Revalorización de la vivienda – La gente apuesta por la refacción

Restaurar un inmueble antiguo o adaptar una casa chorizo, el quid de la cuestión. El impedimento de acceder a la compra hace que muchos propietarios inviertan en sus unidades para defender mejor la tasación y ganar confort.

Una vivienda es un lugar construido para ser habitado por personas y para que éstas le den su toque mágico en cada ambiente de la casa. Por eso a la hora de encarar una refacción es muy importante cómo se va a realizar, qué materiales se utilizarán, quién será el especialista que hará realidad esos sueños que saldrán de nuestras cabezas para materializarse en el hogar perfecto.

Según el portal Reporte Inmobiliario, refaccionar completamente un baño estándar cuesta 76.880 pesos (6048 dólares) y una cocina, $ 84.916 (US$ 6681). Estos precios incluyen en el primero, picado y extracción de revestimientos y artefactos existentes, mano de obra y materiales para cambio de caños de provisión de agua y desagües. Reemplazo de artefactos, bañera con hidromasaje, griferías, vanitory y espejo. Bocas de electricidad, cableado y alimentación. Colocación de luminarias, y de cerámicos en piso y pared.

En la cocina, mano de obra y materiales para cambio de caños de alimentación y desagües, reemplazo de mesada, grifería, muebles bajo mesada y alacena, cambio de cañerías de gas, bocas de electricidad, cableado y alimentación, colocación de luminarias y de cerámicos, entre otros.

Con aumentos

Tener la vivienda ideal no es poca cosa y llegar a ella nos enfrenta con una realidad que marca el mercado, que los costos en los últimos 12 meses se han incrementado más del 50 por ciento. Pero así y todo uno apuesta por lo que llamará el sitio perfecto.

Los lugares que más se refaccionan en una casa son baños y cocinas. ¿Pero por qué la gente decide reciclar su vivienda? Al respecto, el arquitecto Claudio Mazur, del estudio +Ur Arquitectura Inmobiliaria, dijo: “Se divide en dos grupos: la gente que compra para refaccionar y la que refacciona lo que tiene. Los primeros hacen un negocio, ya que compran barato algo que no se animan otros, y a partir de allí aumentan el valor mucho más allá de lo invertido. A su vez éstos se subdividen en dos grupos. Por un lado los que lo hacen para quedarse con un inmueble hecho a nuevo y a la medida de sus necesidades y gustos, y por el otro los que refaccionan para vender al final del proceso capitalizando una ganancia que -en algunos casos- puede llegar al 50 por ciento. En cuanto a los que refaccionan lo que tienen puede deberse a la obsolescencia fundamentalmente de baños y cocinas o a la necesidad de ampliación o refuncionalización, puesto que esta alternativa les resulta más rentable que una mudanza, ya que se invierte el dinero en mejoras materiales y no en papeles, gastos de comercialización, etcétera”.

Hacer cambios en una vivienda es valorizar la propiedad y ya que se va a convivir en un espacio en el que va a estar en refacción es importante que se estipule el tiempo que demandará la obra y todo aquello que deseemos para evitar situaciones que nos lleven al estrés.

Por edades

Quienes deciden emprender esa tarea en su mayoría lo hacen porque no pueden acceder a otra. Por lo general la franja etaria que decide realizar estos arreglos es muy amplia, desde los 30 años que busca más vivir en PH hasta gente mayor de 60 que adapta sus viviendas a la nueva etapa de la vida sin hijos y las nuevas necesidades de obtener mayor espacio.

Sobre qué se prioriza como estilo, Mazur comentó: “No hay nada definido en relación a esto. A veces se trata de restaurar un inmueble con valor patrimonial, otras de adaptar viviendas chorizo a nuevas necesidades funcionales. En principio hay dos grandes formas de encarar el tema: una es reparar lo existente como si no hubiera pasado el tiempo y la otra es contrastarlo con las nuevas técnicas y materiales”. Y añade: “Hay cosas que es imposible de mantener, por ejemplo, una mesada de cocina o una heladera de hielo, o una cocina económica. Otras que se valorizan, como carpinterías o boiseries”.

En cuanto a la obra seca depende mucho de si se cambian o no los pisos. “Una buena madera cuesta $ 700 el metro cuadrado mínimo”, añadió Mazur.

La madera es el único material renovable conocido que se usa en construcción. El sistema de bloques de madera encastrada (BME) es uno de los que se utiliza. Daniel Lassale, gerente comercial de la Cámara de la Madera (Cadamda), dijo que “este sistema se compone por bloques o ladrillos que se superponen unos a otros a través de listones, tarugos de madera y clavos metálicos. Entre sus características figura rápida construcción, mayores luces en entrepisos y cubiertas, y ahorra tiempos en la construcción ya que no hay que esperar el fraguado de los materiales, entre otros beneficios”. También construir con vigas multilaminadas ha sido un gran avance. Son fáciles de trabajar, tienen una excelente resistencia al fuego, flexibilidad en el diseño y se recomiendan, por ejemplo, en interiores altos.

Colores y precios

Los valores cambian según la elección del producto, pero éstos son orientativos para que cuando vayamos a realizar una refacción tengamos idea de cuánto nos puede salir, ya que debemos tener en cuenta que este tipo de trabajo va a perdurar en nuestro hogar por mucho tiempo. Adhesivo para cerámica impermeable, desde 150 pesos la bolsa de 30 kilos; fastina junta ancha, $ 160 la bolsa de 10 kilos; mortero adhesivo por 30 kg, desde 115 pesos.

Los precios para grifería son los siguientes: la de cocina adosada a la mesada, desde 587 pesos. Para el baño, la de lavatorio monocomando, desde 700 pesos; de bidet monocomando, $ 750; grifería para ducha monocomando, a partir de 1056,30 pesos.

En cuanto a los colores, Mazur añadió que siempre están al servicio del espacio que se busca configurar: “Para un ambiente etéreo ayudará el blanco o los colores pastel. Para algo más dinámico, los colores primarios. Si se desea algo más solemne, el bordó o verde inglés, y si se quiere algo más de terroso, el verde musgo, el ocre y el terracota son los que más ayudarán a conformar ese espacio”.

Sabemos que cuando se decide refaccionar una vivienda se debe realizar de una manera que perdure y no como una moda. Una casa tiene que estar en función del propietario con todo aquello que es capaz de generar y aplicar como valor agregado. Y al realizar estos cambios será ese espacio casi artesanal en el que se podrá disfrutar de la elección a diario, añadiendo luego los detalles mínimos que requiere lo que la gente denomina hogar.

Por otro lado, las compañías que intervienen en la cadena de la construcción suelen divulgar sus tendencias para acompañar los gustos de la gente. También es necesario que tanto el usuario como el profesional o quien realice los trabajos estén capacitados para utilizar muy bien los materiales y que se luzcan como corresponde para el buen funcionamiento en la vivienda y para el deleite de quien la ocupe.

40 y hasta 60%

Es lo que estiman los especialistas que se revaloriza la cotización de una vivienda luego de culminarse el reciclaje. Así acompañará un buen efecto para el que quiera vender la unidad, sobre todo cuando se reacomode la economía.

Por Alejandra Pía Gestoso, Sábado 23 de mayo de 2015
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION