Los especialistas sostienen que las refacciones deben ser hechas por arquitectos conocedores del tema y que no pueden ser indiferentes a su entorno; además siempre es más accesible que mudarse.
Para los profesionales y propietarios, iniciar una obra de restauración o remodelación implica un gran desafío, y mucho más, si se interviene un inmueble cuya fachada puede considerarse patrimonio histórico o clásica.
Según el arquitecto Damián Revelli, director del portal Web, Remodela tu casa, “hoy las viviendas antiguas son muy valoradas desde las molduras, el estilo y la calidad, hay más respeto, ya que, hace unos 15 años, querían tirarlas abajo”.
Aunque la propiedad mantenga su uso o se reconvierta (consultorio, oficina u otras funciones), ahora importan, “resguardar los valores intrínsecos del estilo. Como cuando transformamos una vieja y amplia casona en moderno hotel boutique. Rescatamos los valores de la opulencia de una sociedad que ‘tenía la vaca atada’ y traía la Francia clásica a Buenos Aires, y eso, se lo brindamos a los turistas”, dijo el docente en la Universidad de Buenos Aires ( UBA) y titular del estudio +Ur Arquitectura Inmobiliaria, Claudio J. Mazur.
Cuando el rediseño interior es para una vivienda, se respeta su historia aunque, “en la actualidad, se buscan integrar los espacios mediante áreas flexibles que, generen diversidad de usos. Así, se potencian los sectores públicos interiores, procurando ámbitos interactivos y de intercambio”, aportó Javier Ugalde, socio del estudio A3 Luppi-Ugalde-Winter.
Para Germán Rivoira, gerente comercial y ventas de Casamaslinda.com de Córdoba, “al iniciar un proyecto de remodelación, tenemos en cuenta los requerimientos específicos del cliente como futuro usuario. Hoy, en los espacios para una vivienda, está la idea que sean diáfanos, conectados con el exterior, despojados, de líneas muy simples, predomina la funcionalidad, el confort y la tecnología para habitar un casa”.
La logística, incluye a los proveedores, los rubros que intervienen y los problemas comunes como: falta de documentación sobre las estructuras; humedades, techos en mal estado, pisos por recuperar y elementos con alto valor estético muy lastimados. Y, respecto del ahorro energético, Ugalde explicó que “se incorporan avances tecnológicos como la iluminación led, métodos para recuperar agua de lluvia, reutilizar las aguas grises, instalar paneles solares, o usar doble vidriado hermético (DVH)”.
Fachadas
Actualmente, en la ciudad de Buenos Aires rige la ley 3056/09 de protección patrimonial, según el inmueble, se preservan las fachadas; elementos interiores o un grupo de edificios.
La cual da cuenta que para demoler o modificar un edificio anterior a 31 de diciembre de 1941 o catalogado en esa fecha, debe pedirse un permiso especial. “Cuando se entregan estos trabajos a buenos profesionales, ellos deben estudiar el diseño urbano de ese rincón de la ciudad donde está enclavado el proyecto y desde allí, debe abordar su nueva obra. Que por más pequeña que sea, es conformante del espacio público y, es esa la principal responsabilidad”, dijo Mazur, y, explicó que, “la obra tendrá valores y parámetros como: definición de la forma del espacio urbano; proporciones (entre llenos y vacíos); materiales, texturas y colores, entre otros. No es sencillo hacer una reforma para ello hay que entender a la fachada, como plano o sector de encuentro y tensión (entre el interior y exterior, entre lo publico y privado; caliente y frío, y silencio y ruido, entre otros). Cada decisión incluye lo expresivo, material, funcional, tecnológico y cultural”.
En estas obras con valor arquitectónico, “preservamos y recuperamos todo. Si se amplía, lo nuevo dialoga con lo viejo. Además, siempre se tiene en cuenta el presupuesto como límite y también sin dejar de lado la creatividad a la hora de invertir ese dinero. Como especialista en remodelaciones y restauración, cuido la preexistencia, algo único que preservamos y ponemos en valor”, dijo Revelli.
Córdoba vive esta tendencia
En tanto, en Córdoba capital, la normativa de construcción, respecto del patrimonio antiguo, prohibe demoler las fachadas con valor histórico. “Así, reformamos viviendas con frentes italianizantes, con sus molduras y balaustradas, allí, la intervención de los espacios interiores, fue vanguardista estilísticamente, sugiriendo, en contraposición, una nueva readaptación de usos, materiales y tecnologías contemporáneos. El diálogo dicotómico, entre fachada conservada e interior contemporáneo, dio lecturas interesantes y buscadas por los clientes”, afirmó Rivoira.
Datos Sobre los costos
1. Inmueble: en la esquina de Arenales y Uruguay. Se restauró y amplió el edificio, llevándolo de 1000 a 1700 m2, sin alterar su presencia urbana. Con cambios visibles desde el exterior, se mantuvo su esencia, aunque, se agregaron dos pisos. Para uno, se aprovechó parte de la doble altura del “piano nobile” y para el otro, el espacio de la mansarda, levantando la línea de cumbrera 1 metro, no se percibe desde la calle. Para iluminar, se agregaron aventanamientos respetando la configuración original.
2. Precios: Se requiere entre 7 y 12 mil pesos/m2 para iniciar una remodelación. Visita de asesoría arquitectónica ($500). Según tamaño de obra, Bocetos y proyectos de 4000 a 15000 pesos. Valores desde: Baño, $95.000; Cocina: $120.000; Construcción en una terraza más ambientes, $190.000; Quincho completo, $178.000. Todo incluido, precio fijo y llave en mano. Garantía de 1 año y varias formas de pago. (Remodelatucasa.com.ar).
Por Patricia Osuna Gutiérrez, Sábado 24 de septiembre de 2016
Publicado en el suplemento Propiedades & Countries del diario LA NACION