad; cuál es la inversión mínima y qué renta prometen.

Cosas de la revolución digital: no hace mucho tiempo atrás, uno tenía que ser un inversor con una abultada cuenta bancaria y conocer el funcionamiento interno del mercado del real estate para poder participar en la financiación de algún importante proyecto inmobiliario. Ahora, el maridaje entre desarrolladores y tecnología ha permitido democratizar este proceso, habilitando el ingreso de nuevos actores con montos más pequeños.

Se trata del crowdfunding, como se denomina al proceso de financiación colectiva a través de diversas plataformas digitales. Aunque la mayoría de los aportes suelen destinarse a negocios, causas sociales y artes escénicas (mediante servicios como Kickstarter, Indiegogo o la argentina Ideame) el real estate ha comenzado a ganarse un espacio en la industria del crowdfunding, que se estima, mueve casi US$40.000 millones. De acuerdo con la firma Massolution, el sector inmobiliario movilizó US$ 3500 millones en diversas plataformas durante 2016, cifra que habría ascendido hasta los US$5500 millones el año pasado, una suba superior al 57 por ciento.

Aunque son incipientes, existen proyectos en nuestro país que ya están sacando provecho de esta tecnología. Están enmarcados en la figura de fideicomiso de administración y requieren una inversión mínima para participar que arranca en los $25.000. La rentabilidad anual parte del 9 por ciento anual, pero puede alcanzar el 35 por ciento en proyectos a 24 meses.

“Cuando abrís un diario y ves que te venden departamentos desde US$400.000, te das cuenta de que ese tipo de publicidad está destinada al 1 por ciento de la población del planeta, la asimetría es muy grande”, dice Damián Lopo, fundador y director de Crowdium, una empresa perteneciente al conglomerado Newlink Capital que se promociona como “la primera plataforma de financiamiento colectivo de proyectos inmobiliarios de la Argentina”. Según Lopo, “a todos les gustaría jugar el juego del real estate”. “El crowdfunding democratiza las inversiones y le da la oportunidad a cualquiera de participar del mercado inmobiliario”, sostiene.

“En Estados Unidos se lanzaron más de 250 empresas de este tipo, que registran US$4000 millones al año en transacciones. Nosotros somos la primera en América Latina y el mundo que es 100 por ciento transaccional”, agrega. Crowdium permite al usuario abrir una cuenta de forma gratuita y cargar la documentación necesaria. Luego, lo pone en contacto con una fiduciaria que le devuelve la aprobación en escasos minutos, le indica el monto autorizado de inversión y, tras concretar el giro del dinero mediante home banking, envía por correo un contrato firmado digitalmente.

Con aportes mínimos de $25.000, Crowdium ya ha logrado fondear cuatro desarrollos: los edificios de departamentos Altos de Añelo I y II en Vaca Muerta, Neuquén y los barrios privados Estancia Villa María I y II en Canning, Buenos Aires. Actualmente busca financiación para el edificio Next Bustamente, en Recoleta. Todos poseen una duración aproximada de dos años y brindan rentabilidades que oscilan entre el 20 y el 35 por ciento de acuerdo al proyecto.

Sofía Gancedo es otra de las precursoras del crowdfunding inmobiliario en el país. Es la gerente de operaciones y cofundadora de Bricksave, una plataforma que permite invertir desde la Argentina en desarrollos de lujo en otras partes del mundo a partir de US$2500, que pueden ser abonados con tarjeta de crédito, débito o giro bancario. Los retornos anuales promedio son del 9 por ciento en dólares.

“Vamos a los desarrolladores y negociamos unidades terminadas con un 20 por ciento de descuento, 15 por ciento se lo queda el inversor”, detalla Gancedo. A la fecha, Bricksave ha logrado financiar dos edificios en Puerto Madero, tres en Miami y acaba de lanzar un fondeo en Barcelona, con plazos de inversión de cuatro años. La empresaria asegura que el negocio es la desintermediación de inversiones y que sus clientes son mayoritariamente personas de buen nivel adquisitivo que no manejan “con mucha agilidad” este tipo de instrumentos financieros. “Pueden invertir un poco en un activo de lujo con un valor intrínseco y otro poco en acciones o en bonos, es una decisión inteligente”, señala.

En el caso de Bricksave, la inversión promedio ronda los US$20.000. “Varía mucho. Tenemos clientes que aportan US$600.000 y otros que ponen US$2500, aunque a todos los tratamos igual”, reconoce Gancedo.

Bricksave permite a los inversores recibir todos los meses los ingresos obtenidos de los alquileres de las unidades. Estos fondos pueden utilizarse para otra inversión o ser depositados anualmente en una cuenta bancaria.

Gancedo agrega: “Es un producto que corta muchas barreras. A partir de este año vas a poder comprar una parte de un departamento en Singapur, es muy loco. Tenemos rendimientos conservadores en dólares pero preferimos las buenas noticias antes que las rentabilidades altísimas que esconden sorpresas en la letra chica de los contratos.”

Más accesible, al requerir baja inversión democratiza el acceso al sector

Nuevos jugadores

El arquitecto Víctor Zabala, al frente de Estudio Zabala, es uno de los actores más nuevos en el juego del crowdfunding inmobiliario local. Con un aporte inicial de US$25.000 su servicio otorga a los inversores un porcentual de participación en los proyectos a desarrollar. El valor de cada módulo es fijo y la inversión se puede realizar en pesos, con una rentabilidad del 10 al 12 por ciento anual.

“A través del crowdfunding inmobiliario le damos la posibilidad a inversores pequeños de participar de proyectos arquitectónicos de diseño a los cuales hasta ahora no tenían acceso. Buscamos brindarle, a todos aquellos que compartan con nosotros la idea de que invertir en construcción es una excelente alternativa en nuestros tiempos, la oportunidad de diversificar sus inversiones en distintos proyectos que ofrecen una atractiva rentabilidad en dólares, la cual se obtendrá con el simple paso del tiempo dentro del proyecto, llegando a obtener la mayor ganancia junto con la venta definitiva de la obra terminada en el mercado”, comenta Zabala.

“El primer proyecto en Pilar se está terminando. A partir de ese emprendimiento se fueron armando otras dos obras y la compra de dos terrenos más para construir casas de alta gama -añade y sigue-. Nuestra cultura está muy arraigada en la inmigración española e italiana. Venimos de familias muy acostumbradas a invertir en ladrillos como resguardo de valor. Al crowdfunding lo veo como algo positivo, porque el inversor tiene la certeza de que ese dinero que invirtió está puesto en la propiedad, por más que no sea dueño 100 por ciento”.

El arquitecto admite que buena parte de sus clientes son millennials. “Pasa algo curioso. Me está llamando gente a partir de nuestros posteos en Instagram, personas totalmente jóvenes”, dice. Zabala, que ha reunido cerca de US$1,3 millones a través de esta herramienta en el último año, ahora trabaja en bajar el aporte inicial a US$10.000. Pero para esto dice que hay que esperar a que se hagan modificaciones a la Ley del Emprendendor, que norma el funcionamiento de los sistemas de financiamiento colectivo en el país.

“La legislación está apuntada al crowdfunding de empresas de tecnología, que no es especificamente a lo que apunto yo. La legislación tiene una gran limitante, porque cada persona solo puede aportar $20.000, eso es menos de US$1000. Entiendo que, a futuro, cuando seamos más los actores en este rubro, la ley se va a tener que adecuar para liberar el capital que pueda aportar la gente”, concluyó.

