Un rincón de Núñez con otra fisonomía

Una tramo de la Avenida del Libertador y cercanías atrae nuevos rubros para atender la demanda creciente.

Hasta no hace mucho, en la zona podían encontrarse casi únicamente locales de equipamiento y decoración para el hogar: sobre la Avenida del Libertador, importantes espacios ocupados por grandes firmas; en las paralelas y transversales, comercios bastante más pequeños y propuestas cercanas a lo artesanal, ya fuera en pisos, muebles de cocina, sanitarios o lo que se buscara para la casa. Así hasta que, entre 2005 y 2010, en el 7050 de esa avenida, se concretaron los 40 pisos del Château Libertador, al que pronto se sumaron otras torres menos afrancesadas, pero que también aportaron lo suyo a la transformación del paisaje de ese retazo del barrio de Núñez.

Tal como cuenta Nicolás Biderman, broker de Remax Buró, “el Château se convirtió en una suerte de ícono, de puntapié inicial para el cambio de toda la zona vecina a del Libertador entre la General Paz y el túnel, que pasa por debajo de las vías del ferrocarril Mitre. En ese sector hay más de 150.000 m2 en ejecución y otros tantos entregados que corresponden a oficinas AAA, y nuevos locales de generosas dimensiones que ocupan las principales esquinas del corredor. El flujo de gente que moviliza las empresas de gran porte que se han instalado en la zona -compañías eléctricas, aseguradoras, centros de salud, bancos- y la suma de proyectos multifamiliares premium que acompañan la emblemática torre hacen pensar en estos locales de doble altura y gran presencia de marca como los diamantes del Real Estate”.

También Mariano Oppel, titular de Inmobiliaria Oppel, se refirió a la expansión del lugar: “Toda la zona que recorre el contrafrente de las grandes torres construidas sobre Libertador e incluso sobre sus paralelas -Arribeños, Montañeses, incluso 11 de Septiembre- tomó vida para prestar servicios a los nuevos residentes de alto poder adquisitivo. Dominado tradicionalmente por viejas casonas y galpones utilizados como depósitos de las casas de decoración y como talleres del sector automotor, hoy el barrio se modificó en busca de satisfacer las necesidades de la gente. Muchas edificaciones se han reacondicionado para buenos restaurantes, bares cool, salones para fiestas infantiles”.

Manuel Mel confirmó lo que dicen sus colegas y agregó: “Así como el Bajo Belgrano tiene el corredor gastronómico del Barrio Chino, Núñez está comenzando a tener el suyo. Se recuperaron espacios que, al estar rodeados de torres, resultan ideales para ofrecer lo mejor de nuestra gastronomía para las familias de la zona. Se apunta al público ABC1 que vive en estos edificios; ya hay importantes restaurantes sobre la calle 11 de Septiembre y sobre Besares. También se abrieron locales pertenecientes a cafeterías internacionales y a algunas cadenas de gimnasios”.

¿Qué falta?

“Todavía se espera el desembarco de las grandes marcas de ropa”, dice Oppel. Y él mismo informa: “En cuanto al costo de los locales es difícil generalizar y, en cada caso, conviene analizar muy cuidadosamente cuál es el mejor perfil y el valor de un inmueble”. A modo de ejemplo, en una esquina como la de Besares y 11 de Septiembre, Mel ofrece un local de 140 m2, apto gastronómico, en aproximadamente 25.000 pesos mensuales de alquiler.

Dado que está directamente ligado al consumo interno, suele entenderse que el retail es el mercado donde más rápido se manifiestan los cambios en la actividad. Muchas veces, los primeros signos de una crisis se manifiestan en forma de locales vacíos. Sin embargo, según Biderman, “en esta zona ABC1, el ritmo constructivo es vigoroso y la vacancia de locales, bien acotada: en las 31 cuadras con que cuenta la zona analizada, sólo 17 locales están vacíos y en su mayoría son a estrenar o están en la última etapa de obra. Tienen una dimensión promedio de 300 m2 y se cotiza en 160 pesos el m2, siendo la mínima expresión 85 el m2 y llegando a 300 pesos por m2”.

Según este entrevistado, “el mercado de retail se defiende bien a pesar del contexto macroeconómico desfavorable. Los propietarios han tenido la cintura rápida, han sabido escuchar los consejos de sus agentes inmobiliarios y acomodaron la estrategia de comercialización cambiando la expresión de los valores locativos de dólares a pesos, lo que dio como resultado una leve baja en el valor de los espacios”.

Por Paula Gómez, Lunes 12 de agosto de 2013 para el suplemento Inmuebles Comerciales e Industriales del diario LA NACION.