Visitas de Nueva York

En abril se conoció que la empresa neoyorquina Prodigy Network, una plataforma de crowdfunding inmobiliario que ya ha recaudado más de US$650 millones de inversores individuales para seis proyectos propios – tres hoteles y tres espacios de coworking -en la Gran Manzana, llegará a Buenos Aires junto a un socio local. La compañía, fundada por el colombiano Rodrigo Niño en 2003, traerá al país la marca The Assemblage, su división de espacios de coworking que ya funcionan en tres edificios de Manhattan. Prodigy Network tiene inversores en 40 países, aunque los argentinos representan el mayor porcentaje del total -15 por ciento-. La firma, que planea lanzar su operación local en 18 meses, fondea el 50 por ciento de los proyectos a través de crowdfunding. El ticket mínimo para ingresar hoy es de US$10.000 -fue bajando desde US$250.000 hace unos años- y el objetivo es que siga cayendo. El promedio está en los US$80.000. “Quiero que baje a US$1000 y luego a US$100”, adelanta Niño.

El modelo de negocios de Prodigy Network en la Gran Manzana incluye la compra del inmueble, su remodelación, su operación y la venta, todo en un plazo de tres a cinco años. Cada proyecto es financiado con deuda con bancos -40 por ciento-, capital propio -1 por ciento- y crowdfunding -50 por ciento-. Para el inversor la firma dice ofrecer “retornos de doble dígito”, que incluye una renta anual de 6 a 8 por ciento, dependiendo cada proyecto. La tasa de retorno total va a depender del monto desembolsado, del éxito de la operación -ocupación, en el caso de los hoteles, y cantidad de socios, en el caso de los coworking- y de la revalorización del inmueble al momento de la venta. Así, por ejemplo, The Assemblage NoMad, con una renta del 6 por ciento anual y una revalorización calculada en 28 por ciento en cuatro años, da un retorno total de 52 por ciento o 13 por ciento anual. ¿En qué radica la fortaleza de esta inversión? Brinda estabilidad, baja volatilidad y buena performance versus otros activos, como bonos y acciones, explican en la empresa y le ponen datos: desde el año 2000, la tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del índice de precios de la propiedad comercial en Manhattan fue de 11,2 por ciento, mientras la TCAC del mercado bursátil fue de 3,29 por ciento y del índice MSCI REIT fue de 8,12 por ciento. “El capital institucional siempre se protegió de la volatilidad en tiempos de incertidumbre en oro, bonos del tesoro y propiedades comerciales”, explica Niño y agrega que el beneficio individual se promueve pero exclusivamente en función del beneficio colectivo. Y esto lo bajó a sus negocios: “Me di cuenta de que si le daba acceso a los inversionistas retail (pequeños) a los activos que en los momentos de incertidumbre protegieron los grandes capitales institucionales en los últimos 80 años, eso era un tremendo impacto positivo sobre la comunidad”. El público no tenía acceso a esos activos, incluso legalmente, por el Securities Act de 1933 -ley de valores-, pero la ley cambió en 2013. “Hoy la gente puede invertir donde invertían Trump, Rockefeller, Astor y los Bloomberg. Y yo tuve más éxito en siete años que en los 15 previos”, concluye.

Por Andrés Krom, Sábado 9 de junio de 2018
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION

Calles peatonales: entre las más elegidas de los comercios

A la hora de establecer un comercio, sin importar su rubro, hay determinados factores que se deben tener en cuenta. En cuanto al mercado de oficinas, es importante que su contexto brinde servicios necesarios para los trabajadores y comodidad a la hora del acceso. En este sentido, muchas de las grandes empresas siguen posicionándose en Puerto Madero, Catalinas, Plaza Roma y el microcentro, siendo necesaria una oferta de locales comerciales que ofrezcan servicios y soportes a dichas empresas.

El “microcentro”, lugar predominante de sectores financieros de la ciudad, posee la particularidad de tener calles peatonales. Esto, según Marcelo Zuliani, gerente comercial de la inmobiliaria corporativa Colliers International, ha influido en la mejora de la oferta de muchos locales comerciales.

“Algunos comercios –sobre todo gastronómicos– han sido altamente favorecidos por la peatonalización de las calles como Reconquista en el tramo de Leandro N. Alem y Córdoba, ya que se incrementa el ancho de las veredas, y por ende, la cantidad de mesas disponibles”, explicó Zuliani.

Otra de las peatonales reconocidas de esta zona es la calle Florida, que supo ser el corredor comercial más importante de Latan. Medidos en valor de renta mensual por metro cuadrado por mes, hoy es el tercer corredor después de Presidente Masaryk en México DF (90 USD por metro cuadrado por mes) y Oscar Freire en  San Pablo (75 USD por metro cuadrado por mes). Sin embargo, como desde 1911, Florida sigue siendo uno de los emblemas del mercado de retail de la ciudad.

En cuanto a la dinámica del mercado de oficinas en el sector, según un informe de Colliers International de 2017, en el último trimestre del año pasado, el submercado de Microcentro representaba el 18,7 por ciento de los 124.720 m² de oficinas disponibles.

La emblemática peatonal continúa siendo elegida por diversos rubros comerciales: indumentaria, gastronomía, accesorios y banco-financieras. “Esto se debe a la cantidad de afluencia de público que circula”, dijo el gerente comercial de Colliers. “La zona de mayor demanda de esta peatonal está entre el cruce de la Avenida Córdoba hasta Diagonal Norte, obteniendo su mayor pico entre el cruce de Avenida Corrientes y Bartolomé Mitre”, agregó.

Exhibiendo un caso, en el número 361 de la calle Florida, entre Avenida Corrientes y Sarmiento, hay un inmueble en alquiler por Colliers International. Se trata de un edificio de oficinas con locales comerciales, proyecto del reconocido arquitecto Clorindo Testa.

Este inmueble nació para una institución bancaria, con un local comercial de atención al público, con todos los servicios de banco y oficinas comerciales y administrativas, con una gran superficie destinada a cajas de seguridad y tesoro. Además de la ubicación privilegiada, el activo cuenta con un frente impactante de hormigón a la vista, siendo uno de los tres edificios en block más grandes de toda la peatonal. Su valor de alquiler es de 200.000 USD + IVA (mensual) y su venta es opcional.

El edificio tiene 35 metros de fondo y 9.588 m² cubiertos distribuidos en 6 subsuelos, planta baja, entrepiso y 9 pisos superiores. Tiene doble núcleo vertical (uno principal central y otro auxiliar).

Para local comercial tiene 4 niveles: planta baja con escalera mecánica a los dos subsuelos y el entrepiso. Para oficinas bancarias posee 2 subsuelos con tesoros, bóvedas, salas de reuniones y cajas de seguridad, y 2 subsuelos de servicios con instalaciones completas nuevas en perfecto estado.

Las instalaciones cuentan aire acondicionado central, grupos electrógenos, tableros eléctricos, presurizadores y termotanques. Además, hay 9 plantas libres de oficinas, actualmente divididas con muebles y divisorios de blindex, ventilación e iluminación frente y contrafrente, doble batería de baños damas y caballeros y office por planta.

Según el informe del segundo semestre de 2017 elaborado por Colliers, los alquileres promedio (para locales de entre 200/300 m²) rondan los 66,84 USD/m², muy similar al corredor de Acoyte y Rivadavia cuyo valor de alquiler promedio es de USD/m²  64,40. Apenas unos puntos por debajo, se encuentra Cabildo y Juramento, que sigue en el ranking de los 6 corredores más importantes de la ciudad con 58,21 USD/m²  mes de alquiler.

Acerca de Colliers Internacional

En Argentina Colliers International cuenta con más de 60 años de experiencia en el mercado local, brindando servicios inmobiliarios a compañías locales e internacionales en las más importantes ciudades del país. Actualmente, posee un equipo multidisciplinario de profesionales de alta performance y trayectoria en el mercado. Asimismo, brinda servicios inmobiliarios a desarrolladores, propietarios, corporaciones e inversionistas como: Brokerage (Representación de propietarios y de inquilinos); Valuaciones y Consultorías; Soluciones Corporativas; Inversiones; Project Management y Planeamiento de espacios. Su diferencia es  radical en cuanto a la calidad de su servicio.  Al presente, es el asesor de elección para muchas de las empresas más innovadoras y exitosas del mundo.

Por Delfina Artaza, 2 de Julio de 2018
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Avance de las escrituras en abril

Las escrituras de compraventa tuvieron en abril un crecimiento del 47,9 % respecto del año anterior, con 5977 registros totales, de acuerdo con el informe del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires.

El informe, que difundió El Cronista, consigna que el monto involucrado fue de $17.839 millones, es decir un 99,1% superior al registrado en 2017. No obstante, se observó un leve retroceso de 0,1 % en pesos y de 1,7% en cantidad de operaciones, en relación con el precedente mes de marzo.

El  valor promedio de las transacciones alcanzó a $2.984.680, con un alza de 34,5% anual, mientras que en dólares, el promedio fue de 145.381 (+2,6%).

Un dato importante surge del hecho de que las escrituras celebradas con crédito hipotecario llegaron a 2198, una relación de 36,7% del total, y exhibieron un crecimiento de 173,4% respecto al año anterior.

En este aspecto, cabe destacar que se observa durante los cuatro primeros meses del año, con 7780 registros, que las hipotecas realizadas con préstamos bancarios tuvieron un alza de 145,1 %. En los próximos meses se verá la influencia que sobre las escrituras de compraventa tendrán las nuevas condiciones del mercado, con la suba del dólar, si bien es poco probable que la situación se refleje inmediatamente.

Viernes 8 de Junio de 2018
Publicado en Indicadores y Finanzas de www.areas-digital.com.ar

La radiografía del mercado de los outlets

El polo comercial de Villa Crespo crece, surgen nuevos proyectos y suma oferta gastronómica; además, la cercanía con Palermo lo beneficia.


Los outlets sobre la calle Aguirre se volvieron un clásico de Villa Crespo y apuestan a ampliar los márgenes. La altura que va desde el 600 y hasta el 900 -desde Thames hasta Malabia- son algunas de las cuadras preferidas por las marcas. Otras vías que seducen son Gurruchaga del 700 al 900 -esto es desde Velasco hasta Castillo-, y Loyola del 500 al 700 -desde Serrano hasta Malabia- un área del barrio que se convirtió en un polo de ventas con descuentos de hasta el 30 por ciento. Se trata de una zona que, en los últimos años, generó un cambio de características en la ocupación del suelo: donde antes había un espacio residencial, ahora hay un cúmulo de locales comerciales, que además buscan sumar ofertas en otros rubros. De esta forma, los outlets entran en competencia con los tours de compras en Chile y con los lugares de compra de Miami. ” Es un área de la ciudad que sufrió una fuerte transformación en la que la concentración de las marcas generaron un corredor que cambió el carácter de la zona”, afirmó José Rozados, director de Reporte Inmobiliario.

Mario Korn, Presidente de la inmobiliaria que lleva su apellido, analizó que la demanda en el barrio está teniendo un crecimiento paulatino. “Si recorremos la zona delimitada por las avenida Córdoba y Scalabrini Ortiz, y las calles Vera y Thames encontramos que poco a poco el barrio de casas viejas se fue transformando en una zona puramente comercial. Grandes marcas han optado por sumarse al barrio de outlets, que a su vez comercializan productos de primera o fuera de temporada”, y agregó: “Notamos que la zona se amplía más, con un efecto “derrame” a calles aledañas”.

Si bien la demanda de la zona está dada por la convalidación de primeras marcas del rubro de la indumentaria y las novedades van acompañadas por las tendencias de las marcas y costumbres que conviven en ese centro de Villa Crespo, los especialistas advirtieron que ese crecimiento afecta a los pequeños comercios que quieren instalarse en ese lugar.

“La demanda está dada por grandes empresas del rubro indumentaria en un 90 por ciento, ya no hay lugar para franquicias o intermediarios y el otro 10 por ciento son emprendimientos gastronómicos que están abriendo en la zona como por ejemplo las cervecerías que se suman a las que ya existían en la zona”, explicó Ariel Romano, titular de Conectar Propiedades. Al mismo tiempo, Korn opinó que “hay varias franquicias que están abandonando los shoppings para poner sus locales en “galerías a cielo abierto”, dado que el costo operativo, las expensas y los alquileres les permiten maximizar sus utilidades”.

“Las marcas tradicionales se han mantenido y las segundas marcas se han corrido. Además, se ha incorporado oferta de gastronomía y decoración”, confesó Diego Migliorisi, socio gerente de Migliorisi Propiedades. “Lo que vale más es la línea de vidriera, que es lo que más le sirve al local”, enfatizó.

Las vidrieras espaciosas permiten defender mejor el valor de los inmuebles que las tienen Fuente: LA NACION

En relación a los precios para el alquiler o venta de los locales, el valor de los comercios varía según la cercanía con el corredor de locales: las esquinas o los puntos ubicados en la cercanía al núcleo de venta cotizan en alza. Las vidrieras espaciosas y con buenas visuales son las más buscadas por las empresas de primera linea.

Los precios mensuales de alquiler oscilan entre $ 80.000 y $ 250.000. “Los más demandados y preferidos son los espacios que tienen más de 200 metros cuadrados. También hay que tener en cuenta que la mayoría son casas modificadas que poseen jardines y patios con lo cual la marcas más importantes prefieren este tipo de locales”, detalló Korn.

A la hora de hablar de precios de venta, otros son los números. Los especialistas coinciden en los montos: desde US$900.000 hasta US$2 millones, según el tamaño de local. Esto datos implican una oferta que va desde los US$4000 hasta los US$8000 por metro cuadrado.

Oferta de estreno

Una de las principales novedades de este año para la zona, es un emprendimiento gastronómico que se está construyendo en Gurruchaga al 1000, que surgió en la Casa San José, un antiguo convento que se recicló para albergar cuatro locales de gastronomía, oficinas y un hotel boutique. El polo gastronómico ocupa alrededor de 300 metros cuadrados cubiertos más un patio, que se expande en otros 150 metros cuadrados.

El espacio tiene techos de “más de seis metros de altura, vidriera a la calle y salida a un patio interno”, detalló Juan Ignacio Mel, Gerente comercial de Mel Propiedades, que está a cargo del proyecto.

La calle Aguirre es un centro que crece hace años y sigue apostando a aumentar su oferta por los terrenos que aún quedan disponibles, pero eso las perspectivas de crecimiento dependerán del ritmo con el que se mueva la economía. “Si la inflación deja de ser un tema en la agenda de la gente y el consumo aumenta, sumado a un dólar más alto que favorece el turismo extranjero, vamos a ver un crecimiento mayor al actual en la demanda de este tipo de polos. A medida que la economía crezca, los límites se van a ampliar cada vez más. Hoy ya vemos locales ocupados en calles aledañas que estuvieron vacíos por mucho tiempo”, sostuvo Korn.

Romano, por su parte, aseguró que siempre hay ofertas de venta y que la proyección del barrio va en alza. “En 2017 se han vendido locales grandes, pero muchas veces los dueños no quieren deshacerse de ellos porque son productos muy atractivos en la zona que al ser muy buscados por las marcas dejan buenas rentas. No hay una opción de reinvención tan buena. Villa crespo tiene un potencial que podría ampliar los terrenos”, dijo y también destacó que el barrio se afianzó gracias a los emprendimientos inmobiliarios de vivienda, que recibe a familias y jóvenes para vivir.

“Todavía hay lugares para edificar. No va a ser un proceso voraz como el 2008 -cuando la zona tuvo su mejor auge para la conformación de los outlets de primeras marcas- pero de a poco los rubros mutarán”, explicó Migliorisi. De hecho de a poco emerge la gastronomía y la sinergía con Palermo Soho está generando un mayor potencial comercial y hasta una posible reinvención. Así las cosas, el polo crece y dejó en el olvido lo que supo ser la avenida Córdoba, uno de los centros de outlets de indumentaria más fuertes de la ciudad durante la década pasada.

Por Julia D’Arrisso, Lunes 21 de mayo de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION